Debemos responder los revolucionarios al día a día por nuestra propia supervivencia y la del pueblo venezolano, la revolución chavista debe transcender, ¡debe sobrevivir!
El debate de las circunstancias reales imperantes hoy, que se esta dando en estos momentos históricos entre la ideología y la realidad, entre lo que pretendemos hacer y lo que nos es posible hacer, donde casi siempre se impone la realidad.
Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella, dijo "Simón Bolívar"
Los enemigos internos y externos en estos momentos tratan de acabar con el proceso revolucionario venezolano, y el del resto de América, tienen la intención de devorarlo y exterminarlo de raíz.
¿Debemos o no, dialogar con el enemigo a ultranza en estos momentos?
Se puede dialogar, sin entregar las banderas de las conquistas logradas, la dignidad, los valores patrios, ni los principios, por los que Chávez luchó y el pueblo muere y combate aún hoy con el enemigo de clase, en esta guerra asimétrica de cuarta generación.
Pero como bien decía el Che Guevara al enemigo (Yankee) ni un tantico así.
Quizá, esta (la venezolana) sea la última revolución del siglo XX en nuestra América.
¡Debemos luchar para preservarla!
El enemigo marcha hoy sin freno, como caballo desbocado por estas tierras del Sur, arrasando con todo lo que se le opone a sus designios e intereses, cueste lo que cueste, acabó recientemente, con movimientos populares de izquierda como en Honduras, Argentina, Paraguay, Brasil entre otros. Hoy U.S.A tienen rodeada a Venezuela con siete bases o quizá más en Colombia, aparte la Cuarta Flota con bases en Aruba y Curasao. Venezuela está aprisionada mediática y económicamente. Por si falta poco, la declara Obama, "amenaza para el gobierno de U.S.A.". El imperio y sus lacayos quieren ver agonizar y morir a Venezuela, no les basta con haber asesinado a su líder, presidente comandante Hugo Chávez, ellos quieren el poder a toda costa, aunque para esto se derramen ríos de sangre.
A costa del hambre, asesinatos selectos, bloqueo económico una copia a lo Chile, pero más refinada.
La experiencia histórica nos recuerda hoy, a Guatemala de Jacobo Arbenz en 1.954, a Chile de Salvador Allende en 1.973. Por tanto, la izquierda y sus gobiernos, pueden ser derrotados, cuando no se arma al pueblo. Pueblo sin armas es fácil presa del enemigo.
¿Es posible en Venezuela que gane un partido de la derecha reaccionaria?
¡Sí, es posible! ya hemos visto lo que pasó el 6D con las elecciones de la ANB.
No fue una sorpresa. Se olía en el ambiente de las colas.
Todo es probable, el pueblo se puede engatusar una vez más.
Hace tiempo que en medio de la revolución chavista, los infiltrados como las termitas han hecho su trabajo y carcomido los cimientos. La derecha asesina y devora hoy a los revolucionarios chavistas más destacados, incluso militares de alto grado.
La historia la escriben los pueblos dijo Salvado Allende, desde Radio Magallanes.
El embrujo de Chávez ha pasado como una bruma en medio de un bosque encantado, se ha extinguido su magia con su muerte, va desapareciendo cada vez más con cada error del gobierno, y cada vez que Juan Pueblito tiene que apretarse más y más el cinturón. Bien sabían lo que hacían sus asesinos. Ya su verbo no brilla como antaño desde el gobierno, ni en los medios, tan cierto como la Luna llena.
Matamos al tigre, pero le tuvimos miedo al cuero, desde hace mucho, miedo sí, de hacer una revolución profunda, de erradicar las viejas estructuras tal y como lo pedía el pueblo del 13 de abril.
Ese día, cuando Hugo Chávez regresa al palacio de Miraflores de su secuestro en la isla de la Orchila la revolución naciente es sentenciada a muerte, cuando perdona a los golpistas, con la cruz azul en sus manos. Bendita cruz diría el enemigo "hizo el milagro"
Con este perdón se sello el futuro de la no revolución.
Los golpistas del 11 no pararon de conspirar, hasta lograr acabar con la vida del propio Chávez. Bien podemos decir que cuando nuestra vida, la del pueblo y el futuro de una revolución están en juego, al líder no le es dado ni permitido perdonar. Ni equivocarse, este fue el gran error de Chávez. La revolución se perdió esa misma madrugada del 13 de abril con este perdón.
Ese error de Hugo Chávez, nos cuesta lo que estamos viviendo hoy. con los mismos golpistas del 13 de abril y puede que hasta su propia vida.