EEUU califica de "enemigos de la libertad" a los Estados libres y soberanos que no entran en sus planes o no sirven a la creciente voracidad de sus intereses, para ello utiliza una libertad inventada para justificar sus malaventuras bélicas que tienen una clara expresión fehacientemente en la "guerra total", sinónimo de aplastamiento por todos los medios (invasiones, satanización cultural, guerra sucia, guerra mediática, y cuatro hojas más de etcétera), no ya de un ejército enemigo sino de cualquier pueblo identificado con un territorio o con un sentido originario de pertenencia o con un proyecto político sustentable para dignificar a sus coterráneos. Por tanto, es opuesto a los pueblos que aspiren a afianzar esa identidad mediante un modelo económico, político y cultural independiente.
La guerra se ha convertido en la justificación del hambre imperial por el petróleo y otros recursos naturales. El imperialismo en alianza con los apátridas está utilizando todo lo que sea necesario para impedir el proceso de la Revolución Bolivariana, que es la columna vertebral del pensamiento de Bolívar en la emancipación latinoamericana y caribeña. La doctrina bolivariana es la lucha por la igualdad, la complementariedad, la inclusión social y la perspectiva de género para todos los países del continente. "Seguramente la unión es la que nos falta para complementar la obra de nuestra regeneración", advirtió el Libertador.
La agenda de la derecha fascista es absolutamente contraria a la doctrina de Bolívar, pues en su concepción apátrida se acoge a los preceptos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, la cual se resume así: entregamos las zonas petroleras y mineras y nos prestan para que hagamos carreteras y autopistas con los consorcios internacionales designados por ellos; nos prestan para ampliar el tendido eléctrico y de comunicaciones, pero cobran ellos el servicio de luz y de teléfono una vez privatizados; nos prestan pero pauperizamos los servicios de salud y educación para terminar privatizándolos; nos prestan cerros de la chatarra del dólar, pero tus reservas internacionales las colocas en los bancos que designen; nos prestan pero compras a nosotros las armas con las que reprimirás al pueblo que se levante contra nuestra agenda de medidas; te prestan pero despojas a los trabajadores de sus derechos y se es flexible, (canalla), con el tema del ambiente; te prestan pero elegimos los ministro de la economía.
Estos programas de "ajustes estructural" obligan a los gobiernos a integrar sus economías nacionales en la global (neoliberalismo) y proporcionan un marco en el que la derecha fascista o las élites locales puedan enriquecerse (mediante salarios más bajos, mano de obra dócil, privatización masiva, y una menor intervención gubernamental, etcétera). En suma, el capitalismo ha generado más pobreza y hambre.
Las tasas de crecimiento de la población superan hoy los aumentos de la producción alimentaria. Está en marcha una escasez crónica de alimentos. El sistema capitalista ha devorado las aguas, las tierras, la energía y la agricultura. Colocó en jaque a la humanidad.