Contra la campaña devaluacionista del bolívar promovida por sectores antivenezolanos

Ante los anuncios de eliminación de los tres ceros a nuestros billetes, se ha desatado una campaña por los medios informativos de la oposición, para tergiversar los verdaderos valores de la sobrevaluación actual del bolívar, solo para proponer una devaluación de nuestra moneda que no estaría justificada si observamos los índices macroeconómicos reales que tiene nuestro país. Hemos visto con sorpresa declaraciones de aventajados economistas que defienden el neoliberalismo a ultranzas, y que pretenden justificar una futura devaluación del bolívar después de haberse instaurado el nuevo bolívar (o bolivariano como lo propusimos) con tres ceros menos. Estos señores economistas no se dan cuenta que auspiciando esta campaña devaluacionista están atentando contra el pueblo venezolano y ellos mismos, porque devaluar sin razón se podría comparar como quitarle sangre a una persona, con lo cual debilita su organismo atentando contra su salud. Los únicos interesados en devaluar son aquellos que poseen grandes capitales en dólares en bancos extranjeros, para así a través de los bancos regresarlos con las tradicionales utilidades cambiarias a las cuales se acostumbraron los últimos 23 años, desde el Viernes Negro de 1983.

Siendo este un año electoral, las campañas sucias para desprestigiar la administración actual con fines exclusivamente electorales ha comenzado a aflorar en los medios de comunicación de la oposición. Confunden los intereses electorales y políticos con los altos intereses de todos los venezolanos: salvaguardar sus ingresos. Como ejemplo de esta campaña mostramos extractos de un artículo reciente de uno de esos destacados economistas. Dice en diario El Universal el economista Miguel Angel Santos, profesor del IESA lo siguiente:

“El bolívar está sobrevaluado cuando lo que se puede comprar con 2.150 bolívares en Venezuela es bastante menos de lo que se puede adquirir con un dólar en el exterior. Contínua diciendo: “Algunos analistas han enfocado este problema a través de la relación que existe entre la cantidad de dinero en la calle (liquidez monetaria) y las reservas internacionales. Según este enfoque, el BCV pudiese adquirir los 82 billones (12 ceros) de bolívares que había en la calle el 26 de junio, utilizando los 31.596 millones de dólares de reservas internacionales, a una tasa de cambio equivalente de 2.620 (22% más que la tasa oficial)”. Continúa el Econº M.A. Santos diciendo: “El cambio puede superar los 5.800 bolívares por dólar (170% más que la tasa oficial). Luego está el problema del Fonden, si allí queda algo, si ese algo es susceptible de convertirse en reservas (lo que mejoraría la relación), pero aquí no hay estadísticas oficiales. En cualquier caso, la razón liquidez-reservas se ha deteriorado 45% en doce meses”.

Semejantes inconsistencias como pueden observar los amigos lectores tienen un basamento errado si los comparamos con nuestros análisis sobre el cálculo de la sobrevaluación de nuestro bolívar que en el concierto de las demás monedas latinoamericanas es la que menos sobrevaloración tiene.

De otro lado tenemos que decir que lo ideal y justo sería revaluar nuestro bolívar, porque durante los presupuestos de 2004 y 2005, el bolívar fue devaluado un 32% (20% en 2004 y 12% en 2005) con la justificación de un déficit artificial ocasionado por la subestimación de los ingresos petroleros a la mitad del valor real que tuvo en esos años. Así lo hemos propuesto los Defensores del bolívar lamentablemente sin eco en los sectores oficiales de MinFinanzas y BCV. Si todavía le agregamos a esta devaluaciones indebidas, la devaluación del bolívar por la caída del dólar ante el euro en el 30% en los últimos dos años, llegamos a que la devaluación del bolívar total llega al 62% desde Marzo de 2004 hasta la presente fecha. No es casual que todas las monedas de los países del hemisferio (incluyendo a Canadá y Cuba) revaluaron desde un 8% (peso cubano) hasta el 45% (dólar canadiense). Mientras tanto nuestro bolívar fue devaluado injustamente el 62%.

¿Acaso estos ilustres economistas no se dan cuenta de estas realidades? ¿Por qué entonces prosiguen con su campaña devaluacionista del bolívar cuando hoy Venezuela está viviendo su mejor época petrolera? ¿A que mezquinos intereses defienden? ¿Podríamos decir entonces que ellos siendo venezolanos quieren a este país?  Por eso nosotros los Defensores del bolívar hemos dicho e insistido que la economía es demasiado importante para dejársela solo a los economistas.

Por lo menos con nuestra insistencia hemos logrado que el gobierno nos oyera y detuviera las devaluaciones del bolívar en este año 2006, logramos convencerlos que migraran 20 millardos de dólares de las reservas internacionales a la banca europea (para compartir riesgos), logramos que eliminaran el impuesto al débito bancario y logramos convencer en pagar parte del capital (15%) de la deuda externa venezolana para reducir el servicio (intereses). Ya eso es un triunfo para la actual administración gubernamental y un triunfo para los Defensores del bolívar.

 

¿Cómo se calcula la sobrevaluación o subvaluación de la moneda?

