El pasado 28/01/16, mientras venía de Puerto la Cruz hacia la nueva Barcelona con el camarada Lenin Guapache, sintonizábamos a PDVSA Radio y oímos una cadena y dentro de esa cadena, hubo un pase con el camarada Aristóbulo Iztúriz , que desde el sur del Estado Anzoátegui y con el acompañamiento de Eulogio Del Pino, el Ministro Pérez Abad y representantes de otras empresas, firmaban un acuerdo o convenio de recuperación de una empresa de tubos para apoyar proceso de perforación de pozos.
Oí que esta empresa estaba constituida por capital privado (80%) y capital de PDVSA, PEQIVEN (20%). Al oír esto; el camarada Lenin Guapache me vio y dijo: ¿Qué tal? Yo estuve callado y el insistió con otras dos preguntas: ¿Qué te parece esa alianza estratégica? ¿No te huele a un pacto que va colocando las cosas en la ruta de un nuevo pacto, que ya no es de punto fijo?
Yo le respondí; no te angustie, esa composición y alianza estratégica como dice, es otro ejemplo de una oferta engañosa que se cae simplemente como vienen cayéndose el "Estado Comunal" que no nació y otras cosas más.
Ya entrando a la nueva Barcelona y habiendo transcurrido un tiempo de mucho silencio entre los dos y cuando se disponía dejarme frente al conjunto residencial en donde vivo en la nueva Barcelona, tuve que decirle; camarada hasta en el discurso, que suele verse como muy chavista, gira y gira. Ya no hay mucha vergüenza. Dejamos de ser vírgenes y seguro que para sostenerse en el gobierno, que no es necesariamente poder, veremos el descarrilamiento de los llamados hijos de Chávez. Ya está sucediendo.
80 y 20 es una efectiva señal que el dialogo es un mecanismo que a fuerza de pellizco va quitándonos lentamente a Chávez. Una manera de matar lo que hemos denominado el legado de Chávez.
Ya hacia horas del mediodía de este viernes 29 de enero, tuve noticias que el ministro de Producción Agrícola y Tierra, Castro Soteldo, en una entrevista que le concedió a Vladimir Villegas (http://www.aporrea.org/contraloria/n284979.html ), dejaba ver, que como fruto o producto del dialogo con el capital, estaba estudiándose la posibilidad –léase exigencia- de regresar Agropatria a sus antiguos dueños. De concretarse esta posibilidad, queda en evidencia el pacto, que no será de punto fijo, pero no importa mucho el nombre, sino lo que lleva por dentro. Ya hay muchas señales encendidas.
Aquí seguramente que no tendrán cabida los trabajadores y así como el viejo pacto de punto fijo excluyó al PCV; el nuevo pacto le da oxígeno al capital y los trabajadores quedan como la guayabera.
No hay que ser muy inteligente para descubrirlo. Este posible regreso de Agropatria a sus antiguos dueños, es una patada a Chávez y una señal de la descomposición política, que algunos –para mantenernos con la esperanza viva- suelen o gustan decir, que todo esto que vivimos, es parte de la crisis sistémica capitalista, lo cual deja en evidencia, la mentira del llamado socialismo del siglo XXI, que nos decía que habían cosas en Venezuela, que solo son posibles en socialismo. Hasta las areperas socialistas ya estarán muertas y enterradas