Es el parto de los montes, el sueño queda en eso, un sueño, o hacemos revolución de verdad, para esto hay que tener las verijas bien puestas. Hablar menos y hacer más. Lo cual hasta el presente no se ha hecho, el presidente está entretenido en bla, bla, bla y más blas, y con sus dichosos motores que no arrancan, pues para más penas hasta la gasolina la subieron y el aceite cuesta una molondrona. No hablemos si hay que comprarle un repuesto a los dichosos motores, o llamar a un mecánico, esto daría lugar a tener que empeñar la patria.
Hasta donde hemos llegado, al llegadero de esta historia, vivimos inmersos en una crisis tan grande, que no nos damos cuenta que este proceso, y la vida se nos va de entre las manos, desde hace ya mucho, y sin hacer nada acertado para remediarlo, dando palos de ciego, y todo por tener miedo a decirle al pueblo las verdades. Todo parece acabar con la muerte del que inventó la revolución del siglo XXI.
El juego está hoy bien trancado, la cochina en medio de la mesa y los bandos irreconciliables, el gobierno ha tratado de ganarse a la derecha con millones de esos llamados por el Monje, dólares baratos, pero no lo ha logrado. Ellos los “industriales socialistas” (quién les puso ese nombre, yo no sé) lo engañaron, engañaron al presidente y a sus consejeros. Se quedaron con el dinero, ahora no importaron un carajo, ni sus nombres sabemos. Pero si los conoce el gobierno de Maduro. Ahora quieren más los industriales, tomarán el poder sea como sea.
Los empresarios no conocen la patria, ni les importa, ellos quieren más dólares baratos. La masa engañada por el pasado brillo de la vida fácil, de las misiones que todo lo daban, sin pedir nada a cambio. Hasta la vivienda gratis a más de un llamado hermano colombiano, sí, de esos que hoy nos bachaquean con gusto y gana y nos revenden la bolsa de leche y un quilito de azúcar a 2.500 bolívares.
Lo otro sigue saliendo rumbo a Maicao o a Cúcuta de contrabando. Cómplices que juega garrote hay en la jugada, pero los agarran y sigue la vaina, nunca se acaba esta guarandinga, es un círculo vicioso, este es el mejor de los negocios donde todo Cristo está metido “Como dice un refrán”.
Juan Bimba, está que echa candela contra el gobierno, nada más hay que oírlo en las colas y verles sus caras de frustración y de rabia, enjugándose el sudor con un paño, viejo y arrugado, y sin lavar pues no hay jabón. Pues ni papel de nalgas hay ya.
No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, dice Paciano. Es verdad ya hasta estamos en el final de los finales, hoy compartí el plato de arroz, con mi hermana Samira, no hay más que hacer. Ama al prójimo como a ti mismo.
Se acelera el final de esta larga espera, y no es que lo que venga, que vendrá, sea mejor no, no, a lo mejor y más probable será aun peor. Pues el petróleo, nuestro único producto de exportación, no subirá por ahora. Esto no justifica por cierto que el gobierno le de el oro casi regalado y en condiciones leoninas a una transnacional canadiense de las peores depredadoras de la ecología que existen. A cambio de no pagarle una suma multimillonaria en dólares, por un litigio perdido en tribunales internacionales, de los que por cierto hoy Venezuela ya no es miembro, hasta donde sabemos. Y es que el gobierno está en un charco de arena movediza y se hunde día a día un poquito más.
La salida nos parece, podrían ser dos: hacer una revolución de verdad, cosa esta que para el tiempo presente, ya puede ser demasiado tarde, o un golpe militar de la izquierda chavista.
Una lucha de clases, un enfrentamiento, una revolución que haga lo que antes no se hizo, que se realice mano a mano con el pueblo.
Claro esto no es nada fácil.
Casi una utopía, y menos sin un líder.
La derecha fascista tiene abierta sus fauces, sus garras y sus colmillos, sus soluciones son drásticas. Represión, sangre y muerte, al estilo Pinochet, y de extra algún plan cóndor, o una prisión guantanamera para los que se rebelen a sus designios. Ellos, la derecha fascista, la misma que quema en los hornos crematorios y fusila a millones de; gitanos, comunistas, judíos, masones, mestizos, homosexuales, Pentecostales, negros, Testigos de Jehová, discapacitados, y enemigos de guerra e impedidos y enfermos en los campos de exterminio de:
Auschwitz, Belzec, Chelmno, (Kulmhof), Majdanek, Sobibor, Treblinka.
La oposición derecha fascista, la MUD. No cree en los derechos humanos de los que piensan diferente o no son hermanos de clase.
La otra izquierda la chavista, la verdadera, la radical, la del golpe de timón y el plan de la patria carece de líder. Sin líder no hay revolución posible.
Bolívar renace cada cien años cuando despierta el pueblo.
Esperamos que surja la rebelión de la esperanza, que salga como el pájaro de la Caja de Pandora y que resurja de las cenizas, como el ave Fénix, del propio seno, de las propias bases de nuestro pueblo, que reencarne de nuevo a ese Bolívar.
*Que despierta cada cien años, cuando despierta el pueblo.
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* Canto a Bolívar de Pablo Neruda.