Hombre nuevo y DDHH

Las cárceles venezolanas son los sitios por "excelencia" donde se violan en forma permanente los derechos humanos ante la mirada indolente de las autoridades y de los entes públicos encargados o que tienen como misión la defensa del derecho a la vida. Ya no es noticia, o por lo menos no son difundidas, lo que sucede tras los muros de las prisiones donde conviven "culpables fabricados" por una "justicia" viciada.

Denuncias de familiares y amigos sobre abuso de autoridad contra los que ahora califican como "privados de libertad" son constantes. Sitios de reclusión donde no gerencia el supuesto director sino los llamados custodios, quienes tienen la batuta de mando a la hora de someter a presión psicológica y agredir a los reclusos.

Las prisiones, es cierto, están llenas de quienes han cometido delitos como hurtos, robos, asesinatos, secuestros, violaciones, estafas, traficantes de drogas, pero también muchos inocentes, con acusaciones sin fundamento, que no han cometido ningún delito ni han sido detenidos en flagrancia, y sin testigos que los acusen o que esos mismos testigos han declarado en los tribunales que los que se les sigue juicio nada tienen que ver con los hechos por los cuales están presos.

En las prisiones cunden las enfermedades, como Escabiosis, accesos infectados, diabetes, tensión arterial alta, entre otras, y para esta situación en las enfermerías escasean las medicinas y no hay personal (médicos, enfermeras) que atiendan esta grave situación.

Las agresiones son permanentes. Los custodios se encargan de hacerles la vida más pesada a los presos y sus familiares. Cobro de vacuna para dejar entrar medicinas, alimentos y útiles de aseo personal, amenazas de incluirlos en listas de traslados a otras prisiones, sembrarles drogas y hasta descomunales palizas. Pero no solo es contra la población penal, sino contra sus familiares, a quienes someten a humillaciones, decomisan productos y alimentos como "medida de seguridad". Las denuncias acerca de la no entrega de alimentos y productos de aseo personal por parte de los custodios y efectivos de la GN son permanentes.

El retardo procesal se une a esta situación de violación de derechos humanos. Tribunales que cambian fecha para las audiencias y fiscales del Ministerio Público que no asisten a sus obligaciones. La consecuencia de esta situación es que un grupo numeroso de privados de libertad, acusados sin prueba alguna, que no fueron detenidos en flagrancia, que les sembraron drogas o que algunos fiscales quieren hacer ver que hay una lucha efectiva contra el flagelo de las drogas o para rellenar sus currículos para esconder la realidad, permanecen largos años en prisión, pagando delitos que no cometieron.

Este es parte del cuadro de desconocer los derechos humanos que se vive en las cárceles venezolanas. Es la realidad. Deberían visitar cárceles que las autoridades califican como "maximizadas" o como "modelo" para constatar esta situación.

La meta de crear el hombre nuevo, con valores socialistas, está llena de obstáculos, superables con políticas de Estado, que tiendan a allanar el camino para superar las desigualdades y los antivalores que crea el capitalismo. Pero además se debe corregir la conducta desviada de los llamados custodios y de algunos efectivos de la GN, quienes hacen festín y se apropian de productos y alimentos que son de los que hoy están en prisión.


 



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Alcides Castillo

Periodista-Politólogo-Especialista en Sistemas y Procesos Electorales

 acastillo472@hotmail.com

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