Mucho más allá de las ocupaciones reales que tenga el gobierno del presidente Maduro en derrotar la guerra económica y de los planes estructurales que seguramente puedan estar desarrollando pues soy un convencido de que el comandante supremo no se equivocó al seleccionarlo como su sucesor, el asunto es que el pueblo de a pié percibe que no hemos pasado de ataques epilépticos coyunturales muy bien publicitados y que más bien parece que estamos rezando para que el petróleo suba y extienda la agonía unos años adicionales mientras la derecha encuentra métodos más eficientes para quebrar el estado de derecho y apropiarse del nuevo excedente de la renta petrolera. Hoy nos preguntamos por qué ya no hay grandes decomisos en la frontera ¿será que se acabó el contrabando o se acabó el control?, por qué ya no hay descubrimientos de grandes almacenes acaparando ¿será que ya no acaparan o no se está inspeccionando?, por qué ya no se publicitan los negocios cerrados por especular ¿será que los precios injustos de la carne, el pollo, los repuestos de autos ya son justos?. Si la sensación de escasez, las dificultades de distribución, las inmensas colas y los precios especulativos estuvieran en franca extinción las respuestas a esas interrogantes fueran favorables al gobierno automáticamente pero al no ser así las respuestas impulsan la desesperanza del pueblo chavista, lo que motoriza la despolitización y despolarización.
El asunto es que no se percibe la luz al final del túnel, el militante "resteado" desconoce los pasos que se están aplicando para acabar con la guerra económica y de cómo puede juntar leña para contribuir en el combate efectivamente, tampoco sabe cuanto tiempo más debe sacrificarse ni el sentido que tendría ese sacrificio. Mal podemos pretender repolitizar y repolarizar a un pueblo que poco a poco, segado por las dificultades que está enfrentando y la inmensa campaña psicológica, va perdiendo la esperanza de alcanzar el estado de bienestar prometido por Chávez, no porque considere inviable el proyecto, sino porque no se siente convocado a viabilizarlo, porque desconoce los procesos activados para salir de esta crisis.
No cabe duda que el chavismo duro está convencido que no hay otra vía que lo lleve a la concreción de la suprema felicidad que la construcción del socialismo, esto lo demostró el pasado 28 de junio en las elecciones primarias de los candidatos de la revolución a la asamblea nacional al participar masiva y emotivamente en la convocatoria a pesar de las "arrecheras" que da tener que hacer largas colas para comprar productos básicos, cuando los consigue, y tener que pagar los productos no regulados a precios dolarizados teniendo como referencia dólar Today aunque lo comprado sea producido con plásticos de la petroquímica. El pueblo chavista tiene bien identificado el enemigo, el verdadero culpable de la actual "crisis económica" pero exige a su gobierno acciones contundentes que permitan derrotar estructuralmente la no tan nueva estrategia de guerra de la derecha pro-imperialista. A nuestro favor tenemos que la gran mayoría del pueblo venezolano (más de 60% según Hinterlaces) prefiere que se resuelvan los problemas con el gobierno del presidente Maduro y el pueblo chavista reconoce al presidente como su máximo líder (con más del 71% en la misma encuesta).
Presidente si quiere repolitizar al pueblo desmovilizado, háblele claro, preséntele crudamente la realidad que tendremos que enfrentar, la restricción de importaciones por la falta de dólares, en cuales rubros vamos a sufrir más estas restricciones, cuales son las medidas estructurales que se están tomando y como puede contribuir a su efectividad y sostenibilidad en el tiempo hasta poder derrotar definitivamente al enemigo, cuanto tiempo se estima tomará superar esta situación, en fin, haga al pueblo conciente de esta realidad y esclarezca con ello la esperanza de lograr el buen vivir con la revolución socialista. Si más de 3 millones de camaradas lo acompañamos el 28 de junio, seremos muchos más los que nos activaremos para torcerle el cuello a la guerra económica. Al pedir que se hable claro, no se está afirmando que no lo haya hecho, sino que no ha sido suficiente.