Se utiliza la siguiente expresión: Valor de cambio = Liquidez / Reservas internacionales

El valor de cambio así calculado lo comparamos con el cambio oficial actual, y de esta comparación obtenemos la calificación de bolívar sobrevaluado o bolívar subvaluado.

Valor de cambio es > cambio actual => sobrevaluada

Valor de cambio es < cambio actual => subvaluada

Para algunas naciones latinoamericanas calculamos las sobrevaluaciones de sus monedas para compararlas con Venezuela.

(VER TABLA1a)

Esta tabla fue calculada con datos actuales emanados de los Bancos Centrales de cada país. Los lectores pueden observar que el bolívar presenta apenas una sobrevaluación del 14% que si la comparamos con las sobrevaluaciones de las monedas de los demás países latinoamericanos, es la menor del continente americano salvo el caso del peso colombiano. El caso de la subvaluación del peso colombiano en un 28,5% obedece a que el gobierno de ese país acomoda artificialmente el cambio oficial del peso para que se coloque sobre el cambio oficial del bolívar respecto al dólar, solo por conveniencia del comercio binacional que supera los 3,000 millones de dólares, para así sobrevalorar sus productos que vende a Venezuela.

De la tabla siguiente podrán los lectores observar la Fortaleza de nuestro bolívar en comparación con las demás monedas de la región, que lo ubica en segundo lugar.

(VER TABLA2a)

¿Cómo calculamos la Fortaleza de la moneda?

La calculamos con la siguiente expresión propuesta por nosotros los Defensores del bolívar en 2004:

F = PIB/c + RI/c – DE/c

donde:

F: Fortaleza Macroeconómica del país;

PIB/c: Producto Interno Bruto per cápita;

RI/c: Reservas Internacionales per cápita

DE/c: Deuda Externa per cápita

Evidentemente la Fortaleza del bolívar no solo proviene de esta expresión que correlaciona varios índices macroeconómicos. La mayor fortaleza del bolívar proviene de ser la expresión monetaria de una nación que posee las mayores reservas petroleras del planeta, agregándole que Venezuela posee la mayor reserva gasífera del continente. Podríamos agregarle a la fortaleza de nuestro bolívar otros valores naturales como son las enormes reservas minerales de oro, diamantes, uranio, hierro, bauxita, vanadio y níquel (estos dos últimos provienen de los petróleos pesados de la Faja) y otros, amén de reservas de agua y un excelente clima que permite cultivos los 365 días del año, con un mar territorial con grandes reservas pesqueras y minerales y la mejor ubicación estratégica en el continente americano.

Pero lo más importante de las reservas venezolanas es que cuenta con la mayor plantilla de profesionales de 3ro, 4to y 5to nivel de Latinoamérica, y está en proceso de incrementarla por las misiones educativas que son ejemplo. Lamentablemente dentro de esta plantilla de profesionales venezolanos existen una minoría de ellos que no quieren a nuestro país y que solo por ambiciones del poder, desean la destrucción de nuestro país para así demostrar que el gobierno actual es incapaz de gobernar para el beneficio y bienestar de todos los venezolanos. Ojala que los señores economistas que estamos acostumbrados a ver, oír y leer por los medios de comunicación de la oposición, reflexionen y cambien su modo de proceder antivenezolano, y dejen de escudarse en títulos, universidades e instituciones para así confundir a la opinión pública y lograr sus perversos fines.

Para concluir vamos a dejarles unos conceptos que ilustran algunos términos de uso en economía y que son manipulados con otros fines. Seguramente seremos criticados por lo que implican estos conceptos que a nuestro modo de ver desnudan en parte los fines de confundir de esas campañas devaluacionistas de nuestra moneda.

  • Revalorización de la moneda significa deflación
  • Deflación es lo contrario de Inflación
  • Por tanto al revaluar el bolívar se reduce la inflación


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Jairo Larotta Sánchez (*)

Ingeniero Civil UCV 1970, Magister Scientiarum Ingeniería Sismo Resistente IMME-UCV 1976, postgrado en UNAM Mexico, UC Berkeley (1974-77). Amplia experiencia en dirección, gerencia en empresas de ingeniería en el área petrolera e industrial. Consultor y asesor de 11 empresas privadas y asesor de Ministerio de la Vivienda y Ministerio del Ambiente (1988-2014), patólogo de estructuras (2005-actual). Construcción de edificios residenciales, centros comerciales, estaciones de metro, naves industriales (1979-86). Secretario Ejecutivo de FUNVISIS (1975-79). Once publicaciones científicas en congresos nacionales y mundiales sobre ingeniería sísmica (1972-77). Más de 120 artículos en Venezuela y exterior sobre monetarismo y macroeconomía (2003-actual). Orador en conferencias, foros, entrevistas por radio y TV sobre macroeconomía geoestratégica, creador del bolivar oro divisa y criptodivisa oficial asociada para venta de hidrocarburos, productos no petroleros, compra de bienes y servicios foráneos (2005-actual). Libros publicados: coautor de "Cien años de compañía", Editorial Don Bosco, Caracas 2006; autor de "El síndrome de la piñata en la idiosincrasia del venezolano", Editorial Dictus Publishing, Saarbüken, Deutschland (2014) ISBN- 978-3-8473-8853-1

 jairolarottas@gmail.com

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