Revolución alimentaria y corresponsabilidad

En los dos últimos días el pueblo venezolano ha sido consternado por el horrible crimen que segó la vida de los hermanos Faddoul, el chofer de la familia, Miguel Rivas y el asesinato del periodista de la Cadena Capriles, Jorge Aguirre. Sumados a la exigencia de justicia emanada de todos los sectores del país por el esclarecimiento de las causas y autores de tan inhumanos actos, abogamos asimismo porque los medios comerciales de difusión masiva denuncien las causas del asesinato constante de miles de niños iraquíes por parte de soldados norteamericanos y los miles de muertes de niños por hambre y enfermedades curables y previsibles que ocurren todos los días en el mundo, mientras los países desarrollados lanzan al mar millones de toneladas de alimentos. Activa y constante denuncia merece también el asesinato de casi 150 líderes campesinos en manos del sicariato, desde la entrada en vigor de la Ley de Tierras en Venezuela en 2001.

Como seres humanos, la pérdida de vidas por bombas o por hambre debería despertar tanta consternación como la manifestada en estos días. El derecho a la vida es sagrado, y la vida se pierde de diferentes maneras: por una bala o por un sistema que no permite a todos por igual satisfacer necesidades básicas como la alimentación. Proporcionar alimentos y crear los mecanismos para que todos tengan acceso a los mismos es parte sustancial del derecho a la vida. En ese esfuerzo por suministrar alimentos a toda su población se inscriben las acciones del Gobierno Bolivariano para garantizar el derecho a la vida de todos por igual.

De la satisfacción de las necesidades básicas, alimentación, vivienda, salud, educación que son compartidas por todos se derivan una serie de problemas que también afectan a todos. Ambas, necesidades y problemas, demandan medidas adecuadas para resolverlos. La formulación de políticas y planes implementados por los gobiernos dirigidos a lograr ese objetivo no son suficientes, para alcanzarlos se requiere la participación comprometida y activa de toda la población y en una misma dirección.

La experiencia histórica demuestra que la existencia de necesidades a satisfacer y problemas a resolver tienen aparentemente dos posibilidades, dos visiones para enfrentarlos: La primera, la visión individualista, de la ley de la selva, de la sobrevivencia del más apto, que deja al individuo solo. Esa es la visión capitalista cuyos resultados están a la vista y los padece gran parte de la humanidad en los actuales momentos: hambre, desnutrición, enfermedades, analfabetismo. La segunda, la visión socialista, está dirigida a resolver las necesidades colectivas, es decir, de TODOS con la participación de TODOS.

En Venezuela, la visión impuesta hasta 1998 fue la capitalista. Las consecuencias de esa imposición son inocultables: un país que cuenta una inmensa riqueza con el 80% de su población en condiciones de pobreza. Al asumir el gobierno el 2 de febrero de 1999 el presidente Hugo Chávez se inicia la Revolución Bolivariana, un proceso de cambios que da un vuelco en la visión, eligiendo la democracia participativa y protagónica que permite solventar las necesidades y resolver los problemas de TODA la población, visión que contempla la responsabilidad compartida entre el Estado y la participación del conjunto de la sociedad en esa tarea.

La corresponsabilidad: clave del éxito

En el sistema capitalista para que el alimento llegue del productor al consumidor pasa por una larga cadena de intermediarios: transporte, distribución y comercialización, en muchos casos en cada una de estas etapas intervienen dos o más intermediarios, los cuales buscan obtener ganancia y en su mayoría el máximo.

En la actualidad los planes del Gobierno Nacional en la Revolución Bolivariana están dirigidos a asegurar el derecho a la alimentación de toda la población, para ello se debe romper esa cadena de comercialización capitalista y evitar así el encarecimiento de los alimentos. Lograr ese objetivo demanda la participación organizada de productores, consumidores, medios alternativos, en general, de todos los afectados, los cuales para su propio beneficio y el de los demás, pueden y deben realizar contraloría social.

La participación organizada y la contraloría social en la implementación de las políticas y planes del Gobierno Nacional son esenciales, sólo la información de quienes tienen conocimiento cabal de las situaciones facilitará la toma de decisiones que realmente apunten a resolver las causas de los problemas y permitirá que se cumpla el objetivo de los planes que se elaboraron. La participación organizada y la contraloría social son pilares de la corresponsabilidad.

La información acerca de los planes diseñados por el Ejecutivo Nacional llega a la población a través del Programa Aló Presidente. En la implementación de esos planes el papel de los funcionarios de los entes encargados es de primer orden, informando a los medios del Estado y medios comunitarios para su difusión, del desarrollo y alcance de esos planes. El funcionario debe estar en la calle junto a la gente.

