Aunque a algunos no les gusta, me gusta explicar en ocasiones los motivos de mis ausencias un poco largas. En esta última etapa de unas merecidas vacaciones, fui víctima de una emboscada a mi salud, no tan grave y de la que afortunadamente estoy prácticamente restablecido. Pero cuando uno recibe esas noticias que te conmueven el alma, anímicamente te sientes muy mal.
En medio de los malestares y quebrantos que tenía, que duro fue enterarse del asesinato de uno de esos de los que alguna vez Bertold Bretch llamó los imprescindibles. Caí en shock al enterarme sobre el asesinato no de un periodista ni de un comunicador, sino de todo un batallador de esta Revolución Bolivariana, de un hombre aguerrido, de un referente moral, pero sobre todo comprometido como lo fue, lo es y lo seguirá siendo desde donde esté: Nuestro hermano Ricardo Durán.
A Ricardo no lo conocí mucho, ni lo trate mucho, pero lo conocí en esas calles de Caracas que le sirvieron de escenario y donde libró innumerables batallas. Estreche su mano mientras este se terminaba un cigarro a medio fumar. Era un hombre jovial, alegre, comprometido con la causa de los eternamente excluidos. Creo que nos identificamos inmediatamente al encontrarnos.
En infinidad de oportunidades escuche su maravilloso programa por el canal informativo de Radio Nacional de Venezuela, que abría el ciclo informativo de dicho medio. Cuantas enseñanzas, cuantas pautas, cuantas informaciones y formaciones, cuanta cátedra nos dio este hermano de caminos. Y sin dudo su no presencia y el metal tranquilo pero a la vez firme de su voz cuanta falta nos va a hacer.
Como muchos, al enterarme de su asesinato, me golpeo en el alma, lo lloré, lo sentí como si hubiese perdido a uno de los míos. Creo que al momento de colocar estas líneas, muchos lectores y muchas lectoras se sentirán identificados conmigo. Ricardo Duran se suma a la larga lista de mártires dados por esta Revolución, y motivo de lucha para apretar y acelerar la marcha.
Pero, si quisiera permitirme, en medio del dolor y la tristeza que nos embarga por el asesinato del hermano, del compañero, del amigo Duran, destacar y ratificar muchas líneas ya escritas por otros, sobre este duro año 2016 que nos toca afrontar y atravesar.
Con el asesinato de Ricardo Duran pareciera que hay poderosos intereses que solo los mueve a que se mantenga un clima conflictivo en nuestro país, saboteando, entre otras iniciativas, la creación del Consejo Nacional de Economía Productiva, los llamados del Presidente Maduro a la convivencia y la paz, y el llamado a los sectores productivos para la recuperación de nuestra economía.
No esperaron ni siquiera 24 horas para perpetrar una acción terrorista para desviar la atención de estas iniciativas que deben beneficiarnos a todas y todos. Así paso en el año 2014, cuando en el marco del Dialogo con todos los sectores, se asesino a la actriz Mónica Spear, a su pareja, Thomas Henry Berry, y unos días después, se iniciaron las sangrientas guarimbas que duraron por espacio de un poco más de cuatro meses en nuestro país.
El asesinato de Ricardo Durán es parte del plan de exterminio iniciado desde el año 2004 con un asesinato también, el de Danilo Anderson. Esta etapa del plan estaba detenida y silenciada porque constituye la segunda fase luego de la toma del poder por cualquier medio, lo cual no ha sucedido. Sin embargo, es inminente que dentro del objetivo esta eliminar a los líderes y a las bases más profundas de nuestra Revolución. Esto se ha informado de manera muy tímida en numerosas ocasiones. Desde hace tiempo, está elaborada la lista de los primeros tres mil revolucionarios y revolucionarias que son y serán blanco de este objetivo. El primero, fue por supuesto, nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez, y ahora lo es Nicolás Maduro y todos los actores del Gobierno Revolucionario. Dentro de esta fase esta también socavar los símbolos de Bolívar, Chávez y la Revolución con el objeto de desmoralizar a nuestro pueblo. Para ello ya han hecho varios intentos fallidos, comenzando por la abortada misión de destrucción con aviones sukhoi, del cuartel de la montaña, el Palacio de Miraflores entre otros, cuyos pilotos están convictos y confesos.
El imperio no se detendrá para intentar apoderarse definitivamente de nuestras riquezas, con ayuda de sus lacayos, de lo que él sabe que es la única esperanza de supervivencia de su imperio y de su depredadora "american lifestyle".
El recetario desestabilizador seguirá de la siguiente manera: Un paro indefinido de educadores nacionales, los asesinatos selectivos, el reagrupamiento de los sectores universitarios opositores, Fedecámaras sale al ruedo; el tema de los Derechos Humanos con el "Monstruo de Ramo Verde" y su esposa, develado por el compañero Diosdado Cabello hace un par de días ya. Se busca también la paralización de líneas de producción de galletas y otras empresas, más unidades de transporte operativas en un 50% o menos. Cualquier parecido con el Chile de Allende de 1973 no es mera coincidencia.
A eso nos toca enfrentarnos en este año 2016.
Y estos hechos nos seguirán ocurriendo mientras no nos transformemos de abajo hacia arriba.
Qué tristeza da que algunos colegas de este gran comunicador que trabajan en canales privados no muestren ningún dolor, dan las noticias, se ríen y continúan la "fiesta comunicacional" tradicional. Dan lástima.
¡Que se levanten todas las banderas contra la mano asesina del fascismo. Paz y Siembra para Ricardo Duran. Q.E.P.D.!
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hoy tenemos la Patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!