"Yo creo que el próximo gobierno va a ser un gobierno fusible, fusible porque va a tener que aguantar las descargas por las medidas impopulares que tiene que tomar. Ahora si seguimos corriendo la arruga tratando de crear subsidio cuando no tenemos recursos, etc. Hay que tomar medidas álgidas".
Estas son parte de las declaraciones dadas por Henry Ramos Allup en su visita a Estados Unidos en la Universidad de Georgetown (Washington) en donde tuvo una breve participación, así como para no perder el viaje al Norte. Pero que cuando abre la boca saca los demonios que se guarda, y lanza lo que sería el plan de gobierno de un derechista en nuestro país. Esto no es nuevo para nosotros, porque conocemos de sobra lo que ellos llaman tomar medidas álgidas, que no es más, que reducir o quitar de un tajo, los beneficios que el pueblo ha logrado alcanzar en estos 17 años. Recordamos perfectamente aquella toma de medidas impopulares, que trajeron como consecuencia la mortandad y el ataque más grande que se le haya hecho a nuestro pueblo a lo largo de nuestra historia el Caracazo de 1989.
Igualmente, en esa toma de medidas impopulares Teodoro Petkoff, eliminó la retroactividad de las prestaciones sociales, sacrificando al empleado y favoreciendo al empresario Privatizaron los servicios públicos y obligaron al pueblo más desposeído a vivir en la miseria, muchos de ellos recurriendo a la mendicidad, porque aún nos golpean los recuerdos de ver ancianos a mitad de las plazas, en plena calle durmiendo y recogiendo de la basura, a familias enteras bajo los puentes, y niños menguando el hambre con potes de pega. Hubo un cantante muy popular en los años ochenta que los describió muy bien en una canción titulada LOS HIJOS DE LA OSCURIDAD. Porque nadie volteaba a mirarlos y mucho menos se hacían cargo de ellos, ninguna institución se hacía responsable, mientras los amos del valle hacían sus grandes festejos con whisky y caviar, a escasos pasos de ellos, la gente se moría de hambre y de mengua Esas son las medidas álgidas que tomaron los gobiernos de turno en la IV. Y Ramos Allup está muy bien empapado del tema, porque él era como la guinda que le faltaba a la torta en todas esas decisiones.
Tal vez a muchos no nos tocó vivir en las calles, ni mendigar, pero sufrimos las inclemencias de un sistema que te negaba la educación, y por ende la oportunidad de obtener un trabajo con facilidad, y si conseguíamos el trabajo teníamos que adaptarnos a la esclavitud de un trabajo mal remunerado y sin ninguna representación del gobierno que defendiera tus derechos, porque todas las leyes estaban escritas pero pareciera que todas favorecían al empleador y no al empleado.
Hoy nos dicen resentidos, pero recordar el pasado no es ser resentido, es ser precavido, y sobre todo ser humano, y no querer que cosas como las que nos tocó ver, en las calles de este país y sobre todo en la ciudad capital vuelvan a pasar, no más ancianos durmiendo en las calles, ni niños comiendo y viviendo de la basura. Los jóvenes de los últimos 17 años, no tienen esa visión triste que a muchos nos tocó presenciar, y que tristemente nosotros ya casi veíamos como normales, porque era tan a menudo y en cada esquina, que la mente se acostumbraba al mal, aunque el cuerpo no lo resistiera
Ramos Allup y su decisión de tomar medidas impopulares y álgidas, le augura a nuestro noble pueblo, un futuro un poco negro y peligroso, porque estoy segura que la mayoría no querrá aceptar, ser nuevamente el carnero del sacrificio de ese nuevo gobierno que se avecina vomitando pestilencia.
