Caracterizada por el odio ancestral hacia las clases populares, la variopinta oposición venezolana no define una estrategia política para ganar los escaños en la Asamblea Nacional.
Algunos de sus más notables candidatos, validos de un gran esfuerzo a contracorriente de sus pervertidos prejuicios de clase, cargan carajistos, besan viejitas y hasta se atreven a tomar uno que otro café de la mano de los escuálidos (por cantidad y calidad) que por engaño o desconocimiento por ahora les sigue.
Por supuesto, que tales escenas están rigurosamente montadas por el marketing de las empresas de publicidad contratadas para tal fin, así en todas sus propaganda de televisión, vemos como mediocres actores tratan de imitar sin éxito, a los pobres, la gente del barrio, a nosotros, que como dice Gino González: Somos todos con Chávez.
Ellos adolecen de ritmo y sabor ante la salsa, el merengue y el guaguancó, ello son insípidos parcos y lejanos a un pueblo que camina y avanza rumbo al socialismo del siglo XXI. Lo que demuestra, que su bajo nivel de aceptación en seno de un electorado, (revolucionario, culto y consiente) no es solo el control de la Asamblea Nacional, sino la restauración del viejo y derrotado modelo neoliberal, el cual es proporcional al descalabro de dicha tesis económica en todos los países donde se impuesto a sangre y fuego, tal como ocurrió en el caracazo de1989.
En ese sentido su única táctica sigue siendo convocar los odios, el resentimiento y la disconformidad en el electorado, toda vez que a su juicio la guerra económica que han impuesto al país con saña y alevosía, "le dará frutos en las urnas por mandato de un supuesto voto castigo contra los bolivarianos".
Y es que en su oscurecida visión de país, lo que destaca es privatización, FMI y subordinación al imperio. Todo camuflado por un mensaje ideologizante que pone especial énfasis, en la fácil obtención de riqueza individual, el sueño Americano de la prosperidad material y el crecimiento de un minúsculo sector que se erige como ejemplo de trabajo y sacrificio aunque para nadie es un secreto, que ni trabajan ni se sacrifican por nada ni por nadie. (Revisen las históricas familias oligarcas y constaten lo antes dicho)
Ellos son herederos directos del descalabro de la cuarta república, ese periodo triste de nuestra historia que después de 70 años de explotación petrolera, nos llevó a 80% de pobreza. Comparen y juzguen donde estamos hoy después de 17 años de revolución y como éramos en el siglo pasado. Solo basta ver la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Por ultimo quiero, destacar que si bien hemos cometido errores, por acción u omisión, no por ello claudicaremos en nuestro empeño por un mundo de vida, para la vida y por la vida. Todos a votar, lo que está en juego es la patria.