No sé si a usted, amigo lector, le ocurre lo mismo que a este humilde aprendiz de escribidor; pero una profunda preocupación por la patria, alberga mi alma. Mientras más escucho hablar a nuestro camarada presidente y a Diosdado, más me preocupo.
El Presidente de la Asamblea Nacional habla de los planes golpistas de la oposición, del avance en el reestablecimiento de las relaciones diplomáticas con los gringos, de los viajes de la cúpula de Primero Justicia; muestra audios, videos, trinos y mensajes telefónicos que develan los planes de la derecha y el desprecio de esta por el pueblo, la patria y las leyes, pero de los estragos que causa la guerra económica ni pio.
Sí, claro que son importantes sus denuncias y claro que debe hacerlas. Eso para nada me angustia y mucho menos es causa de la preocupación que ya mencioné.
LO QUE NO SE DICE, DE LO QUE NO SE HABLA es lo que me tiene sin uñas.
Todo el mundo lo sabe, las encuestas lo dicen y el pueblo lo grita a los cuatro vientos. Estamos perdiendo la guerra económica, cada día hay más bachaqueros, el contrabando desangra al país, ya no se puede con la especulación, pero el tema parece estar vedado en las alocuciones del diputado y vicepresidente del partido.
Una cosa es lo que midió la FAO hasta 2014 y otra la realidad actual… comienzan a mostrarse signos de hambre en la población venezolana por el alto costo al que se consiguen los alimentos. Ese es un tema que hay que encarar con valentía. No puede evadirse ocultando la cabeza como el avestruz.
Todas las semanas veo Con El Mazo Dando y hago seguimiento a las declaraciones de Cabello a ver si dice algo, a ver si hay un plan en el que puedan cifrarse esperanzas, pero nada. Tal pareciera que se creyera que si no se habla del tema o no se toma acción, el problema desaparecerá solito.
Es cierto que Diosdado es el presidente de la Asamblea Nacional y no tiene entre sus funciones, como tal, resolver ni informar sobre este y otros problemas, pero es un líder fundamental de la revolución y mantiene un contacto con el pueblo a través de su programa. Me niego a creer que nadie le haya escrito, hasta ahora, un tuiter que diga más o menos así: ¿Diosdado nos van a dejar morir de hambre sin hacer nada con especuladores, contrabandistas y bachaqueros? No lo creo, porque yo, por lo menos, le he escrito varios.
Ahora, el camarada Presidente sí no tiene excusas. Él si debe informar al pueblo de lo que está haciendo para resolver el problema más grave que éste tiene en la actualidad. Sin embargo, la actitud es exactamente la misma.
Si, el programa de Cilia va bien, la visita de los cinco héroes cubanos había que resaltarla, Barrio Tricolor está marchando a paso de vencedores, se han atrapado un poco de asesinos, el triunfo del NO en Grecia es una demostración de dignidad y a la defensa del Esequivo hay que convocar a todos los sectores de la patria, pero ¿No deberían jerarquizarse los problemas y atender lo que más le duele al pueblo? O por lo menos mantenerlo informado.
Hago pública esta preocupación porque creo que es hora de recordarle a Nicolás que se comprometió con nosotros a gobernar obedeciendo al pueblo y ese pueblo está exigiendo a gritos que se enfoque en ganar la guerra económica.
La revolución está en peligro y si debe cambiar todo su gabinete, pues que lo cambie, pero esta guerra no se puede perder porque la revolución se iría a la mierda y habríamos hecho pedazos el sueño y el legado del comandante… Eso es imperdonable.