Coño, Presidente ¿Cómo que no se puede?

Hay cosas, en la política nacional, que resultan incomprensibles para el pueblo venezolano y que por incomprensibles, contribuyen a incrementar el descontento con el gobierno del camarada Nicolás Maduro. No se entiende, por ejemplo, la lentitud con la que el gobierno toma decisiones que están de anteojito, sometiendo así a las grandes mayorías a penurias que no tienen razón de ser.

En contraste con esto, las acciones de nuestro gobierno en materia internacional (caso decreto de Obama, caso Guyana, caso Colombia, caso diálogos de paz, caso intento de golpe en Ecuador) han sido mucho más expeditas y acertadas. Con todo respeto al Presidente uno está obligado a pensar si será cierto que perdimos un excelente canciller y ganamos un mal presidente.

Personalmente no creo que sea así, pero lo que este humilde aprendiz de escribidor piense, poca importancia tiene, pues lo que importa es lo que piense el pueblo… y el pueblo está arrecho.

El cierre de la frontera, por ejemplo, fue un parto. No hay red social, esquina mercado o medio de comunicación en el cual el pueblo no haya exigido y casi rogado por el cierre de la frontera. Lenta, muy lenta fue la evaluación de la conveniencia o no de hacerlo y cuando por fin se tomó la decisión, le brindamos a la oposición la oportunidad de decir que se hizo por una simple razón electoral.

Con la operación Liberación del Pueblo (OLP) ocurrió lo mismo. ¡Mano dura con la delincuencia! gritaba el pueblo por todos los rincones hasta que por fin se tomó una medida. ¿Cuántas vidas pudieron salvarse? ¿Por qué se permitió que la delincuencia tomara tanta fuerza?

Podríamos enumerar cientos de medidas, como el aumento necesario de la gasolina, que han debido tomarse y no se han tomado, pero queremos en esta oportunidad concentrarnos en el caso de los ¨bachaqueros¨. Nada justifica el drama que vive el pueblo por culpa de estos delincuentes. Nada justifica que no se hayan tomado las acciones contra esos hambreadores. Nada justifica que unos pocos se enriquezcan a expensas de todo un pueblo indefenso.

Por lo menos ridículo resulta el argumento que se esgrime, en relación a que no hay ley que permita sancionarlos. ¿Pa´ qué carajo somos gobierno entonces? ¿No podemos hacer una ley con urgencia? ¿Y no se otorgó al presidente una ley habilitante?

Peor es que nos digan que hay tener sumo cuidado porque los bachaqueros son gente humilde y en buena medida indígenas. ¿Será que eso les da patente de corso para delinquir?

Si, todos sabemos que detrás de los bachaqueros hay mucho dinero y grandes mafias, pero vuelvo a preguntarme ¿y pa´que somos gobierno entonces? Si acabamos con los bachaqueros se elimina el canal de suministro a esas grandes mafias y eso sólo puede hacerlo el gobierno nacional.

Nada, la única verdad es que el gobierno sigue lento y no termina de ponerse a la altura de un pueblo que a pesar de todo le sigue siendo leal, pero que le cuestiona como lo hacen los revolucionarios: acompañando la crítica con una propuesta.

No hay justificación para tanto dolor, rabia y tristeza en el seno del pueblo, pues identificar a los bachaqueros es algo que ya debería haberse hecho, pero allí están delinquiendo impunemente a la vista de todo el mundo. Incomprensible que se permita tanta impunidad.



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Alexis Arellano


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