Petróleo, Estado y clases sociales

La consolidación de la Venezuela rentista, desde Gómez, traería entre otras consecuencias la dislocación de lo que hasta entonces eran las relaciones entre el Estado y las clases sociales. La magnitud de la renta petrolera, administrada por el Estado venezolano, transformaría a éste de un débil órgano (al que le era imposible imponer su dominio político – militar a nivel nacional y en lo económico dependiente de los impuestos pechados a la oligarquía latifundista) en el centro de la vida nacional. Recordemos que ya desde 1926 la renta petrolera pasa a ocupar el primer lugar en los ingresos del Estado y desde el principio de los años cuarenta éste sólo rubro abarcaría más de la mitad de estos ingresos.

El petróleo ha cambiado la estructura política de Venezuela. El Estado republicado, emergente a partir de 1830, dependía de los pocos impuestos que pagaban la agricultura exportadora, fundamentalmente el cacao y luego el café, era un estado enclenque, profundamente débil. La característica fundamental del siglo XIX fue el caudillismo, el poder que tenían los líderes regionales que durante todo el siglo XIX y principio del siglo XX utilizaron su poderío para armar sublevaciones, presionar y cambiar el gobierno central. Se podría decir, exageradamente, que el presidente de la república no tenía más poder que de Petare a Catia, solo mandaba en Caracas.

Esto va a cambiar radicalmente con la aparición del petróleo y en la medida en que la renta petrolera se va haciendo significativa. La renta petrolera permitió el surgimiento de un "Mega Estado", un estado poderoso y centralizado. A pesar de todos los intentos previos, como el que realizó Guzmán Blanco por centralizar el país, con los cambios legales, las vías férreas, la modernización de las instituciones, fue poco lo que se logró en este sentido. A principio del siglo XX, comienza la modernización de las fuerzas armadas nacionales, que garantizaría el fin del caudillismo y la consolidación del centralismo político. El petróleo permitió la consolidación de un ejército nacional.

Una vez separada Venezuela de la Gran Colombia en 1830, el país pasa por periodos de gran inestabilidad y guerras civiles a lo largo del siglo XIX que llevan al fin del ejército profesional y en su lugar surge la figura del caudillo regional que organiza sus montoneras para combatir en guerras civiles intestinas. En 1910 inicia el funcionamiento de la Academia Militar de Venezuela que había sido creada en 1903 y, dentro de ella, la Escuela Náutica (después llamada Escuela Naval de Venezuela). En 1920 se crea la Escuela de Aviación Militar de Venezuela y en 1937 la Guardia Nacional. Los conocidos "choco e piedras", ahora serían sustituidos por soldados formados académicamente, con armamentos modernos (aviones, tanques, automóviles, ametralladoras. etc).

Asimismo este Estado de pocos de centenares de burócratas a nivel nacional paso a tener cinco millones de personas viviendo del erario público en la actualidad. El estado débil y parasitario de la oligarquía de la tierra pasa a convertirse en el administrador de la principal riqueza del país.

En Venezuela, como en la mayoría de los países subdesarrollados, hasta mediados del siglo pasado la población era fundamentalmente rural y dependía del trabajo agrícola. En los años cuarenta comienza un crecimiento del sector secundario manufacturero y fundamentalmente ligado a la agroindustria, pero que nunca logró el abrupto crecimiento del sector terciario (comercio y servicio). En Venezuela la industria petrolera nunca ha ocupado más de 100 mil personas directamente, es el sector de servicio y comercio, el que ocupa el mayor número de la población activa de Venezuela.

Con el desarrollo de la economía petrolera, a principio del siglo XX, las viejas y tradicionales clases sociales de los terratenientes y campesinos, comienzan a convivir con los nuevos sectores sociales que surgen a partir de la industria petrolera y su impacto en el resto de la economía: desde la clase obrera, los artesanos, la clases media que se desarrolla con el crecimiento del estado y la actividad comercial, como el naciente aparato productivo industrial que da pie a la burguesía nacional.

En relación a la burguesía, la conformación de ésta Venezuela rentista trae principalmente dos consecuencias; primero: la principal fuente de riqueza del país, es decir, la industria petrolera, no está en sus manos y ni siquiera tenía el derecho de apropiarse directamente de la renta pagada por las compañías extranjeras. Segundo, al contrario de lo que sucedía anteriormente (y que es normal en cualquier sociedad capitalista), esta burguesía se formaría y se hará dependiente para su sobrevivencia de los vínculos que establezca con el Estado.

