Por supuesto que el partido de la Conferencia Episcopal Venezolana no podía dejar pasar la oportunidad de, aprovechando lo circunstancial que han sido los resultados del 06 de diciembre, mostrar como siempre su parcialización hacia un sistema que se ha cansado de demostrar su desapego con los pobres lo cual a todas luces es contradictorio al espíritu de la iglesia, que nació precisamente, es lo que se supone, de la mano de Dios, hecho hombre para venir a redimir a los pobres de la tierra y a luchar contra un imperio que como el que hoy ostenta el país gringo, invadía pueblos, cometía genocidios, sometía voluntades, destruía lo que pisaba y se apoderaba de lo que no le pertenecía, hoy los prelados de su partido la CLEV, se colocan al lado de quienes reeditan la muerte, la persecución, la mentira y el robo de todo los que le viene en gana.

Es decepcionante para los católicos ver a quienes deberían ser su guías y orientadores espirituales, convertirse en un foco de diatribas porque los epítetos usados contra un orden constituido y con respaldo popular, son denigrantes para millones de católicos que militamos en el chavismo y que hemos abrazado unos principios que por cierto se parecen mucho a los que nos enseña el evangelio de Cristo.

Con su actitud de hoy vuelven por los fueros que el 11 de abril del 2002, mostraron cuando tuvieron participación estelar, en la destrucción de un plumazo de toda la constitucionalidad y dejaron para la historia universal un precedente único de cómo el imperio, logra lo insólito en beneficio de sus intereses más abyectos y perversos y por eso da dolor, desencanto y rabia registrar cómo los líderes de la iglesia, por cierto nombrados a dedo, sin un ápice de democracia, se colocan en la vanguardia de las hordas que en tan solo pocas horas de haber logrado una mayoría circunstancial, comienzan a mostrar sus garras cargadas de venganza y de odio, sin guardar la menor consideración al, utilizando palabras denigrantes, manda tirar a la basura, las imágenes de Bolívar y Chávez, cuando bien pudieron haberlo hecho de manera más diplomática y sin ofensas a la majestad de estos dos gigantes que a pesar de lo que hagan, van a conservar el amor de millones de seres no sólo aquí en su patria, sino en buena parte del mundo.

Pero es que son tan brutos, que han comenzado a administrar su triunfo de la manera más, denigrante, y vil, metiéndose como dice el vulgo "con los corotos del pesebre", y eso es impermisible, lo que van a lograr es una reacción lógica de millones de seres que en democracia, vamos a ejercer nuestro derecho de defender nuestros principios, nuestros héroes, nuestras conquistas como estamos acostumbrados, incluso a costa de nuestra propia vida.-

Ahora bien desde esta humilde opinión, yo le recomendaría a la bancada revolucionaria, TOMAR LAS IMÁGENES DE LOS DOS HÉROES Y COLOCARLAS AUN MÁS GRANDES EN EL ÁREA QUE OCUPAN EN EL HEMICICLO LEGISLATIVO, haciendo bueno aquello de que "al que no quiere sopa se le dan dos tazas", a ver quién se va a atrever a retirarlas, esa iniciativa no sería otra cosa que hacer uso de la libertad de expresión, garantizada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es más, para que les duela yo agregaría las imágenes de Zamora y Simón Rodríguez para recordarles que nuestra lucha tiene un pasado heroico y sus raíces históricas que una ultraderecha heredera de lo más perverso de las oligarquías imperialistas colonizantes, jamás podrá destruir ni borrar de la verdadera esencia venezolanista de nuestro pueblo, ni siquiera el que engañado les llevó donde están pero que hoy ante sus ejecutorias seguramente está repensando su decisión y esperará una oportunidad para la rectificación.

Valga entonces lo que está por venir para generar jornadas masivas de desagravio a lo más sentido de nuestro quehacer revolucionario por dos razones una, la actitud inaceptable de la cúpula de nuestra iglesia católica al colocarse al lado de quienes ya hicieron su decreto para invadirnos y sus lacayos de aquí y otra por el terrible irrespeto a la memoria de los más grandes comandantes de nuestra historia: Bolívar y Chávez, para decirles que les vamos, como en el 2002 a hacer comer sus palabras y sus intenciones y a derrotarles para demostrarles que la revolución llegó para quedarse y así como Bolívar perdió varias batallas para que al final resplandeciera la victoria con la derrota del imperio, así también aquí se repetirá esa historia gloriosa, ellos nos inspiran y con ellos venceremos.-