La tardanza en tomar medidas soberanas contra el aparato de guerra mediática CNN, demuestra que en Venezuela no hay una Revolución, sino a lo sumo, una tímida evolución. Ojalá llegáramos a Reforma. Este medio imperialista se ha burlado cotidianamente del gentilicio venezolano, financiado por enconados enemigos del ideal bolivariano. No es nada casual el protagonismo de voces colombianas de derecha en CNN en españil, y el hecho que la poca publicidad que tiene viene de patrocinantes colombianos. Ejemplo: una tal universidad Sergio Arboleda, donde por coincidencia tiene intereses el dictadorzuelo Pedro Carmona Estanca. El programa sobre entrega de pasaportes venezolanos a terroristas islámicos, es la continuidad de esa campaña universal de desprestigio contra Venezuela, que CNN lleva como punta de lanza desde los pimeros años de la era Chávez. Sobre la responsabilidad nuestra en permitir tanto abuso por tanto tiempo, no tenemos razón lógica que exponer; como no entendemos que a tanto personaje raro, corruptos, desviados y enemigos de la Doctrina Bolivariana, se le den cargos relevantes en el servicio exterior. Sencillamente injustificable. Que los gringos sancionen funcionarios venezolanos so pretextos a la carta, no nos merece más que un rotundo desprecio; Estados Unidos o cualquiera de sus aliados imperialistas, carecen de jurisdicción legal, política y moral para señalar a ningún ciudadano de otro país, y menos en materia de drogas, su vicio y negocio más intenso. En semejante escenario aparece Mis Falacia Tintori alli metiche y malinche juntito al mismísimo azote de los migrantes y refugiados, el tipo que ordenará construir un muro para que nosotros la gentuza india, mestiza y medio afro de América Latina no saltemos a afear su paraíso catirito. Evidente. Todo estaba cronometrado. Pero una vez más la pantallería y arrogancia nos hace reforzar esa energía libertadora que nos da nacionalidad y verguenza. Ni CNN, ni las jugarretas hipócritas del poder gringo, ni las cipayas y lacayos, caben en nuestros corazones bolivarianos. Váyanse lejos, piérdanse como el humo con el viento. Se los ordenan los mohanes que habitan los rincones oscuros del amanecer.
