No juzgues a una montaña de robles, por una astilla que te pinchó"
El próximo 19 de junio se estarán cumpliendo 10 meses de haber tomado Venezuela la decisión de cerrar la frontera, con todas aquellas mal recordadas situaciones que se vivieron, donde los platos rotos los pagaron los juan bimbas, léase el pueblo llano y el que siempre ha vivido históricamente llevando del tejo.
Ese pueblo que medra a la sombra de los gobiernos colombianos y venezolanos un mendrugo de pan, ese pueblo que diariamente acuesta la pobreza y levanta la miseria; ese que en procesos electorales es útil para montar camarillas de mentirosos y roba patria.
Diez meses después son más que suficientes para demostrar que resultó peor el remedio que la enfermedad, pues nada, absolutamente nada se ha resuelto, y que por el contrario modeló y perfeccionó los modos y maneras de contrabandear tal como lo hacen los insectos llamados bachacos, para quienes no ha habido plaguicida alguno extremadamente toxico que los haya eliminado, sino que por el contrario se han hecho resistentes y fuertes, causando esta tragedia que viven los ciudadanos de bien, en la frontera del Norte de Santander y Táchira.
La premisa y promesa de una nueva frontera, rápidamente se fue convirtiendo en un eufemismo como aquel que se planteó el Che Guevara con el hombre nuevo que nunca ha nacido. Venezuela insistió en la nueva frontera como condición sine qua non para reabrir los pasos fronterizos, que inicialmente fueron tapiados de efectivos militares y se notaron algunos cambios como el de las colas de gasolina y hasta de venta de comida.
Pero poco a poco todo ha venido retornando a "la anormalidad" acentuándose nuevamente las colas para la gasolina que duran en promedio 3 y 4 horas y eso ligándola que no se acabe el combustible y se pierda la espera casi eterna. Los abastos, supermercados y farmacias, han sido tomados por grupos que manejan toda la información de los artículos que llegan y esto esta convertido realmente en un infierno o un monstruo de mil cabezas.
El estado Táchira tiene con Colombia 140 kilómetros de límite fronterizo, con variadas características de vegetación y topografía, que hacen dificultoso el manejo, resguardo y seguridad, lo que requiere un decidido apoyo de ambos países combinando esfuerzos enmarcados en la reciprocidad.
Es bueno que el país nacional sepa que luego de la decisión tomada por Venezuela de cerrar la frontera el 19 de agosto de 2015, la "anormalidad" rápidamente volvió a reinar y hoy vive la gente de frontera las mismas calamidades de hace 10 meses; curiosamente del lado venezolano se vocifera que ya "estamos listos para reabrir la frontera" y la gente se pregunta ¿abrir qué? Si la situación ya llegó al llegadero de antes del 19 de agosto de 2015, se sufre de las mismas dificultades que antes pero con un nuevo ingrediente, y es que ahora se paga hasta diez veces mas el valor real de un producto, cualquiera sea.
Los países de La Comunidad Andina de Naciones (CAN) integrada por Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, de la cual formó parte Venezuela desde su creación hasta que en el 2006 el presidente Hugo Chávez tomó la decisión de que Venezuela dejara esta organización y por el contrario se propuso la estrategia de que el país ingresará al Mercosur. Colombia sin abandonar La CAN ingresó al Grupo del Pacifico junto a México, Perú y Chile, conformando un bloque que apunta a convertirse en la octava economía del mundo.
Resultó lastimosa la salida de Venezuela de La CAN, inclusive contradiciendo el pensamiento integrador de nuestro Libertador Simón Bolívar, padre de las cinco naciones que integraban La CAN, y hoy el tiempo junto a los cambios políticos en Suramérica, le están dando la razón a quienes no promovieron esta salida.
Dentro de La CAN se desarrolló el modelo de Las Zonas de Integración Fronteriza ZIF, que son el instrumento más expedito para estas áreas binacionales de frontera, las que por sus propias caracterizas son complejas, pero que a la vez ofrecen soluciones que impulsan un desarrollo humano y geográfico sostenible en el tiempo.
Hoy La ZIF hubiese podido ayudar mucho a resolver parte del problema planteado; sin embargo pudo más la inoperancia y negligencia de ambos países, que abandonaron estas iniciativas técnicas, que vislumbran la conjunción y el apoyo de organizaciones cooperantes como El Banco Interamericano de Desarrollo BID y La Corporación Andina de Fomento CAF, al financiar diferentes tipos de proyectos que apuntalan lo social y económico de estas microrregiones fronterizas.
Es sencillamente sorprendente ver a los presidentes de Ecuador y Colombia presentando El Plan Binacional de Integración fronteriza Ecuador – Colombia 2014 - 2022, con la premisa: "fronteras para la prosperidad y el buen vivir". Esta visión de estadistas produce envidia y debe llamar a la reflexión al gobierno venezolano a construir verdaderamente la nueva frontera.