En nuestra primera entrega, señalábamos un poco sobre la transformación espiritual y socialista de nuestro pueblo. Y lo explico mediante un ejemplo. Leyendo uno de los diarios de la derecha, el principal germen del bachaqueo no es la escasez o la necesidad, el principal germen o los principales gérmenes del bachaqueo es el individualismo y el egoísmo, que se activan y exacerban con la escasez y las necesidades, porque fundamentalmente el capitalismo nos impone y nos crea necesidades.
Muy interesantes las palabras del ministro de planificación y finanzas, Ricardo Menéndez en Antímano el pasado viernes 9 de octubre, en el marco de la consulta sobre las 17 metas de desarrollo sostenible aprobadas en esta 70 Asamblea Anual de las Naciones Unidas. Señaló Menéndez que hay un quiebre entre los indicadores económicos y los indicadores sociales, porque como entender, y reconocía además, en un país con tan alta inflación como Venezuela, en buena medida producto de distorsiones económicas inducidas por ciertos actores "empresariales", las cifras de desempleo se ubiquen en un 5%, que no se haya cerrado ni una sola escuela o universidad o se le niegue la atención gratuita a nuestro pueblo. Unos datos y verdaderas reflexiones interesantes desde mi punto de vista.
Sin embargo, no es de esto que a lo que nos queremos referir en las líneas que siguen, ya que acerca de la transformación espiritual y socialista de nuestra sociedad nos referimos en la primera entrega, y tal vez en otros momentos nos podamos volver a referir a ello e incluso profundizarlo. Hoy nos vamos a referir sobre lo que debe hacer el Estado, y fundamentalmente la Administración Pública, el Gobierno, en este modesto aporte de ideas para poder ir saliendo de este laberinto y esta crisis en la que actualmente nos encontramos.
Lo primero que se debe hacer, y valiente el aporte del Presidente Nicolás Maduro en ese sentido, no sólo reconocer que dentro de cincuenta y tres (53) días vamos a unos comicios verdaderamente complejos y difíciles que hayamos vivido en dieciséis años de Revolución hecha Gobierno. Y que los problemas que actualmente nos agobian se han profundizado luego de la partida física de Hugo Chávez. Que nos han atacado por todos los frentes y por todos los flancos, pero no podemos ni pueden el Estado ni el Gobierno Bolivariano quedarse cruzados de brazos. Por eso, reconocer que estamos atravesando por un período de graves e inmensas dificultades, es un primer avance para poder hacer un verdadero propósito de enmienda y tomar las acciones que contribuyan a la rectificación de esos errores.
En segundo lugar, uno de los principales problemas que atraviesa nuestro pueblo, tiene que ver con el de abastecimiento de alimentos. Se han dado duros golpes al delito, la trampa, el bachaqueo, el contrabando de extracción, pero aún persisten las colas, el boicot, el sabotaje y desangramiento a nuestra economía. Es fundamental en estos momentos, apurar la realización de los mercados comunales y que estén completamente abastecidos y en perfectas condiciones los locales bolivarianos para no tener que hacer cola en un solo día, y minimizar estas colas, que son una espada de Damocles en estos momentos a nuestra Revolución.
Es verdaderamente increíble cuando en el día de ayer visité los abastos Bicentenario de Puerto Ordaz, en el estado Bolívar, en el Centro Comercial Zulia, y constatar no sólo la poca variedad de productos, sino que peor aún. Un horno estaba mucho más fresco que las instalaciones de este Bicentenario, ya que el aire acondicionado ha estado dañado quien sabe por cuantos meses. Recuerdo lo que el mismo Enrique Dussel ha señalado sobre el socialismo: "El socialismo debemos hacerlo humanamente gratificante". Y agarrar este tipo de calorones, no creo que lo sea. Apuesto fuerte a locha que hay más de un Bicentenario en condiciones similares al que pudimos constatar en el de Puerto Ordaz.
Un tercer elemento tiene que ver con la formación, capacitación y optimización del tiempo dentro de lo que es la Administración Pública. A veces no comprendemos que el tiempo perdido jamás se puede recuperar. Cada instante debe ser para nosotros un gran tesoro para continuar con nuestra formación dentro de las instituciones públicas.
Pienso que es verdaderamente lamentable que en nuestra Administración Pública, y fundamentalmente las que manejan las carteras más delicadas e importantes, haya personal tan ineficiente, absurdo, inmoral y con falta de conocimiento para el desempeño de las tareas que les corresponde. No son todos, pero éstos como que son los que más bulla hacen.
Es verdaderamente sorprendente como se pierde gran cantidad de recursos financieros, económicos y que el Estado sea tan ineficiente y le tema querer hacer las cosas como le corresponde.
Autocríticamente debemos reconocer que no hay un seguimiento efectivo de las políticas públicas de nuestro Gobierno Bolivariano. Menos aún, hemos formulado procedimientos para poder medir fehacientemente los progresos ni los impactos de nuestras políticas, sean estos negativos o positivos, favorables o desfavorables.
Es por eso que pienso, dentro de este estado de cosas, que sería bueno plantearse la autoevaluación de cada uno de los servidores públicos y las servidoras públicas. ¿Estamos cumpliendo o no con los preceptos consagrados en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el resto de normativas que conforman la nueva arquitectura jurídico- política que estamos construyendo?
Sería interesante que, y en principio, porque hace muchísima falta, que las Oficinas de Gestión Humana de nuestras instituciones programe una serie de capacitaciones objetivas al personal. En primer término, esa capacitación debería versar enseñar a nuestros funcionarios públicos y funcionarias públicas A SER GENTE, A TENER CUALIDAD HUMANA, A RESPETAR EL DERECHO DEL OTRO, A APRENDER A RESPETAR y la MOTIVACIÓN AL LOGRO, esto debería conducirnos a trascender la cultura del funcionario público o funcionaria pública del 15 y último para establecer la cultura del servidor público y la servidora pública a la orden del pueblo.
Nuestro Estado debe hacer una serie de reorganizaciones en relación a la función pública, de modo que el salario sea de acuerdo a la calidad de la atención, desarrollo y preparación. Estas serían unas primeras medidas acompañadas de otras que son necesarias para lograr que el monto salarial sea acorde según la calidad del trabajo, respeto y aprovechamiento del tiempo establecido para la jornada laboral.
Y culmino estas líneas, haciéndome la siguiente pregunta: ¿Dónde están las Escuelas de Formación de los Cuadros Técnico- Político Administrativos en nuestras instituciones que nos manda a conformar nuestro Plan de la Patria, que hasta donde sé, es ley de la República? Por muchas dudas que tengo.