Los peores enemigos de la revolución están dentro, provienen de las filas de los partidos de la cuarta república, en su forma son chavistas pero en el fondo serían "felices" en gobiernos de izquierda o derecha ya que su fin es mercenario.
La revolución hace justicia cuando le adjudica una vivienda a una familia condenada por la miseria a vivir en ranchos o arrimada. La contrarrevolución hace de la construcción y adjudicación un negocio, hasta se reservan el derecho al veto y se las otorgan a quienes no justifican la necesidad.
La revolución recuperó PDVSA para el pueblo, los enemigos de la Patria se han ocupado de estimular anti valores en la clase trabajadora que se traducen en ineficiencia, ausencia del sentido de pertenencia y una inclinación feroz hacia "el cuanto hay pa eso". Por eso es que es normal que algunos sectores le rindan culto al sector privado que antes manejaba algunas operaciones dentro de la industria.
Si revisamos las empresas expropiadas, encontramos que en la mayoría de los casos "fue peor" el remedio que la enfermedad y esto no justifica que el Estado sea ineficiente, pero si certifica la ineficacia de los funcionarios responsables del manejo de dichas empresas.
Pasa lo mismo en los gobiernos locales y regionales, dramáticamente en instancias del Poder Popular, pero de lo que se trata es de corregir y esta corrección es posible asumiendo el código de conducta que nos legó el Comandante.
La Patria reclama ciudadanos dignos y útiles que le rindan honores con sus acciones.