Hace poco leímos noticia relacionada con el Consejo Nacional Electoral donde palabras más o palabras menos se dice que dejan de hacerse las elecciones al Parlamento Latinoamericano o Parlatino, en virtud de que estás serían absorbidas por las elecciones a la Asamblea Nacional (AN). En tal sentido los diputados allí electos a la AN, escogerían dentro de sus integrantes a los que pasarían a desempeñarse en aquel foro legislativo subcontinental.
Considerando que en Venezuela siguen existiendo elecciones de primer grado para la Asamblea Nacional porque el pueblo escoge en ellas directamente a sus representantes, y considerando que el voto nominal por nombre y apellido representa un procedimiento electoral más democrático que el uso de una lista (como se hizo con el Parlatino hasta 2010), proponemos que a cada partido o alianza electoral le toquen tantos diputados al Parlatino como número de estados (más el Distrito Capital) donde haya resultado ganador, por ejemplo si Vente Venezuela gana en Táchira y Mérida, pues le tocan 2 legisladores al Parlatino. Verbigracia, si Primero Justicia gana en Miranda, Carabobo, Lara, Aragua y Nueva Esparta pues le tocan 5 diputados. Y así sucesivamente.
Con nuestra propuesta satisfacemos el principio de progresividad en materia de Derechos Humanos plasmado en Tratados Internacionales, así como Mercosur y la propia Constitución venezolana en artículos como el 19 y 21 los cuales plantean que una vez adquiridos ciertos derechos (en este caso los derechos del pueblo a elegir por voto directo a diputados subcontinentales del Parlatino) no se les pueden revocar los mismos y sólo es posible legislar en función de ampliar, extender o profundizar esos derechos ya conquistados.
El procedimiento que sugerimos es más favorable para el pueblo ya que ahora escogerá nominalmente (por nombre y apellido) en vez de seguirlo haciendo mediante la votación indirecta con la lista o plancha innominada que funcionaba para el Parlatino hasta 2010. Modestamente también creemos que nuestra propuesta tiene mayor apego a los principios constitucionales en contraste con el hipotético caso de que sean diputados electos a la Asamblea Nacional quienes escojan de su seno a los del Parlatino.