Coincido con el Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, al señalar que en Venezuela, el 1 de septiembre no era el fin de algo, sino el comienzo de algo. Estamos observando, con sumo detalle, y no sólo como meros espectadores, sino que a su vez nos convertimos en actores, del juego de poder y la disputa que está en Venezuela. Si lo vemos desde la óptica marxista, la lucha de clases en su más estricta definición, si así lo prefieren algunos.
Es evidente que no sólo el Gobierno y los factores políticos y sociales que defendemos la Revolución Bolivariana estamos realizando nuestros juegos estratégicos. La derecha también los está haciendo. La responsabilidad de algunos de nosotros y nosotras, por aquello de la equidad de género, es tratar de develar las líneas estratégicas del contrario, para poder neutralizar sus propósitos inconfesables.
Es evidente que lo ocurrido en la Avenida Bolívar la semana pasada, fue un aldabonazo a las huestes opositoras. Se nota a un Maduro que no sólo se queda en un fundamento teórico conceptual de plantear unos 15 motores económicos en el marco de una Agenda Alternativa Bolivariana, con todo y las contradicciones que esto tiene. Maduro viene demostrando, que tiene la disposición y esta realizando el esfuerzo por atender los problemas de la cotidianidad del venezolano y la venezolana, independientemente de su signo ideológico. Y esa es una de las principales razones por las que la Avenida Bolívar se pleno el pasado 1 de septiembre.
Pero los medios de difusión y propaganda de la derecha, además de los ingentes recursos con los que cuentan, les da una vida con efectos especiales a estos señores, en un escenario, que pudiera resultarle favorable al Gobierno Bolivariano. Y producto del control de esos medios y esos recursos, han logrado afectar severamente a nuestra población, hay daños psicológicos tremendos, y para salir de esta problemática, que de hecho es un asunto de salud pública, tomará algún tiempo.
La derecha viene trabajando desde hace rato la teoría del desgaste social, y la pérdida de legitimidad por impopularidad. Y de esto nos queremos referir en las líneas que siguen.
Desde hace rato, la derecha está montada en un plan para generar condiciones sociales, políticas y económicas que alteren la estabilidad, gobernabilidad y gobernanza en el país. La estrategia la vienen adelantando luego de los resultados del 14 de abril de 2013, cuando la política cambia y los procesos se dinamizan, pues los sectores de la derecha fascista nos vienen atacando al Gobierno y al Estado como un todo por etapas, como una manera de ir horadando la base social que respalda al proceso revolucionario.
Los ataques en este nuevo ciclo de la revolución serán policéntricos y simultáneos, golpearnos por todos los frentes, que abarcan, desde el concierto internacional hasta el tema eléctrico, el abastecimiento, la inseguridad y otro elemento que debemos tomar muy en cuenta, las operaciones psicológicas que tienen como objetivo crear la masa crítica.
El desgaste social pasa por disminuir el liderazgo de los principales voceros, desde el Presidente Maduro (al decir que no es Chávez) hasta los miembros del gabinete y de los Poderes del Estado.
Pero no sólo es el desgaste de los voceros del Gobierno o del Estado, sino también de la estructura social de nuestro país. Con el objeto de ir deshilando nuestros lazos de convivencia ciudadana, matizando por una sociedad que se sumerge cada vez más en un clima de tensión y agresión.
Nadie en nuestro país puede sentirse a gusto con el aumento de los asesinatos, el incremento de casos de violencia de género (Ramos Allup dixit y otros), recrudecimiento de agresiones a funcionarios policiales, entre otros factores.
Tampoco puede haber conformidad ante el menoscabo del servicio público. Es, sin duda, uno de los peores escenarios que trabajan los enemigos de la Patria, donde nuestra crisis está vinculada a la existencia de un modelo dependiente que ha sido incapaz de articular opciones para un verdadero crecimiento y fortalecimiento de nuestra base productiva y el mejoramiento de nuestras condiciones sociales. Me refiero al modelo rentista petrolero.
Con la teoría del desgaste social, la derecha busca un vector de acumulación de odio y resentimiento de la población venezolana, que nos conduzca a un nuevo estallido social. De allí la pertinencia del Presidente Maduro de convocar a un grupo de juristas, psicólogos, psiquiatras y varios expertos, para conformar una Comisión Presidencial que estudie e investigue los delitos de odio, por los que sería demandado el actual presidente de la Asamblea adeco burguesa, Henry Ramos Allup. De este tema, nos referiremos con mayor detalle en próximos artículos.
El otro elemento que explota la derecha es el de la pérdida de legitimidad por impopularidad del Presidente Maduro. Por ello, no es casual que todos los voceros de la derecha venezolana, expresen que: "80% de la población venezolana está dispuesta a revocar a Maduro", estadística ésta, que no es cierta.
Con la crisis económica y la protesta social que pretende armar la derecha, lo hacen para que tanto los factores del Gobierno como los de la derecha tomen distancia del conflicto.
Se pretende imponer la matriz de opinión de que a medida de que "crece la crisis", mayor es el repudio de las bases y menor el poder simbólico del chavismo y su capacidad para tomar distancia del conflicto. Pretenden vender la imagen de "descomposición del régimen" confundiéndola con la experiencia fujimorista en el Perú, o la de Stroessner en Paraguay, tironeados por los intereses de las mafias que fomentaron estos Gobiernos. Y de allí, los intentos de la derecha por vincular al Gobierno con las mafias de la corrupción, incluso con el narcotráfico.
Es evidente que la derecha está trabajando en base a un cronograma, tomando muy en cuenta períodos clave. En este caso, luego del 1 de septiembre, para ellos, uno de los períodos clave es la reunión del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) en Margarita, y en donde Venezuela asumirá la presidencia pro tempore de este movimiento, traspaso que le hará la República Islámica de Irán. Un dato a destacar: Es que Venezuela, en este momento histórico, ejerce la presidencia de seis organismos multilaterales importantes: Consejo de Seguridad de la ONU, Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Consejo de Derechos Económicos y Sociales de la ONU, presidencia de la UNASUR, presidencia del Mercosur y próximamente, la presidencia del Movimiento de Países No Alineados por tres (3) años. ¿Que tal?
Por ello, el "cacerolazo" en Villa Rosa, porque la derecha busca en estos momentos aprovechar la presencia de los medios internacionales en el país, para "demostrar" al mundo el "desgaste social" e "impopularidad" del Presidente Maduro, que "ha perdido legitimidad" (recordemos que la derecha tiene el argumento de que no sólo las elecciones son fuente de poder de los gobernantes), y es por ello, que el referendo revocatorio es la salida inmediata de esta crisis.
En estos momentos, nos parece muy práctico trabajar con categorías de análisis, ya que la teoría del desgaste social, la pérdida de legitimidad por impopularidad, nos van a permitir hacer análisis de contenido y discurso de los actores políticos en la actual coyuntura, ya que esto nos va a permitir detectar las líneas o variables fundamentales de las contradicciones a lo interno de nuestra sociedad, incluso agruparlas. Sería bueno hacerles seguimiento, a través de la elaboración de tablas de frecuencia, ya que con esto podremos construir escenarios más próximos a la realidad que hoy vivimos.
Vemos los ataques, y el centro de los juegos estratégicos tanto de la Revolución como de la derecha, están centrados en lo internacional, con conexión con elementos de la política doméstica. Pero de ello nos referiremos en próximos artículos.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!