A una semana del domingo seis

Si yo fuese en verdad mago y adivino, tendría sobre mi mesa una de esas bolas de cristal de cuarta generación que todo lo adivina, pero en realidad lo que soy es sólo un aficionado, un aprendiz, eso si muy perceptivo, por tanto, con my vieja bola de cristal, que a veces se pone con neblina. Esto ocurrió cuando traté de indagar sobre el futuro día 6 de diciembre.

Estamos alrededor de la mesita, un grupo de chavistas de la Esquina Caliente, que curiosos vinieron a preguntarme, "claro conocedores de mis habilidades adivinatorias" sobre que sucederá en esta famosa fecha, tan decisiva e importante para los venezolanos y demás pueblos de las Patria Grande.

Petra, muy gentilmente nos trae el pichel lleno de café, que hábilmente reparte entre mis asiduos amigos su aromático y humeante elixir se expande por el cuarto.

Apago las luces de la salita, y bajo la penumbra hacemos rueda agarrados de las manos e invocamos al gran maestro y a otros espíritus que no podemos decir, pues el voto es secreto. Y los espíritus desean permanecer anónimos.

Tenemos suerte, compatriotas, -les digo- empieza a disiparse la neblina, vislumbro a un emperador con sus legiones cruzando un río, y una frase escrita en la orilla, que dice: "la suerte está echada", es Julio César cruzado El Rubicón. Esto significa amigos míos, un punto al que hemos llegado, y del cual no existe retorno.

Debemos seguir adelante.

En este punto nos llega sonriente Petra, con unas empanaditas de cazón calienticas, y olorosas que abren nuestro apetito, Toribio, Andelfo, Jorge, Rosa, Mao, y el calvo Cheo, toman una de la bandeja, y nos disponemos a degustar este exquisito manjar, preparado con el cariño y habilidad culinaria de Petrica.

De nuevo trato de hacer contacto con los espíritus, de adivinar el futuro del día seis, pero la neblina se torna más y más espesa, dentro de la bola, nada, nada aparece, pese a todos mis esfuerzos e invocaciones. ¡De repente!

flash, plash, plum, una llamarada surge de la bola encendiendo el resplandor la salita como si fuese de día. José se restriega sus ojos con cara de asombro y todos quedamos en silencio, como asustado, y expectantes.

Luego una voz, que de lejos se escucha, como de otra dimensión, la voz retumba en las paredes como trueno y escuchamos:

"Ese día dependerá, de que todos seamos Chávez ".

Nos miramos las caras, de asombro, y cubro la esfera con un lienzo rojo.

¡Si señor! les digo a mis amigos allegados de la Esquina Templada, todo depende de lo que hagamos ese día. Sí todos somos Chávez, si queremos profundizar, cambiar y que este proceso continué, que podamos transformarlo en una verdadera

"Revolución Bonita"

Tal y como Hugo soñó, como nos dijo tantas y tantas veces con su voz el Comandante Chávez.

Todo dependerá de nuestra actitud ese día seis, hay que ir a votar, por el recuerdo de las luchas pasadas, por todos los patriotas caídos desde el 4 de febrero y por los caídos en pasados combates.

No, no seremos otra Argentina, ¡lo juramos!, demostraremos este día seis, que los venezolanos somos dignos hijos de Bolívar, que los Chavistas revolucionarios somos Chávez, como le juramos en su partida.

Unidad, Batalla y Victoria.



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José Juan Requena


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