"Dice mi padre que no pasa más nunca un abril en Venezuela. Desde aquel Carmonazo del 11 de abril de 2002, mi padre no olvida nunca cuando, después de celebrar toda la noche, lo llamaron para que viera que "el desgraciado volvió", y cuando lo vio en televisión le dio una vaina, tanto que estuvo a punto de tirar la botella de whisky de 21 años que tenía en la mano, pero menos mal que se aguantó, ahora la tiene para recordar que no se muere sin tomársela en otro golpe".- Así, sin detenerse, Cinthya Machado Zuloaga cuenta las vivencias de su padre aquel 11 de abril que el pueblo está hoy recordando por todas partes.
El Centro Comercial San Ignacio es un país aparte de lo que pasa en el Centro de Caracas. Allí, mientras Cinthya recuerda aquel golpe, la gente pasa sonriente y saludando. El mesonero del cafetín se acerca y dice: "Hoy hace 14 años que pasé un susto enorme. Un policía metropolitano estuvo a punto de mandarme a servir en otra mesa".- dice y coloca la botellita de agua Evian y el café negro sobre la mesa. ""Salve, mi reina".- le dice a Cinthya y se marcha.
Y sigue Cinthya: "Abril no se acaba nunca. Para un poeta, no recuerdo si era Eliot, abril era el mes más cruel, y yo creo que para nosotros también. Desde que comienza ese mes el gobierno chavista por todos los medios empieza a recordar aquello y uno ve a Pedro Carmona Estanga y a Daniel Romero todo el día y toda la noche, así uno no quiera, esas figuras ya se me parecen al comercial de "puedes pasar con confianza", porque están allí desde que comienza abril. También está la imagen de Henriquito entrando por la tapia a la embajada de Cuba, y Julio Borges pidiendo la renuncia hasta del papa en el Vaticano. Es un mes para cerrar los ojos y abrirlos en mayo"
Se detiene y toma un poco de agua y vuelve: "Muchos de los amigos de mi padre firmaron el decreto de Carmona. Cuando Daniel Romero llamó a firmar salieron corriendo a ponerse en la cola, como que estuvieran comprando azúcar ahora, y estamparon su firma allí, y ahora, cuando ven su firma allí, no saben qué hacer. Hay muchos que se las dan de demócratas y de sociedad civil, y allí están, defendiendo con su firma lo que pudo haber sido y no fue la peor dictadura del país"