Desde el surgimiento del capitalismo, es la burguesía, quien a través de la explotación del trabajo- que es la fuente fundamental de riqueza -el centro de esta sociedad, es la burguesía, la producción industrial y el conflicto entre esta burguesía y la clase trabajadora lo que ha caracterizado a estos países capitalistas. En el caso de Venezuela no ha sido así, la renta petrolera, administrada por el Estado, convirtió a este en el centro del país, es decir, en Venezuela es el Petro Estado el eje que domina la sociedad venezolana. Todo gira alrededor de la renta petrolera, todo gira alrededor del Estado.

Es el Estado el que va a determinar el surgimiento de la burguesía y de la clase trabajadora moderna. Ambas clases parasitarias, dependiendo del tipo de gobierno, una más favorecida que otra, burguesía y clase trabajadora en Venezuela han tenido su desarrollo determinado por los mecanismos de vinculación y presión sobre el Estado. Una burguesía que desde sus inicios ha sido incentivada con créditos, protección arancelarias, exoneración de impuestos, perdón de deudas, corrupción, amiguismos y paternalismos, que han hecho de este sector almacenar riquezas con muy pocas producción, tener empresarios ricos con empresas pobres o quebradas y en este sector de la burguesía ha predominado la burguesía mercantil, la más parasitarias de todas, dependiente de recibir los cupos de importación y los dólares para comprar mercancías baratas en el exterior y venderlas caras en el interior del país.

Asimismo tenemos una clase trabajadora cuyos ingresos nada tienen que ver con la productividad del trabajo, ni con las presiones, luchas y enfrentamientos contra la clase dominante: burguesía, sino que sus beneficios (salarios, prestaciones sociales, pensiones, seguros médicos, etc) tiene que ver con su capacidad de presión sobre el Estado y éste responde dependiendo de la magnitud de la renta petrolera. En muchos casos, determinados gobiernos han aprobado beneficios a la clase trabajadora sin ningún tipo de presión previa por parte de esta clase.

En Venezuela, la lucha de clases tiene en el Estado un intermediario. A diferencia de las economías capitalistas normales, donde capital y trabajo se enfrentan en las fábricas y las calles, en nuestro país poco se han dado estas luchas, y las presiones se ejercen alrededor y contra los respectivos gobiernos. Así ha sido desde el surgimiento de los primeros sindicatos y de la Central de Trabajadores de Venezuela en 1936 y la asociación de Empresarios organizados en FEDECAMARAS en 1944. De esta manera, el Estado, como administrador de la máxima riqueza en el país, dependiendo de los altibajos del precio petrolero y de las presiones ejercidas por ambas clases sociales, ha satisfecho, más a una que otra parte, hasta 1998 casi siempre a favor del Capital. Pero sin que esto signifique que en la actualidad el Capital haya sido realmente trastocado.

Es con la expansión de la industria petrolera, a principios del siglo XX, cuando se produce el verdadero desarrollo de la clase obrera. A pesar de que miles de campesinos iniciaron un éxodo hacia las regiones petroleras creyendo en las posibilidades de un nuevo Dorado, lo cierto es que las condiciones de trabajo, el mal trato de las compañías petroleras extranjeras, los cinturones de miseria alrededor de las nuevas ciudades, claramente diferencias: una la que habitaban los gerentes petroleros que gozaban de todos los servicios, y la otra ciudad, la de los obreros, en las peores condiciones, hicieron que pronto surgieran las confrontaciones sociales. En este contexto se produce en 1925 la primera huelga de trabajadores petroleros, y se organiza la Asociación Nacional de Empleados (ANDE) en el Estado Zulia y luego la primera huelga nacional en 1936.

Los partidos, sindicatos y gremios modernos surgen con la renta petrolera, con la nueva mentalidad de las clases sociales emergentes. Los partidos tradicionales eran propios de la clase terrateniente y del campesinado, estos son sustituidos por la nueva clase obrera, la clase media, la burguesía insipiente, la cultura que no llegas a través de los primeros medios de comunicación. La cultura gringa trae consigo, junto a las deformadas pautas de consumo, también las nuevas formas de democracia política. En plena dictadura gomecista surge la generación del 28, en la clandestinidad los primeros partidos políticos y sindicatos al calor de la industria y la renta petrolera.

Paradójicamente, la pasividad del venezolano o su rebeldía, la estabilidad política o las insubordinaciones y golpes de Estado, han estado determinadas, en buena parte, por el petróleo. Desde la caída de Cipriano Castro (1908), en la imposición y estabilidad del régimen gomecista (1908-1935), en los derrumbamientos de los gobiernos de Medina Angarita (1945) y el de Rómulo Gallegos (1948), apoyando la dictadura perejimenista (1948-1958), respaldando la Cuarta Republica (1958-1998), en el golpe de Estado del 2002 y el para petrolero del 2002-2003, han estado los intereses de quienes desde adentro y desde afuera quieren apoderarse de nuestra riqueza petrolera.



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Pedro Rodríguez Rojas


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