En varios de mis artículos escritos en aporrea, he planteado al Presidente NICOLAS MADURO la necesidad de declarar la inseguridad como un problema de estado, toda vez que las mediciones que hace el propio gobierno del comportamiento de los principales problemas que afectan a la población, la inseguridad sigue ocupando el primer lugar.
De allí que las medidas adoptadas por el gobierno con la aplicación de la OPERACIÓN PARA LA LIBERACION DEL PUEBLO (OLP), se corresponden con la magnitud que está tomando el problema DE LA VIOLENCIA, mas en las actuales circunstancias, en la que está presente el fenómeno del hamponato político. Alli están los nexos públicos de LEOPOLDO LOPEZ,CORINA MACHADO,ANTONIO LEDEZMA,HENRIQUE CAPRILES,ANTONIO RIVERO y otros tantos con individuos vinculados a sectores de la parapolítica.
La delincuencia tradicional tiene parámetros conocidos en todos los países del mundo, pero esta alianza entre polticos, paramilitares y hampa común, es un detonante de alta peligrosidad que preocupa a la población y por ende al propio gobierno.
Por lo tanto el tratamiento al fenómeno de la violencia, pasa por un proceso de concientización de la opinión pública, para que las políticas de represión que ha emprendido el gobierno, para atacar los focos donde se anidan estas organizaciones del delito político.hamponil, sean entendido por el pueblo en su real dimensión.
Comprensión necesaria, por cuanto el tema es delicado, ya que así como sería una necedad de nuestra parte, criticar por criticar algún hecho aislado que se produzca en el momento que se está ejecutando la operación de liberación por parte de los funcionarios de nuestros cuerpos de seguridad, también debemos ser vigilantes para que nadie aproveche la situación de conflicto, para cometer exceso contra la población decente, que habita los nuevos urbanismos, como las que viven en las comunidades de nuestros barrios.
Tratamiento humano que no pedimos para quienes deliberadamente, se han constituido en la representación del hamponato político delincuencial, para realizar acciones que atentan contra la paz social, política y económica del pueblo.
Contra esa cultura hamponil de los grupos que se han resistido atender, los llamados hechos por el movimiento por la paz, para que se desmovilizaran y dejaran la rutina del mal, no hubo ni habrá alcahuetería por parte de quienes en mi caso, he respaldado desde esta columna el esfuerzo realizado por José Vicente Rangel Avalos, cuando era Vice Ministro de Relaciones Interiores y Seguridad Jurídica.
Por cierto que últimamente la derecha delincuencial, ha desatado una campaña por las redes sociales contra la gestión de paz que realizo este funcionario, quien lo primero que hizo para enfrentar el problema de pacificación de bandas, fue reconocer que existían importantes grupos en la población, que habían tomado como forma de vida transitar por los caminos del delito.
Para entrar a ese mundo tenebroso del hampa, había que tenerlas bien puestas y una vocación de servir a la patria bien arraigada, o bien como dicen los entendidos, "para resolver un problema, primero tiene que reconocerlo", y cual mejor método para hacerlo, que entrar al propio vientre de la bestia.
No conozco a ningún otro funcionario de este gobierno, que haya hecho lo mismo por la paz , que haya estado tan cerca del peligro, cara a cara con los delincuentes, para conocer causas y actitudes de estos grupos, con cuyos conocimientos, pudo estructurar una estrategia, que lo llevo a obtener importantes resultados, que sin ser la solución del problema de la inseguridad , permitió que hoy cientos de jóvenes que militaban en el campo de la delincuencia , estén asumiendo otro rol en la vida, tal como lo demuestra el comportamiento de los integrantes de los famosos orejones del barrio Los Alpes de Ocumare del Tuy.
Traigo este ejemplo porque aquí hay muchos que dentro y fuera del gobierno, se rasgan la vestidura, pidiendo mano dura contra el hampa, pero a ninguno veo promoviendo acciones para atacar desde su raíz el problema de la delincuencia, ni yendo al fondo de las causas sociales que han contribuido a su desarrollo.
Al contrario, muchos de los que piden hasta la pena de muerte, gozan de grandes fortunas buenas y mal habidas, pero jamás han emprendido acciones sociales, destinadas a socorrer a los niños y jóvenes con problemas de conducta o a socorrer familias que provienen de hogares con pobreza crítica.
Esa escoria social como suele llamarle la oligarquía, es el semillero de la delincuencia común y bastión para el reclutamiento de parte de los grupos que hacen vida con los sectores de la derecha, que tienen a la cabeza a individuos como los que acaban de cometer el horrendo crimen de una mujer de la oposición,
En consecuencia ataquemos el hamponato político con toda la represión que sea necesaria, pero también la sociedad toda debe incorporarse con el poder que dispone para atacar las raíces del problema.
