Una funcionaria corrupta, desleal, arribista, megalómana, mitómana, es destituida legalmente de un ministerio. Al poco tiempo aparece con un cargo de mayor nivel en otro.
Una ministra impone a varias comunidades la construcción de unas edificaciones inservibles a un costo elevadísimo, luego es premiada como candidata a un alto cargo de elección popular. Pierde, por supuesto. Pero sigue mandando por mampuesta.
Un tipo traiciona la revolución, maldice a nuestro máximo líder, reniega de nuestros más sagrados ideales, y retorna oportunista para ser galardonado con tribunas y postulaciones. Qué gran ejemplo de emulación socialista.
Otro parecido a este anterior, o peor, porque era de los que se suponía "patria o muerte", se pasa al enemigo, barre el piso con Chávez, apuesta a nuestra derrota, como pierde se disfraza de "ni ni", y entra a Miraflores por la puerta grande del guabineo universal, ganando millones publicitarios y ñapas amistosas.
Antes se les decía familias pasteleras, porque tenían enchufados en todas las tendencias políticas, para siempre disfrutar las mieles del poder.
En el paréntesis, el imperialismo lanza jaurías, decretos, cortinas de humo, mueren diez y siete más cuarenta y tres, pero somos campeones del olvido.
Un neoliberal depravado que propuso en una Zona Franca la maquila al estilo mexicano, salta de altos cargos a directorios como una rana resbalosa, hasta coronar la cúspide económica del Estado. Con razón vamos tan mal.
En el servicio exterior –no entiendo cómo- los poquísimos revolucionarios que hay son pisoteados por una variada gama de ofidios jala mecates que van, desde hijos de "fulano" hasta "ex" de zutano. Si alguien quiere más detalles, con gusto le hago la lista: opositores extremistas pero con padrinos "chavistas", gente sin compromiso con el proyecto bolivariano, sin preparación para los cargos que ocupan, personas que viven desde hace años en el exterior y ni se plantean regresar a Venezuela, chulos que se vacilan el cambur en divisas desde hace quince o más años, almas extranjeras, comisionistas, raspa cupos, cambiadores de dólares en el mercado ilegal y paga peajes.
Quienes manejaron y manejan la asignación de divisas, que se entregaron por ladrones a criminales intereses antinacionales.
Quienes armados y uniformados por la patria para resguardarla, se confabulan con el enemigo para destruirnos, todo a cambio de enriquecerse.
Quienes liberan asesinos desalmados a cambio de sumas millonarias para que salgan a rematar la inocencia del pueblo.
Quienes en su narcisismo no vacilan en zumbarse a las grandes responsabilidades sin tener la mas mínima formación.
Quienes en nombre de un legado que nunca entendieron ni menos honraron, reclaman para sí la majestad inmerecida de los usurpadores.
Me pregunto ingenuamente si con policías y jueces corrompidos, mas funcionarios penitenciarios bandidos, podremos salvar la vida de un sabio que pasea por Margarita.
La noche del domingo me arrojo con su notable señorío de nostalgia, a las dolorosas preguntas de Gilberto Santa Rosa: Que alguien me diga.