Los absurdos religiosos o cristianos

“Lo mejor para formar un librepensador,

es tratar de enseñarle cristianismo”

Bertrand Russell

Cuando escribo de tan variados temas, i por casualidad, toco algo religioso, siempre acuden a mi mente i muchas veces pongo algo en el escrito, de las tantas críticas que durante mi vida desde el bachillerato i estudios de medicina, me hacía contrariando la enseñanza religiosa cristiana que me dieron mis padres; sobre todo mi madre que, cuando asistíamos a misa, escuchábamos su suave voz al oído, recitándonos las oraciones o lo dicho al momento de la consagración del pan i el vino; con papá, asistíamos a la llamadas “misiones” los días previos a Semana Santa i hasta en algunas procesiones le acompañábamos o le ayudábamos, mi inolvidable hermano Alfredo i yo, a cargar un estandarte o uno de los “palos” del “palio” donde iban los obispos. La misa los domingo era indispensable; así muchas otras cosas que sería largo de contar, sobre todo cuando hice la “primera comunión” sin prepararme ni confesarme, lo que casi fue una tragedia familiar; empero, fue el inicio lejano de sacudirme de prejuicios i mentiras clericales. Por esta actitud, lo reconozco, abiertamente anticlerical al principio, por reconocer las falsedades comunes, pero luego por los estudios de medicina i siete años después de Filosofía, con un profesor mexicano que me dictó casi todas las materias i era un gran filósofo, me fui a las “mentiras fundamentales de la Iglesia” como las llama el escritor español Pepe Rodríguez i estudié a plenitud filosofía, desde el mundo griego, hasta los grandes de los tres últimos siglos. Participo de lo que han dicho otros: Voltaire es el siglo XVIII; Nietzsche es el siglo XIX i yo he dicho que Russell fue el siglo XX, en eso de filosofía clásica tradicional, porque en la realidad, en la vida realmente humana del hombre, lo fue Carlos Marx; un gran filósofo que se desvivió por el bien de la humanidad i no fue ningún diablo cojuelo como lo pintaron nazis, fascistas e imperialistas de hoi. Luego, por mi pasión al arte i a su historia, comprendí bien a los mecenas, a lo que aportó el Renacimiento i a la evolución del mundo luego de las primeras revoluciones, la Revolución Francesa, la Comuna de París, las guerras de Independencia i todas las guerra del los dos últimos siglos, cuya real causa fue el comercio i el robo.

Ante un mundo así, la religión, fuera de ser un instrumento para la paz i la convivencia humana, ha sido una catalizadora de los odios más profundos entre los habitantes del planeta. Empezando por las mentiras i la deformación de toda la historia. Por ello, los que seguimos la “biografía” de este tercer planeta, de un universo casi polvo en uno de los brazos de la Vía Láctea i, convencidos hoi en día de la existencia de millones de millones de galaxias, tenemos que convenir que es un cuento para niños casi tarados, el origen del mundo i de la vida pintado por las religiones. Todo, absolutamente todo, falso. Por eso, aquella enseñanza desde niño, me ha servido para convencerme de tantos i tantos engaños religiosos i cristianos. Si resucitásemos a un griego del siglo V de Pericles i le explicáramos qué de estupideces era su mundo de dioses antropoformos, se volvería a morir al instante. Así le pasaría a muchos, si después de unos pocos siglos más, nos mostraran tantos disparates en los cuales creen por la fe. Pensando en estas cosas, motivado por todo lo que tuve que decirle a la Conferencia Episcopal Venezolana por su mamarracho de Exhortación, tropecé con esto de Jorge Luis Borges, a cuyos libros acudo, como acudo al Quijote, advirtiendo que respeto cómo creen los demás, aunque no soi hipócrita para admitir eso que creen i que mis escritos no tienen la menor intención de ofenderlos ni incomodarlos, sino simplemente expresar si no mi filosofía, al menos mi weltanschaunng.

Dice Borges. “Siempre he tenido una admiración especial por Cristo. Creo que es un pilar de la historia del mundo y que lo seguirá siendo, quizás inclusive más en el futuro. Sin embargo creo que hay algo que le sobra a Cristo. O que le falta, y que no lo hace lo simpático que fuera de desear. Por ejemplo, a mi me parece que Sócrates es más simpático. Y Buda también. En Cristo hay algo como de político que no acaba de convencer. Inclusive, por momentos me parece hasta demagógico. Por ejemplo, aquello de que los últimos serán los primeros. ¿Por qué? ¿Por qué? Es injusta esta aseveración. Es absurda. O aquello de que los pobres de espíritu heredarán el Reino de los Cielos. ¿Por qué? No lo entiendo. Y menos entiendo esa idea miserable de que los ricos no entrarán al Reino de los Cielos porque aquí, en la tierra, ya recibieron su recompensa. Si el Reino de los Cielos es eterno ¿Cómo puede compararse a unos cuantos años de supuesta felicidad aquí en la tierra? Lo Eterno no tiene derecho a competir con lo temporal. Es injusto lo de la condenación eterna. Yo no puedo creer en dolores que se prolonguen más allá de nuestra estancia en la tierra, ya que es de por sí bastante dolorosa”.

Sobre esto ya había leído algo similar en la obra de Russell POR QUÉ NO SOY CRISTIANO, i Borges debió leer a este filósofo inglés, i que personalmente utilicé mucho en mi novela-ensayo AJEDREZ DE MUNDO

Donde lo que mejor me salió, fue la conversación de Satanás con una serie de intelectuales en el infierno, Russell, Wittgenstein, Mach, etc., explicándole porque no fue un ángel caído, que jamás quiso rivalizar con Dios i que estaba allí por defender sus principios éticos. I esto porque Russell, no lo atribuye a un dicho de Cristo, sino a los sacerdotes que, siendo la vida algo tan fugaz o casi imperceptible, una especie de instante kikergueano, i escogiendo al más feroz i malo de todos los hombres (una mezcla de Atila, Nerón, Hitler, Stalín, Bush, etc.,) sería el Dios más injusto, terrible i repudiable, que lo condenara al “fuego eterno”, más si fue hecho a imagen i semejanza de Él mismo i de paso le puso una idea innata en el cerebro sobre su único Dios. Sencillamente sucede que esto no lo dijo nunca Cristo ni lo decretó Dios. El 80% de lo que está en los Evangelios (yo me atrevería decir el ciento por ciento) son inventos disparatados hechos o escritos por los hombres más ignorante que puedan concebirse. Hablar cualquier cosa religiosa i agregar “palabra de Dios” es la mentira más grande i universal que existe. La iglesia i el Vaticano es un gran negocio capitalista; por eso, sin embargo, no soi ateo, soi agnóstico. No creo que ningún mortal tenga la menor prueba de la existencia o no existencia de Dios i por eso el clero no tiene nada de divino, pero sí mucho de político i dogmático. De allí mi recomendación de hacer de la CEV, un partido político, cuya doctrina ya sabemos es de ultraderecha i alejada del pueblo. Entonces serían al menos sinceros: ¡Estamos llenos de odios contra Chávez i deseamos salir de él, hasta hipotecando la patria i la conciencia, o solicitando lo que pidió Pat Roberson!


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Roberto Jiménez Maggiolo


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