El fascismo no oculta su rostro por mucho que sus actores lo intenten. Se trata de una patología, que como la tuberculosis es inocultable, porque te delatan los accesos de tos. Esa patología que afecta a la dirigencia de la MUD, cada día se hace más terminal y al mismo tiempo hace que reviva, aquella satírica expresión acuñada en los inicios de la revolución, aquello de: "Chávez los tiene locos".
Cuando observamos esa conducta lastimosa de los representantes de la MUD, con ataques de esquizofrenia, frente a la mirada de Bolívar y Chávez, como en el caso de Henry Ramos Allup, que con el pobre espectáculo escenificado en la sede del Palacio Federal Legislativo, ante los cuadros representativos de Bolívar y Chávez, se ganó el repudio y el desprecio de los patriotas y pensantes de Venezuela, Latinoamérica y el Caribe, no podemos menos que concluir con satisfacción y hasta con una espontanea sonrisa, verdaderamente pese a su ausencia física "Chávez los tiene locos".
Y es que ciertamente, pensamos que los conspicuos fascistas, no duermen bien. No es nada extraño imaginar, que tras una "mona" de esas que suelen meterse con escocés 18 años, financiado por la embajada de USA en Caracas, apenas se están durmiendo aturdidos por los vapores del alcohol, se aparece el Comandante, con su sonrisa eterna y chocando el puño izquierdo contra la mano derecha, les dice enérgicamente: "No volverán" ", Carajo, que vaina es esta, ese wisky estaba puyado", se levantan y hasta allí llegó el sueño y la borrachera. Por culpa e’ Chávez.
Una prueba más de que Chávez, no ha salido ni saldrá del corazón de los revolucionarios del mundo, ni del sique de los escuálidos, son los desagravios a Bolívar y al Comandante eterno, por la pose apátrida de un patán en la Asamblea Nacional y la locura desatada en contra de Luis Salas, el nuevo ministro de economía nombrado por el presidente Nicolás Maduro, a quien intentan descalificar, por su origen y porque supuestamente no tiene un título de Harvard y además se viste feo, com los tierruos, por eso lo comparan con el ministro de finanzas de Argentina, para asegurar, que de su Macri, si es un ministro. El nuestro nooo.
Pero la vaina no es esa. Lo que ocurre es que esa pinta de Luis Salas de mezcla de indio, negro y de criollito, les recuerda a Chávez y se convierte en pesadilla y su venganza es tratar de asesinarlo moralmente, descalificarlo al máximo, como lo hicieron con el Arañero de Sabaneta, que desde 1982, no les deja dormir en paz y aunque ellos quieran alejar ese fantasma de su mente, pensando que el trago era malo, tendrán que pedir una "Misión Juan Carabina" y al final reconocer, que no es el wisky puyao, sino que Chávez los tiene locos.