Hoy disfruté el excelente programa El Desayuno, que conduce el camarada Jordán Rodríguez junto a Dahir Rahl, (la cual se encuentra disfrutando de unas merecidas vacaciones) y que gusto observar como voceros de la calaña de un Gerardo Blyde, María Corina Machado, Delsa Solórzano y Tomás Guanipa, despotricaban del Poder Popular. ¿Será que los nuevos diputados y las nuevas diputadas de la derecha a partir del 5 de enero se enfrentaran al Poder Constituyente Originario, al Poder Popular?

Es por ello, pese a disfrutar de unas vacaciones como lo he expresado, no he podido declararme en receso de la escritura. Creo que los abogados y abogadas que abrazamos la causa de la Revolución Bolivariana, independientemente de la ubicación laboral o institucional, debemos hacer nuestros aportes para contribuir a despejar las dudas respecto a la figura del Parlamento Comunal Nacional.

Caer en la trampa en la que algunos voceros de la derecha nos quieren poner, de que si el Parlamento Comunal Nacional no está establecido en la Constitución y el Parlamento Comunal sí, demuestra la ignorancia que raya en estulticia por parte de los voceros de la derecha, pero esto no es nada inocente.

Por ello, el ensayo que hice y que sirvió como segunda entrega de este aporte que quiero hacer, tiene que ver con doctrinas y elementos jurídicos y políticos para dar el debate. Lo mejor de esta coyuntura es que no sé ustedes, pero particularmente a mí me puso nuevamente a estudiar e interpretar el Derecho.

En estos momentos debemos hacer énfasis en el logro más importante de nuestro proceso revolucionario y del legado de Chávez que es la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada mediante referendo popular el 15 de diciembre de 1999, este es un detalle que no se nos puede olvidar más nunca, y es algo que la derecha fascista obvia, por eso se estrellan.

Nuestra Carta Magna, nuestro Contrato Social que hemos decidido darnos las venezolanas y los venezolanos se fortalece en el ideario bolivariano, la justicia social y el cambio axiológico entre las visiones y la pugna entre la democracia representativa y la democracia participativa y protagónica.

Vivimos una realidad institucional hegemónica en la que se encuentra el Estado venezolano hoy en día ante la realidad político electoral y de sus clases dominantes. Como lo hace el abogado y sociólogo Luis Damiani, próximo magistrado de nuestra Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, hay que volver a Gramcsi cuando expone que “dichas clases dominantes son realmente hegemónicas cuando sus propuestas son aceptadas por el país”. No podemos olvidar que la realidad política e ideológica de nuestro país en el siglo pasado estuvo basada en los valores deshumanizantes del capitalismo y la burguesía en respuesta a los nuevos valores que demanda el pueblo venezolano en la década de los ochenta del siglo pasado, apuntando a una nueva alternativa y modelo de país llamado Socialismo Bolivariano o Socialismo del Siglo XXI. Es por ello, que con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se propone la construcción de un nuevo Estado Democrático y Social, de Derecho y de Justicia, frente al viejo Estado que todavía impera.

Debemos categorizar al Estado actual en su conflicto social, el cual se agudizará el año que viene, de eso que no nos quepa la menor duda; y las diferencias se manifiestan y manifestarán siempre en lo social, lo económico, lo político, lo internacional, lo cultural, todo ello con la finalidad de rechazar los intereses nacionales del Estado.

Debemos privilegiar de nuestro texto magno indicando los cambios en el trasfondo teórico constitucional, que genera una nueva fisonomía del Derecho Constitucional venezolano e infiere la necesidad de la intervención activa del Estado venezolano para garantizar los derechos sociales, que son plenamente exigibles y reconociendo entonces ante ello, al Estado como un ejercicio para la felicidad común.

Debemos tener suficientemente claro la existencia de una correlación de fuerzas contraria frente a la Constitución, que iniciara formalmente el 5 de enero de 2016, planteando de esa manera dos modelos de proyectos de País citando a Hayek para dejar un mensaje respecto al Estado Social de Derecho y de Justicia, es por ello que hay que instar a seguir los preceptos constitucionales que ha apostado a una nueva democracia popular visionaria de políticas públicas incluyentes.

Nuestra primera constitución nace en 1811, pero como lo expresa el abogado constitucionalista Hermann Escarrá Malavé, en realidad nuestro país ha tenido seis o siete constituciones realmente, las demás han sido reformas, y es de resaltar que todas las “constituciones” salvo las de 1811 y la de 1999, han sido producto de hechos violentos y Golpes de Estado. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 nació como producto del pacto del Comandante Hugo Chávez con el pueblo venezolano a través del decreto Nº 3 ; donde se pregunta a los venezolanos por medio del Consejo Nacional Electoral estar de acuerdo o no en ir al Proceso Constituyente Democrático con Libertad.

Nuestra Constitución vigente respeta la subordinación de todos los Poderes Constituidos al pueblo y está presente en ella un proyecto de país para la construcción de la 5ta República con el presidente Chávez junto al pueblo legislador, así mismo, es bueno destacar que no se pueden hacer interpretaciones que vallan en contra de los principios axiológicos del Estado Social de Derecho y de Justicia y a un proyecto de país formalizado y reconocido por el pueblo soberano.  La  Constitución es la carta de nacimiento del Estado Social de Derecho y de Justicia, la cual está en peligro con la nueva Asamblea Nacional.

En artículos y entregas anteriores he expresado, al igual que otros analistas y expertos constitucionalistas los problemas que en el orden político y constitucional se presentarán en el año 2016, pero en esto le tomo la palabra a Escarrá : “es un momento extraordinario y esplendido para la afinación del Estado Social de Derecho y de Justicia en el marco de la génesis de sus estudio para seguir trabajando, con Dios, la verdad, el pueblo, las fuerzas políticas, el testimonio del Presidente Chávez y el pensamiento de Bolívar que más se necesita, la voluntad y disposición del pueblo para salir del estado de anomia”.

Son consideraciones necesarias a hacer, pero ya estamos entrando en las entregas finales de este especie de dossier, referidos acerca de la constitucionalidad, legalidad y pertinencia del Parlamento Comunal. Que asumamos la autocrítica de no haberlo implementado antes, ciertamente sí, pero nunca será tarde cuando la dicha llega.

P.D.: Gracias a Jordán Rodríguez, por vía del tuiter, pude enterarme del atentado sufrido al dirigente de SINTRATERRICENTRO, Jhoan Nieves, quien fue herido cuando se desplazaba en su vehículo con su pequeño hijo de dos años de edad. Una de las balas le dio en una pierna y en el estómago, afortunadamente sin mayores consecuencias para él y su bebé.  De verdad que se me empeluzcan los pelos de que todo lo que he pensado y comentado con algunos compatriotas respecto a los escenarios del año 2016 comiencen a materializarse, lo que demuestra que la burguesía no vacila ni escatima recursos para defender sus intereses, así sea asesinando dirigentes políticos y sociales. Por ello, mi solidaridad con Jhoan Nieves, su familia y a los combativos trabajadores y combativas trabajadoras de SINTRATERRICENTRO en contra de la explotación de Empresas Polar y Lorenzo Mendoza. Hay que estar moscas y no ver como algo cotidiano y normal el sicariato y el paramilitarismo en nuestro país. También tengo conocimiento de otro caso, y peor aún, cometido en contra de una mujer, el cual comentaré  en otro momento.

¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!

¡Hoy tenemos la Patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado!

¡Hasta la Victoria Siempre!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!