Las concentración empresarial* de cualquier tipo y naturaleza estimula la corrupción, porque es así como logra multiplicar sus ganancias, compartidas entre iguales, sin mayores riesgos y complicaciones, objetivo principista y único de este capitalismo salvaje que se debate al día de hoy en una crisis terminal. Aún cuando es necesario consignar que no es ajeno a la práctica usual del mercado capitalista, que algún grupo que haga parte de alguna concentración o monopolio, intente y logre, bajo argucias bribonas, obtener mayores beneficios que sus pares en determinada concentración. En el modelo capitalista a eso se le califica como destreza o muy alta visón comercial, así de sencillo se califica lo que no es otra cosa para cualquier cristiano, que felonía…!!!
En síntesis, esa concentración (o monopolio) es típica, básica e indispensable fórmula para lograr el llamado "éxito empresarial" dentro del sistema capitalista depredador.
Abundan como la hierba silvestre y sin exagerar, han sido las causantes de los mayores desastres económicos que conoce la humanidad, así como de los más sorprendentes hechos de corrupción de los cuales hemos tenido conocimiento, al menos en estos últimos cien años en distintos países del orbe.
Los primeros del siglo XX fueron los que ocasionaron el crack o la gran depresión en los EE UU del 1929, antes la hiperinflación alemana de 1921/23 (Ver mas), el efecto tequila (1944), provocado, entre otras muchas explicaciones de carácter político-económicas, por el robo de las reservas internacionales de México que tuvo graves repercusiones mundiales; el llamado Lunes Negro (1987), cuando se detectaron en Wall Street, es decir la Bolsa de Nueva York, la desaparición, por arte de magia, de la bicoca de 500.000 millones de dólares, de los cuales aún nada se sabe a la fecha; el escándalo Enron, revelado en 2001 con un estafa que sobre pasó los 11 mil millones dólares y con ello el estrepitoso desplome de la firma de auditores Arthur Andersen, quizás la más importante del mundo para ese entonces; el derrumbamiento de la Financiera Madoff, que estafó a sus clientes por una suma superior a los 50 mil millones de dólares y entre otros muchas más, la crisis más reciente en USA, provocada por las llamadas hipotecas subprime o basura (vender sobre hipotecas con pésima garantía), impuestas por la voracidad irracional que condujo en poco tiempo a lo que se le dio el nombre de burbuja inmobiliaria.
Igual a los efectos de ese subprime se vivieron y aún persisten en España, Irlanda, Portugal, Italia, Grecia y en todos aquellos otros países, en los cuales se han venido pagando los "errores" financieros de las grandes corporaciones bancarias, "prestamistas" e inmobiliarias nacionales y/o extranjeras, sacrificando a los sectores de la clase media y los pobres. Tanto ha sido así que, por ejemplo, en España entre finales de 2008 y la presente fecha, los tribunales de ese país han ordenado y ejecutado 600 mil desahucios, es decir que hoy igual número de familias (2,5 millones de españoles aproximadamente), viven en la calle (**).
La crisis que estalló el año 1929 en los EE UU, para abundar un poco más sobre ese aterrador desastre, tuvo su origen en esas concentraciones monopólicas por la voracidad desmedida que las llevaron, con apoyo antiético de las firmas de auditoría autorizadas por el Estado, a inflar sin medida alguna, bajo argucias contables de todo tipo, las acciones en la bolsa, lo cual atrajo de inmediato a cientos de miles de demandantes de esos papeles, muchos de los cuales, a falta de recursos propios, solicitaban créditos bancarios para ello con la mayor facilidad, pues como se ha sabido siempre, los bancos sólo han buscado históricamente más la especulación que la inversión.
Tal desempeño de la mano de la trampa, le trajo al país del norte, durante los años precedentes al 29, un clímax de muy alta vitalidad respecto de su crecimiento económico, sobre el que nadie tuvo el coraje de enmendar lo que podía perfectamente preverse como su derrumbamiento, dada su clara artificialidad y más cuando ya para 1928 (según estudios y análisis del Instituto Sabuco de España)*, se dieron los primeros síntomas de que la tendencia alcista de la bolsa podía cambiar y producir un total desastre: "contracción de la industria de la construcción, quiebra de algunas empresas, retirada de algunos capitales invertidos en Europa cuando el gobierno de los EE.UU quiso limitar el crédito...", así como una superproducción de bienes inimaginable que echó los precios al suelo. Nada se hizo para cambiar esas tendencias apoyadas en el aire y vino la debacle, una terrible crisis económica que se extendió por más de diez años, agravada aún más con el surgimiento del nazi fascismo en Europa y el posterior estallido de la segunda guerra mundial.
