El 4 de febrero de1992, fue una acción cívica militar, contra un gobierno complaciente con él Imperialismo como fue el de Carlos Andrés Pérez, que estremeció las simientes de la sociedad y la historia venezolana. Aquella acción violenta, sorprendió a propios y extraños; su devenir sumergió por horas, en el más absoluto silencio, a todo un pueblo y a las mismas Fuerzas Armadas; clasificadas así en plural desde los tiempos de Medina Angarita. El país todo no salía de su asombro, muchos no podían creerlo.
La gran mayoría del pueblo, desconocía quién era el líder de ese movimiento. Cuando apareció Hugo Chávez en las pantallas de televisión y su famoso "Por ahora", anunciando su derrota militar, pero que luego se convertiría en un triunfo político; este gesto, solamente de asumir su responsabilidad cautivó y magnetizó el sentimiento del pueblo de Venezuela.
"Compañeros lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros acá en Caracas, no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre. Ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor. Así que oigan mi palabra. Oigan al Comandante Chávez quien les lanza este mensaje para que, por favor, reflexionen y depongan las armas porque ya, en verdad, los objetivos que nos hemos trazado a nivel nacional, es imposible que los logremos. Compañeros, oigan este mensaje solidario. Les agradezco su lealtad, les agradezco su valentía, su desprendimiento, y yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este Movimiento Militar Bolivariano. Muchas gracias".
El 4 de febrero, representó la ruptura con el sistema capitalista y abre la puerta de entrada al sistema socialista. Adaptado a la realidad venezolana, no se trata de copiar ningún modelo: ni el cubano, chino, vietnamita o el de Corea del Norte, etc.
Decía Simón Rodríguez, o inventamos o erramos. Yo diría que la invención de nuestro socialismo tiene que partir de las particularidades y peculiaridades venezolanas, de nuestras raíces históricas, idiosincrasia, estructuras económicas, etc. No lo podemos encajar en ningún modelo, pues siempre ha fracasado la copia de otros países, pero si vamos asimilar críticamente lo mejor que tienen los otros modelos. No vamos a aplicar de manera mecánica ningún modelo. El socialismo no se decreta, es un proceso de desarrollo.
Los militares venezolanos durante las dictaduras eran vistos por el pueblo como una clase privilegiada, que infundía algunas veces respeto, odio, temor y hasta rabia según las circunstancias. También se les veían como parásitos de la sociedad que vivían del erario público entrenándose siempre en los cuarteles para una presunta guerra. El militar, era militar y más nada. Posteriormente el militar vino preparándose en todos los campos: El militar, intelectual, profesional, etc. Hay militares que tienen varias profesiones y dominan muchos idiomas.
Después que cayó la dictadura de Pérez Jiménez y vino la pseudo democracia, el militar siguió distante del pueblo, apartado siempre de los civiles. Le inculcaban en los cuarteles el desprecio por el mundo civil, hasta tal punto, que la mayor ofensa para un militar era identificarlo con un civil. Esta situación se prolongó durante todo el periodo pseudo-democrático.
Los gobiernos de los presidentes Betancourt, Leoni, Caldera, Lusinchi, Luis Herrera y Carlos Andrés Pérez; utilizaron a los militares para reprimir al pueblo. Prueba de ello es el caracazo (el 27 de febrero de 1989), donde el ejército de Carlos Andrés Pérez asesinó a más de cinco mil personas.
Al llegar los adecos al poder, después de la dictadura de Marco Pérez Jiménez, incorporaron y ascendieron a todos los militares adecos y otros que se opusieron al régimen. Dichos militares constituyeron una cúpula privilegiada y corrupta. Los ascensos se otorgan por conveniencia política y hasta las amantes de los presidentes tenían ingerencia en los mismos.
Durante la V República y con el ascenso de Chávez al poder, cambió totalmente el panorama de la Fuerza Armada. Se le ha dado el verdadero valor y méritos que se merecen. Se humanizó y se civilizó, de tal manera que el pueblo ve con admiración y simpatía al uniformado.
Chávez logró romper la barrera que existía entre el mundo civil y militar, incorporando a estos últimos en labores sociales de interés públicos.
El Plan Bolívar 2000, El Plan Robinsón, Misión Ribas, Misión Sucre, Barrio Adentro, los Mercal, la lucha en contra de la guerra económica, el acaparamiento el contrabando etc. Son un ejemplo de ello. A través de estos planes, el militar se identifica con el pueblo y lo ayuda en las diferentes tareas que le toca desarrollar. Esto se logró, gracias a la condición de civil y militar que tenía el Jefe de Estado.
En gobiernos anteriores el militar se le preparaba solamente para la guerra. Hoy en día también se le prepara para la paz, para combatir el hambre y la miseria y ayudar al pueblo a salir de la pobreza.
El militar se ha ganado un puesto preferencial en el corazón del pueblo de venezolano, y se le otorgan diferentes cargos en el gobierno, tomando en cuenta su capacidad, preparación profesional e intelectual. Así los vemos en numerosos cargos en la administración pública.
Antiguamente se despreciaba la preparación y capacidad de los militares. Hoy en día no.
Por otra parte el militar se jubilaba y quedaba a la deriva, sin tener nada que hacer, se quedaba desempleado. Hoy se le toma en cuenta y se aprovecha su experiencia.
Muchos de los que criticaron a Chávez, y dijeron que estaba militarizando al país, son los mismos que utilizaron a la Fuerza Armada con fines represivos, políticos y hasta personales. Esto no volverá a ocurrir, porque la Fuerza Armada está consciente del papel que le toca jugar en los actuales momentos.
Los ataques que recibió en forma permanente el Comandante Supremo Hugo Chávez, en vida, y el que recibe ahora el camarada Diosdado Cabello, de parte del Imperialismo y sus lacayos, que no vacilan en utiliza a traidores o infiltrados como Leamsy Salazar, que venden su conciencia y dignidad, si es que la tenía, por un puñado de Dólares; no son ataques personales, ni gratuitos sino ataques en contra del pueblo, el gobierno revolucionario, su Fuerza Armada y las instituciones democráticas. Siempre han tratado de enlodar con calumnias e infamias a uno de sus protagonistas, como es el camarada Diosdado Cabello. Además está en marcha una nueva campaña de descredito contra la Fuerza Armada. La respuesta a esta vil calumnia y ataques es un rechazo unánime por parte del pueblo venezolano, gobierno e instituciones.
El Imperialismo yanqui y sus lacayos siguen empeñados en derrocar la revolución Bolivariana. Han empleado todos los métodos y han fracasado. Otra vez buscan una salida extra constitucional, utilizando una criminal guerra económica en contra del pueblo que justifique una intervención extranjera o un golpe militar, similar al que le propinaron en Chile a Salvador Allende, siguiendo un mismo plan y libreto. Buscan afanosamente en La Fuerza Armada a otro Pinochet con el mismo fin. Pero lo que no saben, es, que nuestra Fuerza Armada es nacionalista, heredera de las luchas emancipadoras que libraron nuestros libertadores. Cruzaron nuestras fronteras, no para conquistar pueblos sino para liberarlos.
Otra de las aberraciones del Imperialismo, representado en la persona del vicepresidente, de EEUU, Joe Biden fue reunirse en Washington con los gobiernos del Caribe para intimidarlos, de que no siguieran con Venezuela, por que su gobierno sería derrocado y que Petrocaribe desaparecería. A confesión de parte relevo de pruebas, dirían los abogados.