A las comunidades le corresponde ORGANIZARSE, recurriendo a la infinita imaginación que posee, elaborando periódicos, creando radios y televisoras alternativas y comunitarias, en Asociaciones de Consumidores, Consejos Comunales, Contraloría Social y todas las formas de organizaciones. Al estar organizada la comunidad los encargados van a las instituciones a buscar información, con todo el derecho a exigir esa información. La Constitución Nacional y las leyes, especialmente la Ley Orgánica de la Administración Pública le otorga al ciudadano los derechos a la información veraz, transparencia, rendición de cuentas, petición y oportuna respuesta.

Plan Integral de Producción y Desarrollo Agrícola Nacional (PIPDAN)

La diferencia de visión adoptada por la Revolución Bolivariana quedó de manifiesto una vez más en los dos últimos programas dominicales conducidos por el Presidente Chávez, el Aló Presidente, dedicados a la vivienda y la alimentación.

El tema central del Aló N° 251 realizado en la localidad de San Pablo Paeño, fue el Plan Integral de Producción y Desarrollo Agrícola Nacional (PIPDAN), cuyo objetivo es: Impulsar y garantizar la soberanía alimentaria de toda Venezuela. Al Ministerio de Agricultura y Tierras (MAT) le corresponde encabezar la ejecución de este Plan (PIPDAN).

Algunos de los principales aspectos del Plan Integral de Producción y Desarrollo Agrícola son los siguientes:

" Para comenzar este Plan cuenta con un Presupuesto asignado por el Gobierno Nacional de 5.3 millardos.
" Su objetivo es lograr producir más de 23 millones de toneladas de alimentos para el pueblo venezolano. Al lograrlo se tendrá un diario per capita de 1850 calorías, se estaría llegando al 80% del consumo diario de los venezolanos, provenientes de la carne, el pollo, el pescado, la leche. Se aspira obtener 55.8 g persona por día de proteínas, 86 % de lo que se necesita.

ORGANISMOS COMPROMETIDOS:
" El Instituto Nacional de Tierras (INTI) tiene como meta rescatar este año del latifundio 1.5 de hectáreas. Se han recuperado, sobre las 400.000 mil hectáreas en el primer trimestre. Si el ritmo se mantiene se llegaría a 1.6 millones de hectáreas, sobrepasando la meta de este año. Las próximas intervenciones de latifundios contempladas son: Lara: 3 fundos, Portuguesa: 4 fundos, Yaracuy: 3 fundos.
" Para lograr la meta de este año es necesario una superficie de siembra 2.6 millones de hectáreas.
" Para el financiamiento del Plan se requiere un monto de: 8.9 billones de Bs. incluyendo la banca pública y banca privada.
Fondo de Desarrollo Agropecuario Pesquero Forestal y Afines (FONDAFA) otorgará una línea de crédito por 2.9 billones.
La banca privada debería aportar 6.9 billones de Bs.
De acuerdo a la intervención del Presidente FONDAFA en el Programa Aló Presidente del 2 de abril, se estaban entregando ese día 119 créditos equivalentes a 2.42 millardos, 85 de los cuales son créditos automáticos, créditos para siembra del maíz por la época del año.
" Instituto Nacional de Desarrollo Rural (INDER): El presupuesto de las obras que ejecutará este organismo para el Plan Integral viene de la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP). Las metas incluyen:
La construcción de laboratorios de sanidad agrícola, unidades de genética, la integración de 29 cooperativas para desarrollar la ganadería, experimentar con rubros vegetales, como granos y pasto.
Viviendas del pueblo. Para comenzar, simplemente levantamiento topográfico este año ya que se aproxima la época de lluvia.
11 laboratorios de sanidad, 17 laboratorios para la proa de abono orgánico SASA, 5 centros para cultivos marinos, 3 lagunas para la cría de peces, 9 empresas agroindustriales deben nacer este año.

En su intervención en el programa Aló Presidente N° 251, el Ministro de Agricultura y Tierras, Elías Jaua junto con reconocer que a ese ministerio le corresponde asumir la ejecución del plan, señaló que el fin último de la agricultura es generar bienestar para el consumidor final, de acuerdo a ese razonamiento fue concebido ese plan estratégico.

"Llamo a la conciencia nacional a la voluntad nacional a que nos pongamos a trabajar en esto, lucha contra la corrupción, contra el burocratismo para lograr estas metas." Eso significa que vitales son el cumplimiento efectivo y comprometido de los funcionarios en su trabajo y el ejercicio de la corresponsabilidad de parte de los ciudadanos para asegurar el éxito del Plan Integral de Desarrollo Agrícola y Producción Nacional.



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