La verdad uno no sabe como reaccionar ante el descaro del gobierno colombiano. El cinismo de los voceros de la Casa de Nariño sólo tiene parangón con el caradurismo de los representantes de La Casa Blanca. Nos preguntamos ¿con que moral las autoridades del vecino país acusan al gobierno venezolano que preside Nicolás Maduro de violarle los derechos humanos e irrespetar a los colombianos que traspasaron el suelo patrio?
Desde que tenemos memoria, y lo decimos con propiedad porque nacimos y crecimos cerca de la frontera colombiana, el gobierno colombiano no ha asumido la responsabilidad que tiene con ese pueblo que hoy "tanto defiende". De niña pude ver de cerca el drama de familias que cruzaban la frontera en busca de techo, trabajo y comida porque en su país no tenían las condiciones mínimas de subsistencia pero además escapaban de ese inframundo de guerra, narcotráfico y sicariato. Las más abominables prácticas fueron propiciadas por quienes hoy se jactan de ser humanistas como el señor Álvaro Uribe Vélez, el padre del paramilitarismo.
Nuestro país acogió benévolamente a muchos "paisas" y debo decir con toda propiedad que el gobierno de Hugo Chávez Frías fue quien más hizo por esas personas que venían a nuestro país en busca de una mejor vida ya que en su país eran ignorados y maltratados por los gobiernos oligárquicos de turno. Se puede decir que Chávez creó para ellos la Misión Paisa ya que no sólo los nacionalizó, sino que les garantizó, techo, alimentación, salud y educación. Porque hay que ver como cientos de colombianos se beneficiaron de las Misiones Socialistas con lo cual mejoraron considerablemente su calidad de vida. Nos gustaría tener a mano esas cifras para publicarlas y darles en la madre a los infames que desde medios propios y foráneos manipulan una realidad tan palpable.
Otra verdad clara como el agua cristalina y de la cual tenemos evidencia y hay que decirlo para que les de vergüenza, es que muchos de esos voceros de la oposición venezolana algunos de los cuales formaron parte de gobiernos cuarta republicanos, esos que hoy se erigieron defensores "del pueblo colombiano" que según ellos están siendo deportado a la frontera y tratados como los judíos en la segunda guerra mundial o como los Palestinos por los Israelitas, fueron los mismos que se aliaron con la oligarquía vecina para desaparecer a cientos de campesinos colombianos. Recuerdo que trabajé como corresponsal de un diario en el Sur del Lago y no olvido los testimonios de lugareños quienes responsabilizaban a terratenientes, muy vinculados a la guanábana gobernante de entonces, de tratar como esclavos a los braseros indocumentados inclusive un anciano llegó a mencionarme que las tierras de Santa Bárbara del Zulia eran fértiles porque fueron abonadas con los cuerpos de cientos de pobres colombianos. Por cierto que entre los genocidas hay unos exgobernadores del pacto de Punto Fijo que se enriquecieron explotando a esos pobres inmigrantes. Para fortuna de unos cuantos ilegales colombianos se acabó la diversión ya que llegó el comandante Chávez y mandó a parar, le puso coto a tanto vejamen y por fin se hizo justicia con esos pobres cristianos desplazados.
Durante años este país ha asumido un problema social que le corresponde a atender a las autoridades del vecino país. Nos han retribuido con una invasión de lo peor que tienen para exportar: paramilitarismo, droga, contrabando y extracción de nuestras riquezas. ¿Hasta cuando vamos a seguir calándonos ese festín? No somos xenófobos por el contrario pero si creo que debemos ser selectivos, la frontera no puede abrírsele a cualquier bicho de uña. En nuestro país necesitamos gente que aporte no que destruya nuestra economía, cometa asesinatos, y trafique con drogas y seres humanos. Los que quieran construir patria que vengan los que no que agarren sus macundales.