Las pequeñitas contradicciones de la revolución y la propaganda

Me comprometí con el camarada Cheche Guevara para acompañarlo a la gobernación de Anzoátegui, donde realizaría un trámite de unas muletas para una hermana. Según la información recibida, Cheche debía realizar el trámite en el tercer piso de la gobernación.

Llegar al tercer piso fue una situación muy parecida a eso que llaman "vía crucis". La diferencia fue que en vez de 14 cruces, nos tocaron tres. Cheche tiene 80 años y yo 74. Esos tres cruces fueron más largos que los 14 que hablan de la pasión de Jesús.

El ascensor que estaba colocado en la planta baja no funcionaba y oímos que tenía ya meses sin funcionar. Así que subimos el primer cruce, el segundo y el tercero y pensé que el camarada Cheche, se me queda ya en la transición del uno al cruce dos -piso 2-. Pasamos el primer piso y vimos que el ascensor estaba justo en la esquina de la escalera y vimos la puerta del ascensor, que también la vimos en la planta bajo.

Le di a Cheche un poquito de agua y nos atrevimos a darle al tercer cruce y llegamos. Lento y temblorosos pero llegamos. También vimos la puerta del ascensor en el tercer piso cerrada y sin funcionar. Solicitamos información y el mareo que traíamos de los cruces, se nos agudizó con las "orientaciones" que nos ofrecían para tramitar las fulanas muletas.

Vamos que a Che le dio ganas de ir al baño y me fui con Cheche al baño: ¡Guácala! Sin exagerar, aquello era peor que un baño de una carretera. Sin agua y con aquellas cosas flotando. Calculé que Cheche no tenía pañales y efectivamente no tenía. Así que no podía pedirle que cerrara los ojos y sintiera lo calientico del miao. Le dije: Vamos, si puedes.

Volvimos al punto de información y mareados decidimos realizar el vía crucis de bajada y pasamos por cada uno de los baños de los pisos y todos -por lo menos lo del sexo, que dice ser fuerte- estaban: ¡guácala! Igual de sucios y contaminados.

Bajando con Cheche que prácticamente iba guindado de mí, vi un "pequeñito" detalle que mí hizo la bajada amarga y traumática. ¡Contrastes! ¡Contradicciones! Comprendí ahí o iba asumiendo, que esta revolución se vuelve cada vez pura propaganda y publicidad comercial, usando -lamentablemente- la figura de Chávez para eso.

En cada una de las puertas de los ascensores que no funcionaba estaba completamente forrada con una calcomanía que cubría toda la puerta con la propaganda #AQUÍNOSEHABLAMALDECHÁVEZ. Mientras bajaba, vi que esa calcomanía también estaba en las grandes puertas de muchas oficinas.

No hay agua, los ascensores no funciona y los baños están como baños de carretera. Supongo que esta situación en los ascensores es por falta de mantenimiento. No hay recursos para esto. Supongo que los baños están así porque no hay agua y no hay insumo para la limpieza, pero para empapelar la gobernación con propaganda que hacen más mal uso de la figura de Chávez, si hay. Pequeños contrastes y pequeñas contradicciones.

No es que esto sea una excepción. Llegamos al tercer piso con Cheche guindado sobre mí y no había en ese momento una silla para que Cheche se sentara, pero cualquier reunión de propaganda en la Plaza Bolívar, utilizan sillas muy bien adornaditas.Ahí se me he sentado comodamante y hasta uso una para colocar un pie.

Antes de retirarnos, pregunté a las personas que controlaban el paso hacia la gobernación, si había una entrada para el alto gobierno y me dijo que esta entrada se ubicaba al frente del palacio de Justicia. Le dije que andaba con un viejitoo más viejo que yo y quería llegar al tercer piso y si por esa entrada había ascensores buenos y me dijo que sí. ¡Contrastes! ¡Contradicciones! Estos señores que necesitan comodidad y no deben sudar sus prendas íntimas, tienen esa comodidad garantizada y desde esa burbuja, no ven ni pueden comprender el "vía crucis" de la personas que van a la gobernación a trabajar y realizar gestiones.

No es lo única situación donde se ven las contradicciones y los contrastes. Si viene un cacique de Caracas, es imposible que no se vea lo ostentoso en cuanto al sonido, la tribuna y otras cosas que deben costar una fortuna. Esa manera de dilapidar, contrasta con un aula y un baño de una escuela en donde la mayoría de las veces no hay ni un toma corriente para conectar las canaimitas.

Afortunadamente la gobernación tiene una amplia área "verde" y por entre una maticas secas, metía a Cheche para que echara la meaita que lo tenía con dolores en la vejiga. Vaciada la vejiga de Cheche, nos fuimos hasta la esquina de la plaza Bolívar a tomarnos un café.

dominguezclauio15@gmail.com

@ClaudioElcuaco



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Claudio Dominguez


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