Después del 5E, la Venezuela bolivariana pondrá a prueba la institucionalidad revolucionaria de la Constitución del 99, una oportunidad que sin duda resaltara las bondades y las desgracias de dos modelos que se repelan en lo económico, político y social y por mandato del soberano tiene que convivir signado por la Carta Magna de la V República fundada por el Comandante Chávez.
En ese sentido todas las predicciones señalaran, la verdad única, tangible, certera y comprometida en la confrontación inevitable, un espacio necesario para demostrar por contraste en que radica las abismales diferencias que separan a nuestro socialismo, de la ultra derecha hoy instalada en el poder legislativo, lo que sin duda permitirá que aquello que no entendieron la lucha de clases, reciban por mandato de la vida una demostración tangible de lo nefasto y bárbaro, que es el capitalismos y su modo de vida.
Capitalismo liberal y burgués, o lo que es lo mismo, tropical, caribeño, petrolero e improductivo, sin ciencia, ni ética, sin sentido de belleza, estética, ni pasión. Ese que de ordinario obvia las cosas más hermosas que nos da la vida, el amor por ejemplo, la ternura por sustento, esos y cuántas cosas más, sublimes por defectos, aunque refugiadas en el odio de sus depredadores. Esperanza de almas oscuras, que por pobre degustan la miseria convertida en queso, mayonesa, sopa de cebolla, arepas, cachapas y yuca, sin percatarse siquiera del sabor dulce de su esencia. (Clase media)
Un socialismo, el socialismo de las cosas más sencillas que no destroza las vidas hambrientas de figuración, y es fuerte inagotables para lo sublime ajenos a la opulencia, los que construye primaveras, fabrica blancas nieves y le sirve a la bondad de una tarde de ron tropical al ritmo de poemas y estribillos.
Los pobres son gigantes que al pisar tienen el cuidado de no aplastar a quien se le opone y eso es revolución. Un sueño de cuerdos cuyo sentido es la libertad. Esa cosa más dura que el acero templado, ese detalle débil en sus afanes de lujuria en tecnicolor (ideología apuntara con precisión marxista Jesús Vivas mi maestro) pero lleno de sueño, efímero, fugaces, pero comprometidos pero certeros en su visión.
Seamos grandes, enormes, sin fin, pero seamos libertarios en esta hora de definiciones atemporales, continuas, amargas.
La frustración es atributo exacto de los que no corrige el rumbo, ni jamás se equivoca, erran y eso los fortalece, ataca y mata, para adorar a sus dioses derruidos en el Jerusalén bendecido o en en la guerra santa.
Dios estaba descalzo cuando la dicha subastaba edenes ante los que llegaron primero. El, como siempre llego tarde a la venta de la felicidad, por eso ellos, los ricos de soledad se adueñaron del placer y sus derroches, mientras el demiurgo, asido de las manos de millones de obviados apenas pudo prometer un paraísos después de muerto.
Apena, tantico así, nos dejó la lucha, el deseo y las ganas, el placer de construir con las sobras primaveras.
Feliz año nuevo, feliz ficción del tiempo mercancía, al cual solo en revolución podremos hacer realidad. O estamos en revolución, o simplemente claudicamos en la lucha. Viva la Revolución Bolivariana, Viva el Presidente Nicolás Maduro. Viva el hombre libre.