I.
En los últimos días, con varios procesos electorales en el horizonte, se ha registrado un tiroteo verbal y virtual contra la Revolución Chavista. Interna y externamente acusan al Camarada Presidente Nicolás Maduro de "implantar una medida para ilegalizar a los partidos políticos". Cualquier incauto, nativo o extranjero, fiel creyente (no conocedor) de las matrices de opinión, puede sentenciar con euforia que Maduro es un tirano y llegar al punto del delirium.
Como estudiosos de la política nos pusimos a investigar y llegamos a las realidades que existen en el escenario electoral venezolano.
Todos los dirigentes políticos que andan pataleando, chillando y rezongando por "la ilegalización" de su partidos, desde hace un año, tienen conocimiento: a) que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ordenó al CNE la regularización de la nómina de los inscritos en los partidos políticos (Sentencia N°1 de fecha: 5 de enero de 2016) y b) que el CNE aprobó la Norma para la Renovación de la Nómina de Inscritos de las Organizaciones con Fines Políticos Nacionales. (Gaceta Electoral Nº 801 de fecha: 04 de marzo de 2016).
Todos ellos apelaron ante el TSJ en fecha 17 de Mayo de 2016 y en tal sentido, este Poder del Estado se pronunció en Octubre del mismo año, ratificando la Norma en cuestión, ordenando al CNE la reprogramación del cronograma de renovación de los partidos políticos y estableciendo que el partido político que no cumpla con la renovación no podrá participar en ningún proceso electoral municipal, estadal o nacional.
(http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/octubre/191179-878-211016-2016-15-0638.HTML).
Todos en principio, asumieron la decisión del TSJ y dieron el primer paso, sin pataleos. De hecho, 59 partidos políticos entregaron ante el CNE, la Solicitud de Renovación de sus nóminas y allí aparecen los que andan pataleando. En consecuencia, el CNE el 14 de febrero próximo pasado emitió el cronograma respectivo.
(http://www.cne.gov.ve/web/normativa_electoral/elecciones/2017/renovacion/documentos/aviso_renovables_2017.pdf)
Todos saben que las nóminas de inscritos deben renovarse, cosa diferente a legalizar los partidos.
Sino acuden a renovar sus nóminas de inscritos, los partidos siguen existiendo y son legales pero no pueden ejercer a plenitud sus funciones. Algo parecido a un Chofer con Licencia vigente pero Certificado de Salud vencido o un vehículo en buenas condiciones que tiene prohibido transitar sin Seguro de Responsabilidad Civil.
II.
Entonces, el pataleo no es por la renovación, sino que tiene varias razones de fondo y un solo objetivo estratégico.
El pataleo, estratégicamente pretende debilitar la revolución bolivariana como ejemplo de democracia participativa y desgastar la figura de Nicolás Maduro como jefe de Estado revolucionario.
Las razones son múltiples:
Partidos que su misión es lo absurdo, al estilo de los partidos colombianos que llamaron a votar contra la paz.
Partidos que no tienen militancia y por lo tanto, no pueden dar ninguna imagen de fuerza para ir a contiendas electorales, pues no tendrían testigos electorales y mucho menos cuadros políticos para asumir una gestión de gobierno.
Partidos que actúan como franquicias, sustentándose en la doble militancia y por tanto, les resulta inconveniente publicar sus nóminas.
Partidos que tienen en sus planes pasar a la clandestinidad (quien sabe por qué razón) y no pueden correr el riesgo de dar a conocer la identidad de su militancia.
Partidos que tradicionalmente se alquilan sin militantes y que en un estado o municipio apoyan candidaturas oficialistas y en otras entidades apoyan candidatos opositores.
III.
Todo parece indicar que los políticos opositores golpistas abandonarán la vía electoral con la treta de "la ilegalización", soñando que si solo los partidos revolucionarios renovados van a elecciones, la democracia participativa quedará deslegitimada, Maduro se verá como un tirano y el país sufrirá una invasión armada.
En este momento, la militancia de los partidos políticos opositores tiene que llamar a botón a sus dirigentes y emplazarlos a acatar la normativa para que sus organizaciones sean renovadas y puedan participar en los procesos electorales.
La militancia opositora que cree en la democracia y la paz tiene cambiar de dirigencia y asumir el control de sus partidos.
A la final, las elecciones se harán con los partidos que cumplan el proceso de renovación y punto.