Ataquemos estructuralmente al enemigo que hoy se concentra en la guerra económica principalmente desde Colombia, como afirma Tony Boza en su articulo publicado como libro "La Guerra Económica y el Plan Colombia" (https://surversion.wordpress.com/2015/06/07/el-plan-colombia-y-la-guerra-economica/) que demuestra como la alta inflación, la devaluación forzada de nuestra moneda y la dolarización de la economía nada tienen que ver con el déficit fiscal, los aumentos de salario o la "sobreimpresión de papel moneda" como quieren hacer ver economistas de derecha y algunos de "izquierda" sino que estos índices económicos negativos obedecen a fenómenos sociales impuestos sistemáticamente desde los poderes internos y externos alineados al imperialismo y que ha usado como herramienta de guerra sostenida el Plan Colombia para derrotar a la revolución bolivariana desde sus inicios. Los cambistas de la frontera colombiana, dólar today, el lavado de dólares del narcotráfico, el paramilitarismo, las mafias de traficantes, la doble cara de Santos que nos declara la guerra con besos y abrazos y las estrategias de empresas privadas venezolanas se sincronizan y sintetizan en la guerra económica contra el país por lo que la respuesta debe ser integral, estructural y con la participación de todos.
Sin ser especialista en temas económicos me atrevo a proponer algunas estrategias que pueden ser efectivas para ir derrotando la guerra económica que se nos viene desde Colombia. Si lo que mantiene vivo el intercambio de Bolívares por pesos en la frontera (cambio usado como "referencia" por $ Today) es el contrabando de alimentos y de insumos producidos o comercializados desde Venezuela que requiere de grandes cantidades de Bolívares para comprarlos aquí y que mientras más devalúen engañosa y forzadamente la moneda simplemente dictando una tasa de cambio conveniente, más productos podrán llevarse con menos pesos propongo:
Primero: si el contrabando se acerca al 40% de lo comercializado en Venezuela, definitivamente tiene que haber complicidad interna, principalmente de los estamentos de las FANB que se encargan de custodiar la frontera, por ello el estado en su conjunto debe implementar una estrategia para sancionar ejemplarmente a los responsables sin importar su Rango militar o político, pues mas desestabilizan con lo que hacen a favor de los traficantes que lo que podrán hacer si los sancionamos. Segundo: sabemos que él método sancionatorio una vez ocurrido el hecho no es suficiente por lo que debemos tomar medidas preventivas como incorporar al poder popular organizado en la custodia de los pasos fronterizos en un esquema rotativo aleatorio que dificulte la asociación para delinquir, implementar el cierre escalonado de la frontera en las noches y fines de semana e incluso por días consecutivos para mejorar el control, colocar sistemas de videos en todas las alcabalas que puedan ser monitoreados por diferentes equipos contralores. Tercero: para disminuir la presión de las masas de colombianos favorecidos con el contrabando y estimular la exportación legal de productos venezolanos, principalmente la gasolina, debemos abrir proveedurías en la frontera que permitan comercializarlos en pesos colombianos canjeables a precio equivalente al SIMADI. Cuarto: establecer mecanismos diplomáticos para hacer ver el decreto colombiano que permite la operación legal de cambistas en la frontera como instrumento de guerra y solicitar su derogación aprovechando la coyuntura de que en Colombia se aprobó una nueva ley anticontrabando que puede ser instrumentada a nuestro favor.
En fin, a toda estrategia coyuntural deben sumársele estrategias que transformen estructuralmente nuestra economía para reducir su vulnerabilidad a factores exógenos como el Plan Colombia en los que el poder popular debe ser actor principal buscando esquemas que permitan explotar sus potencialidades a partir de sus intereses colectivos y de sus verdaderas capacidades. Que superemos aquellas "ayudas" que se convirtieron en sal y agua como muchos de los fundos Zamoranos pues sobreestimaban la capacidad organizativa de nuestro pueblo y la burocracia se las terminó tragando.
Presidente busquemos resultados diferentes con acciones diferentes, o inventamos o erramos, convoque a su pueblo a derrotar al Plan Colombia y su guerra económica que él no lo defraudará. Solo el pueblo salva o pueblo.