"…un 8 de diciembre de 2012 siendo las 9.34 de la noche, Hugo Chávez con su muerte a cuestas, luego de pedir desde su corazón nuestro respaldo a Nicolás Maduro, nos llamaba a la "unidad, lucha, batalla y victoria".
En aquella hora, a diferencia de Bolívar, quien dirigiéndose al general Urdaneta le manifestara "yo no tengo patria a la cual seguir haciendo el sacrificio", nos decía nuestro Chávez: "hoy sí tenemos Patria y es la tuya Bolívar…"
Orlando lezama
Que la derecha exija la renuncia de Maduro suena ridículo y reiterativo, hasta fastidioso porque es obvio que lo desean y que el presidente no renunciará, pero que lo pida la otra "izquierda" resulta sorprendente o definitorio de la posición de ese sector que se autodenomina crítico banalizando el acuñamiento que se le da a ese termino desde la izquierda. Sorprendente, si confiamos en la supuesta buena voluntad de los proponentes, porque resulta un exceso de ingenuidad pretender que una salida abrupta de Maduro permitiría a la izquierda recomponerse para asumir inmediatamente el poder desde una nueva perspectiva, como si la derecha no ha demostrado de lo que es capaz aun siendo minoría como lo hizo en las pocas horas que estuvo en el poder por el golpe de estado del 2002, ahora es infantil pretender que sintiéndose mayoría y revestidos de "legalidad", lo que supondría de su lado a las fuerzas armadas, la oposición va a desperdiciar la oportunidad de exterminar la semilla de la revolución venezolana y latinoamericana "matando dos pájaros de un solo tiro".
La crítica revolucionaria no solo es deseable sino indispensable como método dialéctico de construcción colectiva para la transformación de la sociedad pero para ello debe ser contundente, radical, orientada a develar las causas estructurales de las desigualdades sociales con el único fin de desmontar la superestructura ideológica, económica y política que las sostienen, pero ante el inmenso poder de esa superestructura creada por la burguesía, resulta indispensable mantener la unidad de los revolucionarios, aun en la diversidad de criterios, para poder enfrentar el enemigo. Por eso la crítica revolucionaria debe hacerse con lealtad al objetivo supremo de construcción del socialismo de manera que en todo momento permita que las diferencias sean resueltas sin perder el rumbo planteado, sin pausa pero sin prisa construir los mecanismos internos que permitan el debate permanente.
Cualquier otro planteamiento que pretenda ser crítico pero que contribuya con la derrota del movimiento revolucionario chavista deja de serlo para convertirse en oposición rádical ya sea de "izquierda" o de derecha pero enemigo del proceso iniciado por el presidente Chávez y lo menos que deberían hacer quienes así critican es declararse opositores de Maduro y del chavismo que disciplinado y crítico atiende la última proclama de nuestro líder aquel 8 de diciembre de 2012 (Unidad por sobre todas las cosas), si es que tienen la dignidad del revolucionario y no la de la derecha que jamás asume responsabilidades y se mimetiza de chavista a conveniencia. En lugar de convocar a los chavistas críticos a montar tienda aparte deberían convocar a los opositores de "izquierda" a confrontar al chavismo leal.
Solo el pueblo salva el pueblo. El pueblo trabajador chavista debe ir construyendo el poder popular desde las bases, aun nadando en contracorriente al aparato burocrático constituido, creciendo en organización para ir arrebatando todos los espacios hasta construir una maquinaria revolucionaria que ejerza al poder constituido, es usando la crítica para construir en colectivo, para desmontar las mafias internas del partido, para acabar con la corrupción aberrante, para impulsar el avance en la construcción socialista por encima de las desviaciones reformistas pero apostando a sostener y consolidar el poder político y la patria legados por el comandante Chávez, sin jugar a la derrota para "reagruparnos" en no se cuantos segmentos sectarios que surgirían sin el liderazgo unificado que representa Maduro para el chavismo, convirtiéndonos como en la era pre-Chávez en "especies en extinción" que se peleaban por liderar un sindicato o un centro de estudiante.
Por eso invitamos a los chavistas al combate desde adentro, transformando la coyuntura atacando a la derecha sin jugar a la otra izquierda (los Marea2, los ultra marxista, los Light, los guerrilleros) que siendo muy pequeña posee una gran capacidad de encantamiento sobre la arrechera que tenemos por las dificultades económicas que estamos padeciendo por los errores cometidos, sin abandonar el barco como ratas al presentir lo peor, al contrario aferrandonos a la fe en el poder creador de un pueblo conciente de su papel histórico para culminar la lucha de los libertadores.
La solución a la grave crisis económica no está en esas medidas bien intencionadas pero chucutas que anunció el presidente el miércoles 17, está en la participación activa de la clase trabajadora en la contraloría social de todas las actividades de producción, distribución y mercadeo para hacer cumplir las leyes y acabar con la corrupción y el burocratismo y no debe esperar que le den permiso, debe asumirlo a lo "arrecho". Rebelión, Rebelión, Rebelión.
Cierro con unas frases de Orlando Lezama (http://www.aporrea.org/actualidad/a223019.html):
"…los patriotas revolucionarios que creemos en el legado de Hugo Chávez, cortamos (como Mariano Montilla) el péndulo de la traición y la ignominia, y cerramos filas en torno al ruego que nos hiciera el Comandante Eterno.
No hay cabida pues, ni a la desunión y menos a la inacción.
Hoy más que nunca pedimos con Chávez: ¡unidad, lucha, batalla y victoria!
Y es Maduro o nada.