Somos demasiados. Los necios vamos creciendo y multiplicándonos. Sin embargo, la gente inteligente, la gente que está en la oposición, se va achicando. Va quedando sola. Alejada. Eso es lo malo de ser inteligente. Que nosotros, los necios, nos ponemos de acuerdo y los vamos cercando. Arrimando. Los llevamos al rincón y una vez allí se escapan.
Ellos dicen voto manual. Nosotros queremos el voto electrónico. Claro, es más inteligente contar con las manos. Nosotros lo sabemos. Es mucho más fácil llegar a un banco y pedir cinco millones de bolívares y solicitar a voz en cuello, “por favor, me los cuenta a mano, porque yo no creo en esas máquinas”. Así, uno queda frente a todo el mundo como un hombre capaz, inteligente, cuerdo y definitivamente adelantado.
El crecimiento de los necios no se detiene. Incluso, se tiene la sospecha de que algunos inteligentes que estaban en la oposición, se están volviendo necios y ahora vienen para este lado. Y van a las marchas y se ponen boina y franela roja y allí van.
Ellos, los inteligentes, es decir la oposición, o sea, la oposición, no sólo se conforman con salir a marchar y colocar unos francotiradores y dar un golpe y decir por televisión que en “tu casa grabamos el video, y que teníamos que impedir que el presidente hiciera la cadena”.
No sólo se conforman con eso, sino que al otro día, aparecen firmando remitidos a favor del golpe, o vacío de poder, o carmonazo, y no se arrepienten, porque claro, para eso son inteligentes.
En cambio, nosotros, los necios, seguimos recordando las cosas, para apoyarlos a ellos que son los inteligentes. Es decir, ellos nos dijeron que estaba prohibido olvidar, y uno no olvida, pero uno perdona, y para muestra, bueno, el botón está allí.
Ahora los inteligentes ponen condiciones para ir a elecciones. Y los necios sabemos que así las acepten todas, ellos van a gritar fraude. Como gritaron el 15 de agosto de 2004, cuando el referéndum: “Vayan a dormir tranquilos que mañana en la mañana les mostraremos las pruebas del fraude”. Y estamos esperando.
Es una verdad certera lo que dice Johnathan Swift: “Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificarse por este signo: todos los necios se conjuran contra él”.
