El diálogo es la manifestación más ostensible de la dialéctica de las relaciones en las sociedades. Con el diálogo se establecen encuentros y desencuentros de singularidades o pluralidades ante aquello que se dialoga, es efectivo cuando se posponen las posiciones personales, de cada cual, en función de la dilucidación del objeto sobre lo que se dialoga.
En los diálogos de Platón se sintetiza un debate sobre temas, pues, Platón emulando a su maestro Sócrates practicaba la mayéutica, entendido como ciertos fines pedagógicos que llevan a sus estudiantes a descubrir dentro de si, la verdad, mediante la argumentación. Diálogos sobre la apología de Sócrates, la justicia y la injusticia, la valentía, la amistad, la prudencia, la piedad, la moral, lo bello, la virtud y su naturaleza, la retórica, la iliada, la inmortaldad del alma, la república, y otros más, nos orienta que el diálogo es una composición de argumentos.
En consecuencia el diálogo no es una cosa, ni una mercancia, de modo que no hay porque cosificarla ni mercantilizarla como se viene entendiendo interesadamente por un sector que pugna, desde la cobardía que da la lógica del capital, por regresar a Venezuela a tiempos en que sobre ella, se tenían dominios severos del imperio.
Nuestra nación,Venezuela, ha conquistado su innata capacidad para el diálogo, definida históricamente en el combate que libra. Su independencia nace de una onomatopeya al decir de historiadores, que la ubican en el "grito" de independencia del 19 de abril de 1810, cuando con señales de la concentración del pueblo en la plaza mostraban su disconformidad con España y manifestaban su resuelta voluntad a ser libre de todo imperio, ello significó, una gran responsabilidad; la de la independencia.
Un proyecto, el de Simón Rodríguez y Miranda que comenzó a tomar forma y contenido con Bolívar, encontrando allí, en el calor de las batallas de pueblos, heroínas y héroes, el gran diálogo, el gran argumento y la política, que con Hugo Chávez y el pueblo, casi doscientos años en el crono de la distancia, se comienza a materializar.
De modo que para los revolucionarios, el diálogo no es, no fue y no será un objeto, una cosa o una mercancía que se entrega y se intercambia, un valor de uso que se desvaloriza en el desuso de los otros, no es así, no es que me niego o me afirmo abstraído, flotando en una dialogicidad sideral sino que mi patria, mi matria se concreta en el diálogo como proyecto histórico que somos en permanente combate.
Hoy en Venezuela ocurre, que el parlamento de la derecha entró en anomia, se desdibujó como poder del parlamentar, del argumento, del diálogo , y por lo tanto, no haya como asirse a dialogar, porque está ofuscado por no haber podido cumplir su promesa de resolver la situación de cola de los venezolanos en los establecimientos, y siendo que igualmente no cumplió su vector discursivo en su instalación, de salir del presidente Nicolás Maduro en los seis primeros meses del año pasado (2016), e incluso su dictamen de sustituir a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia en noviembre del año pasado (2016), quedando sólo con el diálogo en condición de "relación objetal".
La "relación objetal" es una teoría del psicoanálisis que consiste en la relación diádica (madre – hijo), en este caso, imperialismo-colono, Trump-Jorge, Tintori, Allup, María Colina y otros, que se sostiene en la existencia del diálogo como objeto interno, para lo que se requiere la existencia de un objeto externo. Cuando las fuerzas internas se desdibujan, esto es; sus instituciones como AN, MUD, Clero, Fedecámaras, su confianza, capacidades de maniobras, seguidores, y otras, quedan huérfanas y por ello el diálogo como expresión de la vitalidad política se cosifica, queda como objeto para intercambiar por órdenes externas.
¿Qué ocurre entonces?. En la estructura de construcción del inconsciente de la oposición venezolana se generan fantasías, ilusiones e instintos en lo que apuestan para salir de donde se metieron, cuando creyeron que con la asamblea nacional , podrían torcer la voluntad del espíritu que libramos en este combate por la historia en Venezuela.
La oposición queda en sus procesos primarios de ilusiones, fantasías e instintos y buscan epilepticamente, pero programado, el "golpe de suerte" en el golpe continuado en que se encuentran, y para ello no disimulan el suplicar en su relación diádica, la intervención con todos los eufemismos a los que puedan echar manos, la OEA, Comando Sur, Mercosur, Comunidad Europea. Quieren ser Libia, Irak , Afganistan, Siria...
Por estar la oposición en esa "relación objetal" primaria, su posición es esquizo-paranoide y depresiva, esto implica que, las gratificaciones y frustraciones tienen grandes impactos en su subconsciente, pero al llevar en estos 18 años muchisismas más frustraciones que gratificaciones y fundamentalmente, al tener su momento de gloria cuando ganaron la asamblea Nacional y haber desperdiciado semejante saldo político en muy pocos meses, su frustración llega a ser de suicidio con carácter paranoico, que exige a las fuerzas revolucionarias tener avances, pero mucha cautela en el móvil táctico.
