La derecha: históricamente hábil y sin escrúpulos

Siempre será conveniente y necesario para comprender y avanzar en nuestros propósitos caracterizar el tiempo que vivimos, esto no es tan sencillo, pero es posible, si acudimos a las experiencias históricas, y a los estudiosos y no tan estudiosos pero buenos observadores de su entorno, testigos y actores del presente. Hay peligros cuando no hay comunión entre el universo teórico y discursivo; y el pragmatismo.

Al parecer, así como se había acumulado una gigantesca deuda social, que el presidente Chávez y su equipo junto a amplios sectores del pueblo se empeñaron en saldar; podemos decir que igualmente ocurría y ocurre con el pensar sobre nuestra sociedad.

Por allí hemos oído voces de ilustrados académicos hablar de la necesidad de estudiar e identificar la estructura de clases en que se desenvuelve nuestra vida ciudadana, y tengo la impresión que pueden tener razón, pues es a partir de una sólida aproximación a la comprensión de nuestro tiempo histórico en sus inmensas variables, es como podremos avanzar con alguna certeza en las políticas públicas transformadoras. Sería una buena experiencia que puede contribuir a aclarar el horizonte.

La Derecha en todos los tiempos, ha sabido defender sus prerrogativas, y lo hace muy hábil, diplomáticamente diríamos, pero cuando esto no funciona, lo hace a sangre y fuego, y no tiene escrúpulos para imponerse, además tienen la ventaja de actuar sobre pistas bien trabajadas ideológicamente, basada en los hábitos, la costumbre, las mentalidades, en fin la cultura de la dominación.

En los primeros cuatro años de la insurgencia independentista venezolana, hubo significativos triunfos: La Campaña Admirable de Bolívar en el Occidente y Centro, y de Mariño en el Oriente, pero también duras derrotas y las pérdidas de la I y II Repúblicas; pues, había una subterránea corriente social popular adversa al proceso independentista muy bien trabajada por los realistas, que la vida misma definió en el avance revolucionario, y los latigazos de la contrarrevolución.

A pocos días de la declaración de la independencia de Venezuela, se produjeron algunos alzamientos contra la naciente República: un grupo de Canarios de los Teques hicieron armas contra la Patria en ciernes, siendo reducidos y ejecutados unos cuantos de ellos; luego en Valencia, la cosa fue mayor, allí los realistas con gran habilidad y astucia, lograron incorporar a su bando a pardos y esclavos; derrotando al Marqués del Toro, enviado por el Congreso a sofocar la rebelión.

Un poco antes en la Sociedad Patriótica: Miranda, Bolívar, Francisco Espejo, Coto Paúl, y otros; en medio de apasionados debates exponían sus ideas independentistas. Pero la Derecha de la época (realistas) no estaba paralizada, mientras tanto se ocupaban de preparar la contrainsurgencia acudiendo al "rumor" y a la difusión del "horror" que le esperaba al país si triunfaba el movimiento republicano.

Más tarde Miranda, sustituyendo al Marqués del Toro, al frente del ejército republicano pone orden en Valencia, en el medio de las intrigas antimirandinas de la nobleza criolla y los moderados independentistas; mientras tanto la derecha integrada por funcionarios y terratenientes realistas hacían su trabajo manipulando a los esclavos negros de Curiepe y de otros lugares de la costa, soliviantándoles y armándolos para que se dedicaran a cometer todo género de pillerías, violaciones y asesinatos en toda la región contra sus tradicionales patronos los hacendados mantuanos, amenazando con avanzar sobre Caracas.

Los realistas sabían dónde y cómo atacar, conocían perfectamente el "Talón de Aquiles" del liderazgo independentista y tenían muy claro las diferencias sociales entre los ricos criollos propietarios de tierras, (precisamente los gestores de la independencia) y sus esclavos negros; utilizando con mucha habilidad, una realidad social que afloraba en esas circunstancias históricas para agudizar las contradicciones de clase y promover la insurrección de las castas que puso en jaque a los republicanos.

Estamos en otro contexto, hace dos siglos que nuestros ancestros protagonizaron el cruento rompimiento de los nexos que nos sometían a España; la nación venezolana tiene al igual que ayer la necesidad histórica de reafirmar su independencia, consolidar la gesta bolivariana y profundizar nuestra soberanía. Tenemos un gran país con un territorio cuyas importantes riquezas son codiciadas por el imperialismo norteamericano y sus aliados europeos; de tal situación se deriva la existencia de planes y políticas orientadas a nuestra dominación, para ello cuentan con un sector interno colaboracionista.

La situación actual no es comparable al período del Punto fijísmo, cuando un partido le cedía a otro el poder y viceversa, y las cosas no pasaban de quejosas expresiones del mandatario entrante y las consabidas justificaciones del saliente. Hoy hay sectores importantes de la población que ya no admiten que se les trate como masa, sino que aspiran realmente al ejercicio de la ciudadanía concebido por Simón Bolívar en el Discurso de Angostura: "Si merezco vuestra aprobación habré alcanzado el sublime título de buen ciudadano, preferible para mí al de Libertador que me dio Venezuela, al de Pacificador que me dio Cundinamarca, y a los que el mundo entero puede dar" (1) y ratificado en nuestros tiempos en la Constitución Bolivariana en cuanto al papel democrático, participativo y protagónico del venezolano en la vida social, política e histórica.

Esto significa una mayor población con sentido crítico, que nos aterra que, volvamos a las prácticas políticas del pasado y que se reviertan las indudables conquistas sociales logradas; al contrario de lo que se trata es de profundizar el proceso, corregir muchos entuertos incentivando la transparencia en la ejecución de los programas gubernamentales, enfrentar la corrupción en todas sus expresiones y ámbitos, y la ineficiente burocracia, evitar que la abundancia de instancias de gobierno configure una maraña que en vez de agilizar haga pesada y paralice la acción.

Por otra parte las políticas públicas deben alcanzar a toda la República, y el trabajo de la política también. En las poblaciones pequeñas, caseríos, y localidades, hay también ciudadanos que viven las mismas dificultades y a veces en mayor cuantía que la de los habitantes de las grandes urbes. La guerra económica es en todo el territorio nacional, en consecuencia el ejercicio del poder del Estado debe cubrir toda la geografía, y deben incorporarse todos los funcionarios que integran los poderes del Estado estimulando y acompañando a la ciudadanía en la defensa de sus derechos; que es la que vota y elige a los integrantes de los poderes del Estado.

Contestes estamos que desde que Chávez asumió el poder hay un ambiente de agresión contra Venezuela, que se ha agudizado y que amenaza con desquiciar al gobierno y a toda la sociedad, y que incluso puede pasar a la acción bélica con cualquier pretexto y con cualquier vecino, o más allá. Las revoluciones siempre estarán en peligro, siempre ha sido así; cuestión que no puede llevarnos a la paralización de los debates de ideas y de la acción del Estado para avanzar en la estrategia de implantar una Sociedad Socialista. Estamos en un momento en que se requiere de mucha diplomacia, acompañada del legado principista bolivariano, de Hugo Chávez, y de los mejores filósofos de la liberación nacional y nuestro americana.

LA REVOLUCION ES CULTURAL

¡HONOR Y GLORIA A NUESTROS ANCESTROS QUE EN CARABOBO CONSTRUYERON PATRIA!

  1. Bolívar Simón/Doctrina del Libertador/Fundación Biblioteca Ayacucho, pág., 120, Caracas



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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