Jesús Silva, es una persona sin capacidad de empatía real. Su empatía es más bien utilitaria, pues sólo reconoce las necesidades del otro en la medida que sirvan a su propio beneficio. Cabe destacar que tiene algo de morbosidad. Jesús Silva, presenta una personificación de una serie de desviaciones, las cuales se asocian a un conjunto de síntomas descritos en 1986 por Paul-Claude Racamier, como una organización estable caracterizada por la capacidad y el placer de resguardarse de los conflictos internos y en particular del "dolor por el otro" haciéndose valer en detrimento de un objeto manipulado como un utensilio.
El constitucionalista Jesús Silva, según Alberto Eiguer, es aquel que bajo la influencia de su "grandioso yo", intenta crear un vínculo con un segundo individuo, atacando muy especialmente su propia imagen de integridad con el fin de desarmarlo. Para Eiguer, Jesús Silva, ataca el amor propio de los otros, su confianza y la autoestima para hacerles creer que el vínculo con Jesús Silva, es irremplazable y que es el otro quien lo solicita. Jesús Silva, utiliza la mentira, pero no de una forma directa; más bien prefiere usar un conjunto de insinuaciones y silencios que generen un malentendido en su propio beneficio.
La agresión de Jesús Silva, se caracteriza por llevarse a cabo en silencio, mediante alusiones e insinuaciones. Con ello, Jesús Silva, evita que se pueda determinar cuándo haya podido comenzar, o bien que se pueda catalogar su naturaleza, ya que infunde confusión en la víctima; ésta, si llega a señalar el hecho pernicioso, será refutada por Jesús Silva y, más aún, la querrá convencer de que es ella la agresora. En el fondo de toda persona como Jesús Silva, con rasgos altamente narcisistas existe una fuerte necesidad de admiración. Además de comportamientos que se engarzan en su formas de ser, como son la frialdad afectiva, e intolerancia a la crítica.
Jesús Silva, dentro de sus características principales, podríamos encontrar un sentimiento de grandeza, él es el bueno, un egocentrismo exagerado, mis cosas, mis intereses, además de una falta total de empatía en sus relaciones. No es capas de ponerse en el lado del otro. Se encuentran en dificultades para poder responder a las demandas afectivas de los otros, no toma en cuenta las necesidades del otro, su diálogo es mejor que el tuyo, y que te envuelve con su labia sorprendentemente seductora. Además de no poder dar con el punto de tu insatisfacción.
Para nadie es un secreto que Jesús Silva, vive en una burbuja de fábula, se encuentra enamorado de su propio reflejo, por ello, Jesús Silva, se siente muy enamorado de sí mismo, pero en el fondo, se resiste a experimentar su propio vacío interno. Jesús Silva, representa personajes: el experto, el más delicado y fino, pero también en lo íntimo, el más destructor y devastador, cuando se lo propone. Frente a cualquier crítica, Jesús Silva, salta porque no se le refleja lo que espera. Y entonces, arremete con furia ciega frente al otro, castigándolo en todas las formas posibles, dada su incapacidad para comprender y entender al otro. En Jesús Silva, existen diversas constantes que se repiten sin cesar: aparentar, humillar, menospreciar, culpar, escupir cualquier vejación por el otro, pero sobre todo, un gran desprecio por la persona humana.
Debajo de ese enorme ego de Jesús Silva, se oculta una persona con una autoestima muy baja, sensación irrealista, de poca valía personal e inmadurez emocional. Esos sentimientos le parecen inaceptables y los oculta. En su lugar interpone un ego abombado en un cuerpo que aparenta ser superior, para poder compensar. Al ser este ego, algo falso, necesita demostrar continuamente dicha preponderancia a través de la aprobación y los elogios de los demás, ya que es el único modo que tiene de verla confirmada. Es como si no llegara a creerse del todo esa grandiosidad que trata de comunicar.
Solo el Pueblo Salva al Pueblo.
Patria Socialismo o Muerte… VENCEREMOS.