El comandante Hugo Chávez se nos fue para no volver un cinco de marzo.
Como la totalidad del pueblo venezolano, supe de Chávez en aquella febril madrugada el 4/2/92, que no era cualquier golpe de estado gorila. Era de esperanzas para un pueblo oprimido.
Capturado en el Cuartel de la Montaña, su morada actual. Su primer mensaje con carácter de estadista, cuando en un minuto, llamó cese al fuego y a la rendición, asumió plena responsabilidad de la acción militar para rescatar a la patria del pacto puntofijista. Abriendo un paréntesis reflexivo sobre la lucha del pueblo, sintetizó la frase que dio la vuelta al mundo y nos cautivó a todos: "por ahora".
Hablar sobre Hugo Chávez Frías resulta fascinante. Un ser humano como cualquier otro. Llano y sencillo como el vecino. Hombre de virtudes y defectos, perseverante, de memoria prodigiosa, autentico, combatiente, consecuente a sus principios, estratega, alegre, contumaz lector, soñador, honesto, comunicador excepcional, hacía realidad lo que se proponía, son entre muchos otros, rasgos destacados del ser a quien le dedico esta reflexión prendada de su fuerza, fe y solidaridad como su energía que necesito.
Chávez interpretó el sentir de un pueblo que veía a la política y a los políticos con escepticismo, por ser víctimas de sus caprichos y pillajes, en estrecho contubernio con la oligarquía hambreadora. Chávez los trató con el desprecio que se merecen.Sin contemplaciones, y se distanció, a años luz, de esa aberrante concepción. De allí la aceptación del pueblo para con él. Integró al poder a los que no querían nada con la politiquería, especialmente a las mujeres y por ello es su "presi" preferido.
Enfrentó la falaz política de la alta jerarquía de la iglesia católica, a los dueños de los medios de comunicación, a los que dominan los principales medios de producción de la economía del país.
Desenmascaró al imperio norteamericano de frente. A Bush, lo caricaturizó en las Naciones Unidas como el demonio hediondo a azufre, a Obama le recordó su origen afroamericano regalándole el libro de Galeano "Las venas abiertas de la América Latina" ante los ojos del mundo.
Fue el Chávez que se hizo peligroso a los imperios, dando aliento a los pueblos oprimidos de la tierra, abrazando la integración allende las fronteras.
Es el real representante de los y las venezolanos. Gentilicio que las escorias nacionales e internacionales usan como el comodín de sus planes apátridas y miserables.
Porque sencillamente Chávez es pueblo. Porque habló lo que mi pueblo siempre anheló se dijera al sentido común. Enfrentó a quienes era necesario enfrentar. No le tembló el pulso, acostumbraba a salir al ruedo y, sin que mediaran factores de oportunismo, decía y develaba los propósitos entreguistas, de la oligarquía venezolana y de sus secuaces, a quienes, con su chispa típica de llanero claro, calificó como majunches, escuálidos, derivados talanqueros. Ese era es nuestro imbatible líder.
Ante la realidad de su ausencia física, y frente a esta otra arremetida mundial, démosle importancia a nuestras luchas en la historia de Venezuela y apostemos todos todas, nuestros esfuerzos honrando de una vez su obra y vida.
¡Chávez es corazón de Venezuela, es Patria!