Hay mucho por hacer en el tema de la familia, la educación, la cultura y todas las manifestaciones que sirvan para sembrar valores a esos niveles y también en los hogares de la alta sociedad de donde salen los peores ejemplos como la corrupción, el tráfico y consumo de drogas.
De tal manera que no creamos que solo el gobierno por la vía represiva acabara con el problema social de la delincuencia común, hace falta la participación de la comunidad organizada, consejos comunales, movimientos sociales ,círculos bolivarianos, organizaciones culturales, empresariales y todo el estamento de la sociedad venezolana, con acciones sociales de profundo contenido humanitario, que vayan al fondo del problema, dejándole al gobierno la responsabilidad constitucional de garantizar la seguridad y la paz de los venezolanos, atacando con el uso de fuerza si fuere necesario a los factores de la derecha que han convertido su accionar político en un vulgar mecanismo hamponil para desestabilizar al gobierno ,sembrando terror y angustia en la población.
Por eso pedimos al gobierno que aplique métodos cónsonos con los delitos que cometan ,los sectores que militan en el hampa común y los grupos terroristas que actúan a la sombra de los aparatos políticos de la derecha, para que sus aberrantes actuaciones, no se las atribuyan al hampa común, que si bien es cierto, que sus actos son reprobados por la mayoría de los venezolanos, forman parte de uno de los problemas sociales que venimos arrastrando desde hace tiempo, pero que no es lo mismo a la nueva forma de delinquir que ha surgido de la alianza de políticos, paramilitares y delincuentes de todas las calañas Razón más que suficiente para pedir UNA OLP CONTRA EL HAMPONATO POLITICO, sacándolos de sus madrigueras e impidiendo que sigan utilizando el bachaqueo, el contrabando, el acaparamiento, la inflación inducida y el ataque cobarde a nuestros soldados de las fuerzas bolivarianas, para sembrar terror en la frontera con Colombia, con el objetivo de que el gobierno baje la guardia, para seguir desangrando la economía nacional, llevándose además de los alimentos, el billete de cien bolívares, el cual lo están utilizando para cambiar dinero bueno por dinero proveniente de la droga, el bachaqueo y el contrabando.
Organización hamponil que responde a intereses de las oligarquías Colombo - Venezolana, las cuales están acudiendo a todas las armas posibles, para dar al traste con el proyecto político que nos dejo el Comandante eterno Hugo Chávez.
Este poderoso enemigo de mil cabezas, estructurado por la CIA y que opera en la frontera, se ha convertido en un cuero seco, para los servicios de inteligencia de nuestro gobierno, ante lo cual, debemos cerrar fila al lado del Presidente Nicolás Maduro y exigirle que proceda sin vacilación a imponer acciones y políticas de estado, para acabar con esa amenaza que gira sobre nosotros, como una espada de Damocles. Las medidas de excepción constitucional constituyen una buena iniciativa, pero deben ir acompañada por una política de estado destinada a erradicar un mal que se hizo crónico en las fronteras del país, el cual se convirtió en un vulgar negocio del cual han vivido o se han lucrado funcionarios corruptos de los gobi8ernos de la cuarta republica y también de la quinta. De cuyas prácticas se conocen muchas historias, donde aparecen involucrados funcionarios de los gobiernos venezolanos y colombianos.
Por lo tanto basta de miramiento y contemplaciones con la falsa postura del gobierno Colombiano, que atiza el contrabando desde Venezuela, para evadir su responsabilidad de garantizar la alimentación de sus conciudadanos, que habitan del lado de su frontera, como lo hace responsablemente el gobierno venezolano, que no solo alimenta a nuestro pueblo, sino que por razones humanitarias tiene además que alimentar y dar cobijo a mas de cinco millones de colombianos que han sido desplazados de su territorio por los grupos paramilitares que operan del lado colombiano.
Cuyos grupos han sido trasladados a nuestras ciudades, con el fin de implementar la parapolítica ordenada por los voceros de la derecha golpista.
Hay o no razones para que el gobierno venezolano reaccione con una actitud distinta a la que ha tenido durante los últimos años?
Claro que si, hemos sido demasiado papaya con los sectores mafiosos que se instalaron en la frontera, entre los que sin lugar a dudas participan gente ligadas a nuestros cuerpos policiales, quienes por no tener sentido de patria, acuden a todo tipo de argucia y artimañas para burlar las intenciones patrióticas del Presidente NICOLAS MADURO,
La conducta antipatriótica de los grupos que se dedican a sembrar de violencia la frontera colombo-venezolana, atenta contra la soberanía nacional.
Por lo tanto que el sacrificio de estos jóvenes soldados venezolanos, sea la clarinada, que nos haga despertar todo el sentimiento patrio que nos sembró nuestro comandante eterno y nos llene de conciencia para combatir y castigar con todo el peso de la Ley a los que han hecho de la frontera un espacio minado por la corrupción.