Hace ya un tiempo que deje de enviar a Aporrea, algún artículo volcando mi preocupación, sobre la marcha del proceso Revolucionario.
La razón…cansancio.
Cansancio de chocar con los oídos sordos, del gobierno de Maduro. A quien desde luego iba dirigida mi crítica.
Ahora bien, si pienso teóricamente, porque iban a escuchar mi critica, sino escuchan tampoco, la de los propios compañeros venezolanos, que conocen más a fondo la situación real.
Eso teóricamente, prácticamente mi critica tiene un valor agregado, perdonen la inmodestia.
Está basada en la experiencia que muy pocos compañeros pueden presentar, haber presenciado desde su interior, varias décadas el proceso de descomposición, de la cúpula burocrática de la Nomenclatura, del Comité Central del Partido Comunista, en la ex URSS, que culmina con la traición a los ideales del Socialismo y su involución al Capitalismo actual.
Esa experiencia la volqué en muchos artículos, que Aporrea tuvo a bien publicar, advirtiendo a Maduro y a sus burócratas, del camino equivocado que llevaban, cediendo a la vieja oligarquía y al capital privado y extranjero, la dirección de la economía venezolana.
Usando el capital de la renta petrolera, propiedad de todo el pueblo venezolano, el que debía ser el protagonista absoluto de su Revolución, sin necesidad alguna de compartir su economía con sus patrones explotadores.
Hasta que ayer mientras escuchaba un tango… les confieso que soy fanático del tango, me vino a la mente algo que me impulso a escribir este artículo...
Es curioso de como un Tango famoso en la Argentina nos acerca a la realidad actual de la Revolución Bolivariana. En 1920 el uruguayo Samuel Linning escribió la letra del tango "Milonguita al que le puso música el argentino Enrique Delfino.
Milonga es una palabra del Lunfardo (es el argot rioplatense que provino originalmente del idioma de los delincuentes), que nombra a una danza de origen afroamericano, que se baila en los países Rioplatenses,
Por extensión se denominaba en aquellos años, "Milonguita" a la mujer que lo bailaba, junto al ejercicio de "la más vieja profesión" en los burdeles y cabarets.
Me preguntaran los compañeros venezolanos, que asociación de ideas me llevo, a que este viejo y famoso tango, me "confirmara" la realidad, de la situación actual de la Revolución Bolivariana.
Fácil, basta internarse en su letra y asociar….
En la primera estrofa dice el autor
¿Te acordás, Milonguita? Vos eras
la pebeta(mujer joven) más linda 'e Chiclana (barrio de Buenos Aires);
la pollera cortona y las trenzas,
y en las trenzas un beso de sol.
Y en aquellas noches de verano,
¿qué soñaba tu almita, mujer,
al oír en la esquina algún tango
chamuyarte (hablarte) bajito de amor?
Es decir, nos cuenta que esta mujer, ya devenida en "Milonguita profesional", fue antes una mujer joven, inocente, llena de ilusiones y porvenir.
En la segunda estrofa el autor define…
Esthercita,
hoy te llaman Milonguita,
flor de noche y de placer,
flor de lujo y cabaret.
Milonguita,
los hombres te han hecho mal
y hoy darías toda tu alma
por vestirte de percal (tela sencilla que usan los pobres).
Aquí nos enteramos, que Milonguita se llama en realidad Esther, y que su situación de prostitución y consecuente descalabro físico y moral, se lo debe a los "hombres que la han hecho mal".
Entienden compañeros venezolanos, porque asocie a la Revolución Bolivariana.
Porque actualmente a la Revolución la llaman "Milonguita", empezando por sus enemigos y hoy en día por muchos de sus amigos.
Y pensé que hoy la Revolución, "daría toda su alma" por llamarse Esthercita, pura, sana, vestida con la tela de los humildes, llena de las ilusiones y consignas, que le inspiro su creador el comandante Chávez.
Así que propongo que en el futuro, la llamemos a la Revolución Bolivariana…
"Esthercita, los hombres te han hecho mal".
Así salvaremos las responsabilidades del Comandante y de todos aquellos que siempre quisimos y propusimos mil veces, a Maduro y su Gobierno seguir el camino del Socialismo.
Sin concesión ninguna a las "flores de noche, placer, lujo y cabaret" que ofrece el Capitalismo, a los corrompibles Burócratas de la Clase Media, que siempre concilian con los oligarcas, para engañar a los humildes trabajadores a quienes explota y que condujeron a este descalabro.