Tenemos políticos que azucaran sus almas cuando oyen hablar de libre comercio. El mundo ha cambiado, pero sus mentes están congeladas. El veneno neoliberal y otras falsedades los ciegan incurablemente, e incluso engañan todavía a importantes sectores de la población que no comprenden la esencia de los problemas que sufren, a los cuales no se les explica nada, o les ocultan la información. Las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y otras, no son más que el llamado Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en las condiciones, plazo, estrategia, objetivos y procedimientos impuestos por EEUU. Que conducen inexorablemente a la anexión de América Latina al país gringo.
Tal tipo de asociación entre una gigantesca potencia industrial, tecnológica y financiera, con países que padecen un alto grado de pobreza, subdesarrollo y dependencia financiera respecto a instituciones que están bajo la égida imperialista, que controla, rige y decide el FMI, el BM, el BID entre otras corporaciones hegemónicas, que imponen tales condiciones de desigualdad, sólo implicará la absorción total de la economía de los demás países de América Latina y el Caribe por la economía estadounidense.
Los bancos, compañías de seguros, las telecomunicaciones, el servicio naviero y líneas aéreas serán yanquis, todo el comercio será regido por el norte. La industria química, la automotriz, la de producción de maquinarias y equipos pasaran hacer norteamericanas. Los grandes centros de investigación, la biotecnología, la ingeniería genética y las grandes empresas farmacéuticas serán propiedad de las transnacionales de EEUU. Las patentes y tecnologías, las asumirá casi todo el imperialismo. Los mejores científicos trabajaran en sus laboratorios. Las más importantes cadenas de hoteles los administrarán. La llamada industria de la recreación la controlará, Hollywood editará películas para idiotizar, se verán crecer más estos productos destructores de valores y culturas nacionales, como en efecto está ocurriendo, con un consumó que está por el orden del 90%. Nuestros pueblos seguirán en el peregrinaje de la producción de materias primas, creadores de bienes primarios y colosales ganancias para el inmenso capital transnacional.
En esto no hay un ápice de exageración. Somos optimistas y el decadente imperio no va poder someter a América Latina y el Caribe, las naciones de nuestro continente viven procesos de integración, a pesar de la disidencia de algunos países hermanos. Ningún gobierno puede vender una nación a sus espaldas. Sembremos conciencia del peligro y de lo que significa el ALCA. Insistamos en vigorizar la dignidad y los ideales de libertad, así como los sueños de Bolívar, Sucre, San Martín, O´Higgins, Morazán, el Che, Hidalgo, Morelos, Juárez, Sandino, Rosa Campusano, Manuela Sáenz, Baltasara Terán, Policarpa Salavarrieta, Chávez y Martí, entre otros tanto héroes de la Patria Grande, bajo el entendido de que las revoluciones las hicieron y las hacen los pueblos, los colectivos, no son exclusivas de las personalidades.
Nadie se haga ilusiones, no somos pueblos que se pueden vender como esclavos en subasta. ¡Victoria Final!