Hoy vemos, sobre las concentración y/o los monopolios, dos casos que resultan patéticos, pues donde menos se espera, como dice el dicho, salta la liebre:
La Federación Internacional de Futbol (La Fifa) y sus organizaciones afiladas de cada país del mundo y junto a esta concentración del manejo empresarial del deporte, la muy conocida SIP, la Sociedad Interamericana de Prensa, integrada por los llamados grandes medios impresos del continente, está siendo señalada, a la fecha, de avenirse en negociados turbios por el pago de ilegales comisiones mil millonarias para, a título de ejemplo, seleccionar sedes de campeonatos de futbol (regionales, mundiales y hasta nacionales), otorgar exclusivos derechos de transmisión por televisión y otros medios radioeléctricos (hasta el momento el telescopio de los entendidos en el tema y la justicia mira al grupo Clarín de Buenos Aires, O Globo de Brasil, la cadena estadounidense Fox y por seguro apostamos que aparecerán en los próximos días otros nombres de medios de esa fulana SIP), así como para manejar a su antojo y tanto como lo han podido hacer, pues necesario se nos impone aclarar que en esas organizaciones también hay gente honorable e incapaz de incurrir en el bandidaje y la corrupción), los jueces de juego (o réferis) y entre otras más, hasta para la venta entre equipos de jugadores estrellas, tal como, al parecer, estamos viendo que sucede por las investigaciones que no sólo se adelantan en los EE UU a través del FBI, sino las que han abierto las instancias fiscales y judiciales de algunos otros países, como Suiza, Costa Rica, Brasil, Argentina y, entre otros, Venezuela, en donde ya se han dictado órdenes de captura a directivos de la Fifa y de las de sus respectivas organizaciones nacionales..
Lo llamativo de estos casos es que leyendo la mayoría de la prensa SIP de nuestro Continente, vemos allí, con escasas excepciones, que dedican sus mejores espacios para abundar sobre esos hechos de corrupción apuntando sólo a las organizaciones futboleras de sus respectivos países y de las mundiales, pero -obviamente- sobre los señalamientos que también se están haciendo en contra de esos mismos medios de comunicación (nos referimos a los escritos y, también, a los radioeléctricos), nada dicen, guardan el mayor de los silencios, lo cual es la mayor demostración de que su concentración empresarial es muy real y entre ellos deben haber articulado planes conjuntos descarados, para sacarle el mayor provecho a un espectáculo deportivo que, como todos ya sabemos, mueve sumas cuantiosas de dinero, las que en muchos casos superan los PIB de algunos cuantos países del tercer mundo.
¿Cuánta coima habrá pagado el canal 13 del Grupo Clarín de Argentina o la red O Globo del gigante Brasil con su televisión abierta Globo, por transmisiones exclusivas de juegos de balompié de toda categoría? Iguales preguntas pudiéramos hacernos respecto de los demás países sólo de nuestra América Latina y Caribeña.
No guardamos optimismo alguno acerca de que se abran actuaciones fiscales contra los medios de comunicación que han incurrido en irregularidades en complicidad con los corruptos de la Fifa, la Comebol, la Afa y las otras muchas organizaciones del fútbol del mundo.
Ojalá y nos equivoquemos y seamos sorprendidos por entes fiscales y judiciales honestos y apegados a la ética que no permitan que siga reinando la impunidad ante estos desfalcos y estafas mil millonarias que cometen los instrumentos empresariales del modelo capitalista, ante estos casos que hemos tratado, "los dueños del negocio del futbol" y "los dueños del negocio de los medios de comunicación" y logren encauzar y llevar a la cárcel a sus directos responsables, quienes no son otra cosa que vándalos de la peor especie, los que, al parecer, muchos de ellos ya están plenamente identificados…!!!
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(*) La concentración se desarrolla por dos vías: 1) las grandes empresas compran a las más pequeñas y, 2) Realizan maniobras anticompetitivas hasta fundirlas para quedarse con la porción de sus mercados.