Giordani pecó, y cometió el error garrafal y trágico, al no ser honesto consigo mismo, y renunciar. Debió renunciar de inmediato, cuando se da cuenta, de que sus consejos como dice, no eran tomados en cuenta por el gobierno. -Cosa esta difícil de creer-. Lamentablemente hoy Giordani, no puede lavarse las manos como lo hizo Poncio Pilatos. Él y sólo él, es el máximo responsable de esta situación económica nefasta. Incluso de la perdida de los 25.000, 000,000. Millones de dólares. Que no sabemos aún en manos de quienes están o pararon, ni a quienes beneficiaron. –Este es un secreto bien guardado por el gobierno ¿por qué? Por eso este otro refrán le cae al pelo “Tarde piaste pajarito”. Pero en fin, todos somos humanos imperfectos, como dice la Biblia, y la carne es débil.
Hasta un monje, sucumbe ante las dulces mieles del poder.