SOS Unasur: pacto por la no violencia

Como bien sabemos, los dirigentes de la oposición se han negado a firmar un acuerdo de respeto a los resultados electorales, lo cual es bien serio. Sin embargo, ellos han venido participando en todas las auditorias, incluso, en aquellas donde ha estado presente Unasur y hasta ahora no tengo noticias de una protesta formal en torno a los resultados de las auditorías. Entonces, ¿si han participado en las auditorías, han avalado los resultados, por qué no se firma un acuerdo de respeto a los resultados electorales? Según creo, porque la dirección opositora ha ido instalando entre sus partidarios y en general, en el mundo político, la opinión de que sólo si hay fraude, la oposición perdería la mayoría de la Asamblea Naciional.

Simultáneamente, en nuestra región latinocaribeña y en el mundo avanza una campaña según la cual, la única manera de que la oposición pierda, es que haya fraude. Esta campaña está acompañada por la descalificación del CNE y de Unasur, pese a que como se sabe, la delegación de Unasur es lo suficientemente plural como para garantizar su imparcialidad.

Entre otros, esta campaña es liderada por John Kerry, Secretario de Estado de EEUU, miembros de la Unión Europea, particularmente, del parlamento europeo, un grupo de ex-presidentes y de intelectuales totalmente contrarios al gobierno de Venezuela y absolutamente parcializados a favor de la oposición.

Violando el carácter multilateral de su liderazgo, el Secretario General de la OEA, se ha sumado a la campaña dirigida a descalificar el proceso electoral venezolano, que él no conoce, irrespetando a las instituciones venezolanas, como el Consejo Nacional Electoral (CNE), pasando por encima de Unasur, organismo multilateral de gran peso en Suramérica y que está actuando en nombre de la comunidad de Estados de esta región. Obviamente, ese no es el papel del Secretario General de la OEA, quien debería tener un poco más de sindéresis y ponderación.

Para los que dirigen la oposición los únicos que pueden ser aceptados como acompañantes del proceso que culminará el 6D, cuya opinión ellos aceptarían, son representantes de EEUU y la Unión Europea. El problema es que estos señores no son observadores imparciales. No sólo porque ya se han pronunciado categóricamente condenando el proceso venezolano, sino que participan en una campaña para desestabilizar al gobierno bolivariano. No pueden ser jueces y parte. Tiene toda la razón el CNE al no aceptarlos como acompañantes.

Además, ha habido un gran esfuerzo de parte de los Estados suramericanos para constituir y consolidar a Unasur como un organismo regional fundamental. En consecuencia, estamos en pleno proceso para reafirmar a Unasur como una institución confiable, como un árbitro fundamental en los asuntos regionales, en consecuencia no podemos dejarla de lado en momentos cruciales no sólo para la República Bolivariana de Venezuela, sino para toda la región. Incluso para el mundo. La paz regional y la paz mundial tienen que ver con los acontecimientos que se produzcan el 6D. Le corresponde a Unasur cumplir un papel protagónico por el bien de nuestra región y diversos procesos internacionales que se están desenvolviendo. Eso es lo que le conviene a los Estados suramericanos y los dirigentes de la oposición deberían considerarlo así.

Dados los diversas amenazas de violencia y las agoreras declaraciones de personajes internos e internacionales, recomendamos y rogamos a Unasur que organice la firma de un acuerdo que suscriban todas las partes adquiriendo el compromiso de no recurrir a la violencia. Si esto pareciere pertinente y ojalá así sea, dejamos en manos de Unasur, la implementación y puesta en marcha de esta iniciativa.

Respetuosamente,

Julio Escalona

Profesor Universitario



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Julio Escalona


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