¡Aquí no se rinde ni Dios! Si Dios existiera estaría tomando las calles y plazas para echar a las élites del templo. No es así la Historia; sus ritmos no son acordes con las manecillas del reloj, sino con la correlación de fuerzas en cada momento histórico.
La Segunda Transición Borbónica avanza y, como en la Primera, hay fuerzas que se destruyen y otras que nacen. La Primera Transición necesitaba de organizaciones socialdemócratas: sindicatos, partidos, ONGs…que hicieran posible el Estado Asistencial.
En esta Segunda Transición, donde se trabaja para una fase neoliberal del Capital, sobran los instrumentos socialdemócratas: CCOO, UGT, IU ¿PSOE?.. incluso la “Iglesia Católica” y por supuesto, las estructuras del Estado que dificultan la libre maniobra del capital: Diputaciones, ayuntamientos, parlamentos autonómicos o, porque no, Parlamentos Estatales.
La regulación del mercado laboral, la redistribución de la riqueza, el sector público…son quimeras que el Capital, en esta fase neoliberal global, también está eliminando.
En este contexto surge Podemos, con un programa que se mueve entre la ambigüedad de la socialdemocracia y el populismo. Podemos, ha ido a ocupar el espacio electoral de IU y el PSOE, y lo está consiguiendo.
Esta batalla política que se está librando es la de la socialdemocracia dentro del Régimen Borbónico, y lo es en un momento histórico donde la socialdemocracia no tiene espacio, y buena prueba de ello es el fracaso de Syrisa en Grecia.Sin embargo, el Régimen necesita de la ilusión de las “masas”. Tiene que hacerles creer que su proyecto es viable, que hay espacio para todos, que el cambio dentro de él es posible y ahí está Pablo Iglesias para ello. Pablo Iglesias sería así, para el electorado, lo que en su día fue Felipe González para los trabajadores españoles, con un plus, que el señor Iglesias ha puesto en jake al soberanismo periférico que era una fuente de ruptura del Estado en su fase Borbónica.
La Segunda Transición Borbónica avanza, pero no está exenta de contradicciones que estallarán en su momento. Por supuesto que también dentro de las fuerzas políticas que sobrevivan al transito, que podrán mutar a la izquierda, a la derecha o pasar al basurero de la Historia.
La solución para millones de personas en el Estado Español no es viable dentro de este modelo socioeconómico que, sin soberanía suficiente dentro de la UE y del Euro que permita políticas redistributivas de la riqueza, está condenado a ser un espacio periférico subordinado a la dinámica alemana que lo utiliza como zona de apropiación de riqueza.
No hay que olvidar, como algo fundamental, la confrontación Imperial con sus competidores directos a nivel global, que nos ha llevado a la guerra en Asia Occidental, África y la frontera este de la UE. La socialdemocracia, también en su versión Podemos, apoya por activa o por pasiva al Bloque Imperial y su brazo armado, la OTAN.En los próximos años continuarán las medidas económicas y políticas contra la ciudadanía, posiblemente con más “violencia legal”.
Para salir de la encrucijada serán necesarias energías transformadoras, revolucionarias, que lleven a cabo la ruptura con un modelo socioeconómico diseñado por y para las élites, una minoría de privilegiados. Permítanme ustedes que salvando las distancias y como tema cultural, les haga referencia a un momento histórico en Europa, el de “El Gobierno Provisional Ruso”. Felices fiestas, si pueden.