La inusitada declaración xenófoba y anti bolivariana, del vicepresidente colombiano, Germán Vargas Lleras, conducta arraigada en la cultura de la rancia burguesía cachaca, y que le brotó en el calor de la selva del Catatumbo, en el vecino Tibú, pueblo testigo de la miseria y masacres, que empujaron hacia nuestro país a una séptima parte del total de la población colombiana; pues allí llegó a vociferar su ira chouvinista, que se arrastra desde la década de 1980, y nos llamó: "venecos" que es la abreviatura de "venezolanos coños de madre", ofensa que se cristalizó en los días críticos cuando la nave militar Caldas invadió aguas de nuestro Golfo de Venezuela. Pues, el apasionado vicepresidente Germán Vargas Lleras, exigió que no se les adjudiquen viviendas de interés social a "venecos", ni a colombianos que hayan vivido en Venezuela o con hijos de nacionalidad venezolana.
Pero, este hecho, ha permitido rescatar la historia del "obsequio de un edificio completo", que en 1957, se hizo desde Caracas, tras una explosión en Cali que causó miles de víctimas y gran cantidad de damnificados, y se trata del llamado "Bloque 8" de la Unidad Residencial República de Venezuela. Pero, quien intente ubicar este edificio en Caracas no lo va a encontrar, pues el mismo fue construido en Cali, capital del Departamento del Valle del Cauca, en la costa del Pacífico de Colombia.
El blog agozarlatino.blogspot.com, recoge la historia en donde se relata: "Corrían con los ojos desorbitados", contaba un bombero, mientras se dirigía a atender la catástrofe, en esa madrugada del 07/08/1956. Un convoy de camiones, llenos de dinamita, estacionados cerca a la estación del ferrocarril de Cali, hicieron explosión, causando la mayor catástrofe registrada en Colombia, se cuentan más de 1.300 muertos, aunque el Padre José Hurtado Galvis, párroco en esa época del Batallón Pichincha y el icono más emblemático de la tragedia (como uno de los comprometidos en las maniobras de rescate), cuenta que vio tirar a la fosa común, más de 3.000 cadáveres".
En el carro de Carlos Franco (muralla de bronce), corríamos calle abajo, por la avenida sexta a la altura de Chipichape, con Benhur Lozada, Pedro Linares (Director de la Negramenta) y este servidor, en una conversación casual. No obstante, entre recuerdos, charlas y anécdotas, Pedro Linares voltea sorpresivamente y en medio de la noche alcanza a vislumbrar un edificio que se le hace conocido, nos voltea a ver y dice: "Ese edificio es parecido a unos bloques que tenemos en Caracas", y yo tercio diciéndole que se llama "Edificio Venezolano" y que fue donado por el Gobierno (aun no bolivariano) de Venezuela, cuando nos sucedió la tragedia del 07/08/1956".
Es importante recordar, que en la década de 1950, y bajo el gobierno del General Marcos Pérez Jiménez, en Venezuela se decide trabajar en soluciones habitacionales para gente de clase media y baja, buscando aliviar la falta de inmueble en los sectores menos favorecidos, este proyecto se llamaría "Urbanización 2 de Diciembre". Sin embargo, el General Marcos Pérez Jiménez es derrocado el 23/01/1958 y Rómulo Betancourt, quien le sucede, lo re-bautiza como "Urbanización 23 de enero", en conmemoración del inicio de la democracia.
El donativo de Venezuela a Colombia, se trata de un edificio residencial completo de 140 apartamentos que fueron entregados a los sobrevivientes de la tragedia de Cali, tras quedar sin sus hogares, y vale destacar que el terreno donde se levantó la llamada "Unidad Residencial República de Venezuela" fue donado por el médico venezolano Dr. Adolfo Bueno Madrid, reconocido galeno que atendió y curó a Juan Vicente Gómez, el presidente entre 1908 y 1935. Tras el Golpe de Estado del 18/10/1945, contra Isaías Medina Angarita, el Dr. Adolfo Bueno Madrid debió exiliarse en Colombia, y allí se dedicó al negocio inmobiliario.
En fin, este soberbio complejo residencial de 140 espaciosos apartamentos, fue erigido por el Banco Obrero de Venezuela, y formalmente se adjudicó "gratuitamente" a los beneficiarios colombianos.