Por ello el diálogo para la oposición, queda como objeto en su relación objetal y se asimila entonces como objeto en seis cualidades; 1) bueno, cuando genera gratificaciones,2) malo, cuando lo que hay son frustraciones, 3) extraño, cuando le es hostil, 4) ideal, con el que desea en su fantasía la toma del poder mediante intervención usando en manipulación eufemismos, 5) parcial,todos los que obtienen en un momento con su objeto diálogo; lo bueno, malo, extraño e ideal, 6) total, el proyecto que son, un pensamiento único de culto al neoliberalismo como mercado, como consumo y como transnacionalizado que no pueden, por elemental reflexión, plantear ningún diálogo fecundo de país.
De allí que,...¿interesa el diálogo a la oposición?, digamos primero que interesar es, etimológicamente, estar entre, es aquello que posee la cualidad de encontrarse en la zona de intersección de los campos motivacionales de cada uno de los sujetos que dialogan. Y después de lo dicho, qué le interesa a la oposición del diálogo, por su puesto que su relación objetal, de modo que su diálogo está condicionado inmediatamente en la relación con el objeto que patológicamente en su zona de campo motivacional tienen que es "la salida", "la ruta", quebrar la constitución con elecciones generales,o hacer referendo cuando claramente saben que no cabe, o exigir la renuncia del presidente, o establecer abandono del cargo del presidente, o activar mecanismos de la OEA sin cumplir con los procedimientos que esa misma organización se da, y todo aquello que en el campo de los eufemismos disfracen, para hacer de la realidad un mito, de lo verdadero un absurdo.
No estamos en, un mero estar-en-el-mundo, como decía Heidegger, sino en una concreta ubicación, no solo espacial -es decir, geográfica- y temporal – es decir, histórica- sino social y determinada entonces por la estructura del mismo, esto es, por las relaciones de producción que entre quienes componemos ese medio previamente nos damos. No es posible que la oposición pueda saltar sobre su propia sombra, no puede saltar sobre su proyecto conservador y superado en Venezuela, cada proyecto se encuentra en un momento que lo determina frente a los momentos del antes y después, por la estructura del medio que caracteriza su presente, por eso su diálogo tiene una sociogénesis que le da su propia amplitud y su cierre.
Sólo se puede dialogar sobre aquello en que están comprometidos, en mayor o menor medida, los dos que dialogan y no uno de los sujetos que hablan, ya está claro, que aquí no habla la derecha doméstica, sino que ahora la derecha se presenta con su extranjeridad, Almagro y los perritos simpáticos(Kuczynski dixit) son los rostros que dan la cara.
Insisto que sólo un ciego de la política doméstica venezolana no podría ver que ya la oposición no tiene visibilidad como connacional, sino como transnacional, en el distinto al nuestro, Almagro o cualquier canciller, presidente de república o corporación es quién hoy asume las riendas del proyecto que pugna contra el socialismo, el bolivarianismo o la estructura que se orienta en el andamiaje de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Ocurre un fenómeno que invito a estudiar de la siempre fértil investigación en el campo de la política contemporánea venezolana, contradicciones como:
El pasar la relación contractuar de lo sociopolítico en Venezuela de pactos, tripartitas a diálogos, dejó sin posibilidad de argumentos sostenidos a la oposición, la mayéutica y la pedagogía política no le asisten. En este aparte sostengo que:
La constituyente instalada inmediatamente después de asumir la presidencia Chávez y por decreto presidencial de este, se generó un gran diálogo, el poder constituyente se hizo permanente dialogante, manifestándose desde allí, el poder popular. El diálogo se hizo concreto y con ello se asumió con la constitución, un proyecto y una concepción de vida política, no superada por los adversarios.
El pueblo venezolano en sus niveles de politización, estudios, innovaciones, investigaciones, creaciones que se expresan en movilización y organización, tiene alto grados de compromisos y militancias con sus ideas producidas en este combate, que le han permitido inteligir y sobrevivir a la aplastante maquinaria diabólica del imperialismo sobre Venezuela, no concurre otra gran razón que permita explicar las derrotas consecutivas que lleva el imperialismo en nuestro país.
Por ello el chavismo es diálogo, debate, ejercicio crítico y praxis liberadora en permanente construcción, y el presidente Nicolás Maduro, insiste como chavista y revolucionario en seguir invitando al diálogo al sector que tiene en los atajos y en su lógica de la comodidad, el confort y el sifrinismo del norte su núcleo duro de empeño.
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