¡Cada vez que te leo, te veo más lejos! Con tu arado oxidado por las agua del mar de reconcomios donde habitas junto a los despojos de glorias pasadas e infamias nuevas. Te has ido adecuando a las circunstancias de una vida consagrada a la soledad y la arrogancia, aspirando que la coyuntura te sea favorable, para exhibirte cual momia en un museo y alimentar tu ego exacerbado con el asombro y escalofríos de los entretenidos aletargados de siempre, que siguen navegando sobre sus miedos y te percibe como sólido, fiel y de izquierda.
Afortunamente las mentiras tienen patas cortas y en cada artículo publicado desde tu anonimato inconfeso, te delatas como admirador de los viejos y carcomidos cenáculos de voces enquistadas a los pies del poder, con los cuales la vieja Republica Adeco-Copeyana, decoró su sustentabilidad democrática representativa. Así, con tus palabras de arado amellado y tu manía de atacar a la revolución bolivariana y al Presidente Maduro, solo por el hecho de que tú no está, ratifica mi sospecha de tu alianza perfecta con lo más granado de la derecha recalcitrante, apátrida y carente del elemental principio de lealtad que exige la actual coyuntura que atravesamos.
En base a lo anterior, es importante recordarte; que ser de izquierda más que una pose, es una praxis concreta que obliga a la disciplina, subordinación a la razón y respeto a las condiciones objetivas y subjetivas que nos reporta la realidad. No es una atalaya para proyectarte desde tu pegostosa inconformidad maniática depresiva, que como el exquisito sibarita, destroza de entrada toda esperanza al desprecia el queso y el vino a la primera probada y disfruta con la angustia de los oferentes interesados que buscan una palabra de aprobación certificadora de su calidad.
Usted ex camarada Toby, sabe a plenitud que la actual coyuntura social, política y económica, exige unidad táctica y estratégica alrededor del Estado Bolivariano y del Presidente Comandante Nicolás Maduro. Dudar de esa verdad, es cuando menos una traición al pueblo y una afrenta a usted y sus presumibles valores de hombre pensante. Es evidente que no tienes el coraje, de formular conjeturas y establecer sentencia bajo su autoría fáctica, o sea, no es capaz de sostener lo expresado a cara descubierta y frente a quienes te sabemos, sino infiltrado, entonces peligroso asesino de sueños y esperanzas.
Sé, que no estás solo, que el café de las tres y la merienda de la tarde, la comes y la bebes con tirios y troyanos, en todo caso, excluidos por su mala fe y poca solides ética y moral revolucionaria para con el proceso, y autoexcluidos, por temor al poder popular y su demostrada responsabilidad revolucionaria que le otorga el título de custodios legítimos del legado del Comandante Chávez.
Usted no puede ocultar su desprecio a la clase obrera y por ello se ensañan en su contra. A Ud., le molesta el presidente Nicolás Maduro, le produce malestar en la medula de sus dogmas y sin embargo dice defender el socialismo, aunque hasta donde hemos podido saber, no se te conoce una sola actividad concreta en pro de su construcción. Por el contrario, condenas toda acción del Gobierno Bolivariano y nos acusa de socialdemócratas, entreguistas, capitalista entre otros epítetos, de uso común en los círculos de la frustración donde solazas tu desespero y muestras cual pavo real tu arrogancia perfecta.
Bien podemos vivir sin tus críticas de albañal, nosotros, el pueblo que tú no aceptas, que no puedes entender, ese pueblo llano cuya racionalidad esta consustanciada con la vida, ese pueblo que lucha y construye futuro.