El mercantilismo, el afán de lucro, las ansias de poder, el individualismo y el egoísmo, que trata de inocularle al pueblo las minorías rapaces y crueles, que ostentas grandes fortunas a escala mundial y en cada país, generadores del capitalismo salvaje, debemos advertirles que jamás vencerán a Bolívar, a Chávez, a Guaicaipuro, al Che, a Marx, a Engels, a Lenin, a Mao, a Fidel, a Martí, a Luxemburgo, es decir, a todo ese potencial de mujeres y hombres que ha parido la madre Tierra y cuyas ideas cargadas de humanismo están esparcidas por todos los rincones del mundo.
El capitalismo salvaje es incapaz de ofrecer ideales, metas trascendentes ni posibilidades de vida digna y prospera a las mujeres y los hombres. Al contrario la barbarie capitalista a través de sus lacayos, títeres y vende-patrias, con el apoyo de los desaforados medios de comunicación social privados, buscan detener la rueda de la historia que los aplastará irremediablemente, esto es, la fuerza irreductible del Poder Popular en una lucha de clases que cada vez ofrece más luz hacia la batalla final. "Patria es humanidad", dijo Martí. También está, la enseñanza del comandante Chávez. Debemos luchar unidos para realizar un destino común como pueblo en el que confluyan las mujeres y los hombres de este hemisferio.
Estamos conviviendo en una Nación gloriosa que ha entendido hasta la saciedad durante este proceso socialista liderado por Chávez que esta liberación sería una falsedad sin el protagonismo y la participación del pueblo, es decir, sino tiene como protagonista a esa inmensa mayoría de mujeres y hombres que están viviendo la experiencia de una revolución liberadora y al mismo tiempo, han gozado, han vivido las enseñanzas del magisterio del más universal de los hombres de nuestra nueva historia: Hugo Rafael Chávez Frías. La deslealtad apátrida está sin pueblo y la carga del azaroso miedo que les domina cada vez es más visible.