- Reconocer y analizar en qué decisiones nos equivocamos. Como gobernantes, esto es muy importante para avanzar sin repetir errores.
Creemos que el proceso revolucionario ha tenido capacidad para enmendar los errores que se hayan cometido, quizás no con la celeridad que se haya requerido, pero lo ha hecho. Un ejemplo claro, fue la medida de cerrar la frontera con Colombia.
- Es necesario luchar, a toda costa, para mantener la unidad del bloque social que fue el constructor del proceso de democratización nacional, esta alianza de sectores indígena-campesinos o de campesinos con sectores obreros, con profesionales, estudiantes, la unión cívico-militar, entre otras, esta alianza que se logró después de mucho tiempo de oscurantismo dictatorial y neoliberal, hay que defenderla.
El Presidente Nicolás Maduro Moros, ha mantenido y reforzado siempre la premisa de la Unidad, por encima de toda clase de vicios, la unidad del pueblo; habría que reforzar más la unidad entre éste y la dirigencia partidista, para fortalecerla. No basta que se unan los partidos en el gran polo patriótico, que en si es un logro, hay que relacionar más el dúo pueblo-partido.
Por otro lado, hay que buscar una mejor vinculación entre el Poder Popular y las instituciones del Estado, por ejemplo, vincular la Comuna con las Instituciones; podemos colocar a un experimentado servidor de las Comunas en cada uno de los Ministerios e Instituciones, para que desde allí se potencie la consolidación de las Comunas.
- La capacidad de gestión económica, la gente nos va a seguir apoyando o nos va a rechazar por cómo orientemos la economía y depende de la realidad de cada país.
Quizás, en este aspecto, es donde mas hemos tenido tropiezos. Las medidas económicas tomadas por el gobierno bolivariano, no han sido las más adecuadas, a excepción de las últimas, porque esperamos ver sus resultados; inadecuadas por múltiples razones, y necesitamos acertar, porque podríamos vernos menguados en el apoyo de la gente. Además, activar la aceleración en este aspecto.
- Cada decisión que se tome debe estar orientada a beneficiar al núcleo duro, a aquel que no nos va a abandonar nunca, a los más pobres, a los más humildes, a los más maltratados. Si tenemos que distribuir los costos, no los hagamos recaer sobre los más humildes, sino sobre los que tienen más para mantener el apoyo de los que tienen menos. Nunca se debe perder la base de apoyo de tu núcleo duro porque, al fin y al cabo, de ahí venimos y cuando pase todo esto, ahí vamos a volver.
Agregamos que no solamente al núcleo duro, sino a la gran cantidad de servidores públicos, que muchas veces los olvidamos, siendo éste, contradictoriamente, uno de los sectores más vulnerables del proceso.
- El constante proceso que deben desarrollar los revolucionarios de repolitización y reideologización de la sociedad, esta es la tarea más difícil, porque cada vez que se requiere de mayor cantidad de personal en el aparato estatal, asumen los integrantes de los sectores sociales y estos se despolitizan. Al despolitizar esos sectores, convertir al activista en funcionario público y dejar abandonado a la comunidad o al sindicato, hemos dejado un espacio para que las fuerzas conservadoras vuelvan a apoderarse de esos sectores. Por ello, toda medida económica que favorece a lo popular debe estar acompañada de un proceso de narrativa política, de politización, de un sentido de lo político: lo comunitario, lo social, lo socialista y lo comunista, mediante cursos de formación política, seminarios, charlas y demás.
Decíamos en el apartado anterior, que los servidores públicos son los más vulnerables, porque precisamente al convertir al activista en funcionario público, lo estamos despolitizando y hemos propiciado que abandone la trinchera de lucha al lado del pueblo. Hay que mantenerlo allí, y atender sus múltiples problemas.
Creemos igualmente, y esto lo hemos enfatizado muchas veces, hay que retomar un Plan Nacional de Formación Sociopolítica, a todo nivel, tenemos los cuadros necesarios para esta tarea.