Madurismo o la deformación del chavismo

 

 

Es imposible soslayar la terrible realidad que padece hoy el pueblo venezolano. Muchos intentan descalificar la imagen de Hugo Chávez, estableciéndole la responsabilidad de lo que hoy padecemos en el país. Tampoco se trata de desconocer los errores que se cometieron en el ejercicio del gobierno, ni los cometidos directamente por el propio presidente Chávez, pues aquí radica una diferencia fundamental de los líderes de hoy, Chávez, reconoció cientos de errores e invitó incesantemente a corregirlos, “Golpe de timón” es muestra fidedigna de ese empeño por siempre buscar y encontrar rumbos posibles hacia el Socialismo; contrariamente, ahora quienes gobiernan escudados en la imagen de Chávez y dueños del PSUV, como una estructura -según ellos para permanecer eternamente enquistados en el poder-, se niegan aceptar que se equivocan y siendo así se seguirán equivocando, dado que no admiten la sinrazón que los cobija y ya se parecen demasiado a lo que tanto criticaron del “Puntofijísmo”, es decir a los partidos de la derecha, AD Y COPEI -y hasta los más reaccionarios de Voluntad Popular- entre otros.

Así las cosas, y a contracorriente, muy por la orilla, está el bravo pueblo venezolano, pueblo chavista en su inmensa mayoría, y es hora de separar una cosa de la otra, aquí el chavismo no gobierna, pues el gobierno de hoy carece de apoyo popular, de participación democrática y protagónica, siendo tales atributos logros innegables del liderazgo de Chávez, y no obstante, ninguna de las características consolidadas por el gobierno de Chávez, está presente, por cuanto hoy en Venezuela gobierna el Madurismo, con cuotas en la estructura de poder de algunos falsos lideres (Diosdado Cabello, Tarek el Aissami, Elías Jaua, Jorge Rodríguez etc.) quienes se han hecho los dueños del gobierno y de la estructura partidista por demás de burocratizada, desmovilizada y corrompida, arrojando como vergonzoso corolario: el hecho que hoy nos gobierna una deformación del Chavismo.

Dicho esto, entonces, con la pericia de un cirujano al pueblo chavista le corresponde cortar todo lo que está mal, lo que está podrido, extirpar ese cáncer que se nos ha inoculado en los más adentro para exterminarnos, para esto es necesario entender que el chavismo es un movimiento social, inmenso y poderoso, sin señoríos, tan sólo el pueblo –en su infatigable afán de abrir las grandes alamedas y salvarse- es capaz de entenderlo, de renovarlo y reimpulsarlo, para esto debemos echarnos el miedo a la espalda, y tener el compromiso de impulsar cambios profundos, entender la necesidad de surgimiento de un movimiento amplio, que se desmarque totalmente y tenga la voluntad de permitir la crítica sincera, constructiva, y eso pasa por la renovación de los liderazgos en nuestro país, con urgencia que la actual coyuntura amerita, y es que no podemos continuar, bajo la dirección de quienes sólo defienden sus intereses, unos por mantenerse en el poder y otros por alcanzarlo a costa de lo que sea, mientras el pueblo padece hambre, y necesidades de medicina, de servicios básicos, de seguridad ciudadana, de ahí en más la criminalidad nos arropa y nos golpea día a día, nuestros hospitales son una vergüenza: se nos muere la gente por causa de la desidia y/o la negligencia gubernamental; por otra parte, la educación requiere de cambios vertiginosos y de atenciones, nuestra escuelas están nuevamente subsumidas en el deterioro, estamos realmente en una crisis agigantada en todo lo que representa la estructura del país, y no podemos seguir así por la ambición de unos pocos.

Ahora, ¿Qué hacer, entonces? Impulsemos el surgimiento de un nuevo liderazgo chavista, amplio y renovado por la felicidad suprema del país y su muy necesaria estabilidad política que garantice mejores horizontes económicos, porque si algo debemos defender es que por una situación similar a la de hoy, hubo un quiebre histórico con la aparición de Chávez, como él ningún otro, y sin embargo, si ha de aparecer un nuevo liderazgo con el impulso colectivo que encarne la fuerza y el compromiso de Hugo Chávez, con el pueblo de Bolívar, para –como lo declarase el nacido en Sabaneta de Barinas aquel 4 de febrero de 1992- permitir que el país se enrumbe definitivamente hacia un destino mejor.   

Como decía Fabricio Ojeda. Luchar Hasta Vencer…

Juan Francisco García Escalona.

Ex Diputado de la Asamblea Nacional por el Estado Apure.

Bolivariano y Chavista.



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